Juan J. Molina

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martes, 30 de octubre de 2012

La independencia de Cataluña, que gran negocio, para España. Por Juan J. Molina


 Económicamente la independencia de Cataluña o Euskadi será un mal negocio a nivel macro económico,  pues todos perderemos peso a nivel internacional, pero de puertas para adentro la jugada puede ser muy beneficiosa para España.


Yo no sé si los catalanes se merecen gobernantes como los que tienen, probablemente sí, porque los votaron ellos. Por “Mas” que lo pienso no encuentro “Más” que ventajas económicas a esto de la independencia de Cataluña. Ya está siendo ventajoso  y eso que ahora es solo una maqueta del anteproyecto de la ocurrencia, pero ya se sabe, el dinero es la cosa más cobarde que te puedas echar a la cara y a estas alturas de la representación, cuando todavía no se han vendido las entradas del espectáculo,  ya estamos ganando tejido empresarial y puestos de trabajo en España. Las deslocalizaciones pre-independencia  están sirviendo para que (sobre todo multinacionales) empiecen a mudar los muebles a otras regiones y no porque les guste más el clima, sino por la sencilla razón de que un mercado de cuarenta  millones es más rentable que uno de siete y medio. Si entre el año 2003 y el 2007 la deslocalización de multinacionales en Cataluña supuso el 50% de todas las que hubo en España, esta ocurrencia de Mas va a ser la puntilla de la desindustrialización catalana. Algo pillaremos.
A este escenario pre- independencia se le uniría la pérdida de mercado español que ya se está dando ahora, como deberían saber los nacionalistas, apelar a los sentimientos identitarios es un arma de doble filo, sentimientos identitarios los tenemos todos y los españoles ya empezamos a estar cansados de esta cantinela. Los siguientes en relocalizarnos vamos a ser los  consumidores de productos de empresas con sede en Cataluña, eso supondrá otro punto de beneficio para España, necesitaremos buscar proveedores de servicios como energía (mi proveedor es Gas Natural con sede en Barcelona)  y nuevos distribuidores de infinidad de productos,  de cuya procedencia  no nos preocupábamos,  pero que ahora tendremos que empezar a tener en cuenta.
Otro aspecto es el europeo, existe el derecho a veto unilateral, lo que supone que un país puede vetar la entrada de un aspirante por los motivos que considere oportunos, y nosotros tenemos un motivo, podremos vender a nuestros socios europeo muchos de los productos que Cataluña ya no podrá vender por estar fuera de la unión. Económicamente la independencia de Cataluña o Euskadi será un mal negocio a nivel macroeconómico,  pues todos perderemos peso a nivel internacional, pero de puertas para adentro la jugada puede ser muy beneficiosa para España.
Ya he dicho en otras ocasiones que la mejor forma de atajar un problema nacionalista, al menos el que tenemos aquí, es darles lo que piden. ¿Quieren un referéndum? No hay problema y la pregunta muy sencilla, que luego pasa lo que pasa, independencia si, independencia no y punto. Después que cada cual arrime el ascua a su sardina, que al fin y al cabo, la pela es la pela.

2 comentarios:

  1. Si todos los catalanes que no han votado ni votarán independencia, pues se quedaron en casa; ahora votaran, la independeccia queda fuera de combate. Y nunca más se hablaría de ella. Esta es la realidad. Las cuentas son claras. ¿cuantos votaron? y cuantos quedaron sin ir a votar. Cuenten, vean y piensen. El total es claro, dejo que lo digan los expertos. Yo soy de letras. Saludos

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