Juan J. Molina

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miércoles, 26 de noviembre de 2014

LA REITERACIÓN DEL ERROR. Por Alberto Benegas Lynch


Repetir los errores del pasado no parece una manifestación de inteligencia. Ya Cicerón había advertido que el que no estudia y recuerda las equivocaciones del pasado está condenado a repetirlas. Esto resulta central al efecto de progresar y evitar la insistencia en recorrer círculos en torno a los mismos problemas, lo cual desgasta y naturalmente empeora los resultados.

Si hablamos del pasado no podemos eludir el tema del tiempo. El enigma del tiempo ha sido objeto de atención de muchos pensadores. San Agustín explicaba que el pasado ya no es, que el futuro aun no es y el presente se fuga cada segundo en el pasado y no entra en el futuro de modo que tampoco se lo puede aprehender. Einstein modificó la idea de Newton del tiempo absoluto al demostrar que los sucesos están en relación a la ubicación del observador. Bergson insistió en la relevancia del tiempo interior más que en el tiempo del reloj. Prust aludía a los tiempos múltiples. Wells imaginaba su máquina del tiempo navegando en direcciones opuestas. Prestley enfatizaba en el movimiento, en el transcurrir, en el contexto de cierta rutina y puntos de referencia como condición del tiempo, por lo que no es pertinente preguntarse que “hacía” Dios -la Primera Causa, el Acto Puro- “antes”de la creación, además de interrogarse acerca de la posibilidad de proceder de la nada puesto que ésta idea remite a la negación del ser. En nuestros días, Víctor Massuh elaboraba en torno al peso relativo del futuro como esperanza del progreso y la importancia del pasado para conocer sobre nuestros orígenes, y así sucesivamente con tantas otras disquisiciones sobre la cuarta dimensión.
En cualquier caso, volver a caminar lo caminado en direcciones que han conducido una y otra vez al fracaso constituye una receta altamente desaconsejable. Este proceder es una consecuencia de fallas en la memoria puesto que indudablemente se tiene una imagen desfigurada de los hechos anteriores, de lo contrario solo un suicida se empecinaría en desplazarse hacia el despeñadero.
Es curioso porque la memoria es un atributo de la condición humana. Solo metafóricamente decimos que los ordenadores tienen memoria, lo cual no es riguroso del mismo modo que cuando nuestras abuelas decían que para recordar tal o cual acontecimiento hacían un nudo en el pañuelo: no es que seriamente pueda decirse que el pañuelo tenía memoria, del mismo modo que solo metafóricamente sostenemos que el reloj “nos da la hora”.
En este contexto, debemos subrayar que las políticas estatistas se suceden en lo que falsamente se denomina democracia que se llevan a cabo bajo la fachada de una parodia de la democracia.  Entre muchos otros, Giovanni Sartori nos ha advertido de cómo el desvío de la columna central de esta idea nos conducirá al regimenes totalitarios.
Decíamos que es curioso el desperdicio del valioso recurso del tiempo ya que hechos bochornosos se repiten sin cesar de una manera alarmante. Pongamos el ejemplo (entre tantos otros) de los precios máximos que vienen fracasando desde la época de Diocleciano en la antigua Roma a los casos más recientes de Venezuela y Argentina.
Está bien que en las cátedras de introducción a la economía se enseñe a los alumnos recién iniciados los efectos malsanos del control de precios, pero resulta harto aburrido reiterar estas explicaciones a gobernantes que se espera tienen alguna experiencia y conocimiento en la materia.
Pues si, hay que volver a explicar el tema como si no se hubiera ensayado cientos y cientos de veces a través de la historia y siempre con los mismos resultados nefastos, pero primero una mención al value free en cuanto a que se mantiene que no es procedente que un científico se incline por una u otra política introduciendo sus escalas de valores personales en lugar de ser aséptico y limitarse a señalar nexos causales.
Sé que esta noción puede interpretarse desde diversos ángulos a veces contradictorios, pero es que lo del value free tiene sus bemoles en cuanto a que para que la actividad científica tenga sentido debe prevalecer la honestidad intelectual lo cual implica la introducción de un valor clave y, en segundo término, para que cada uno puede proseguir con sus investigaciones (igual que con su vida) es condición indispensable la libertad, cosa que también significa la introducción de otro valor en el análisis de que se trate. De cualquier manera, si el objetivo es la armónica asignación de recursos, el control de precios no es la política adecuada.
Veamos entonces una vez más (aunque lo hayamos hecho infinidad de veces puesto que infinidad de veces se ha ensayado y se ensaya) los tan reiterados efectos de los precios máximos que en todos los casos se traducen en la imposición de precios inferiores a los que se establecen libre y voluntariamente en el mercado debido a las respectivas estructuras valorativas. Coloquialmente se los denomina “precios” máximos pero, estrictamente, no son precios sino números arbitrariamente establecidos puesto que, como queda dicho, aquellos aluden a valoraciones cruzadas entre compradores y vendedores. Decimos que son cruzadas debido a que las partes en las transacciones atribuyen valores distintos a lo que se entrega y a lo que se recibe, por ello es que ambas partes ganan siempre.
Los anunciados efectos pueden resumirse en siete. Primero, una vez instalado el así denominado precios máximo hace que invariablemente la demanda excede a la oferta puesto que frente al stock ofrecido al momento hay mayor número de personas que pueden adquirir el bien o servicio en cuestión.
Segundo, como consecuencia de lo anterior, se producen un faltante artificial. Es sabido que al precio de mercado nunca, bajo ninguna circunstancia la demanda excede a la oferta ni ésta sobrepasa lo requerido puesto que el precio limpia el mercado: sube o baja lo necesario para producir ese resultado.
Tercero, los productores marginales, es decir, los menos eficientes, los que operan con márgenes operativos más reducidos, dejan de ofrecer puesto que entran en la franja del quebranto. Cuarto, debido a la inevitable conducta de los productores marginales se intensifica la antes mencionada escasez artificial.
Quinto, en el sistema de precios aparece una grave distorsión ya que bienes y servicios menos reclamados por los consumidores artificialmente obtienen márgenes operativos mayores que los que en verdad se demandan con mayor urgencia. Sexto, debido a este último efecto los siempre escasos recursos son, también artificialmente atraídos hacia áreas menos urgentes. Séptimo, como los salarios e ingresos en términos reales son el resultado de tasas de capitalización, se contraen como consecuencia del mencionado desperdicio de capital.
Y séptimo, la contabilidad y la evaluación de proyectos se desdibuja trasmitiendo señales falsas, por lo que lo dicho anteriormente se acentúa juntamente con la baja en el nivel de vida.
Si se pretenden camuflar los faltantes artificiales con medidas adicionales como cuotas forzosas se producción se acentuarán los problemas puesto que significan la obligación de asignar más recursos hacia sectores en detrimento de las áreas que la gente considera prioritarias en sus votaciones diarias en el mercado.
Es que como se ha explicado tantas veces, el sistema de precios trasmite información que por su naturaleza se encuentra dispersa y fraccionada. Cuando se pretende dirigir este delicado mecanismo recurriendo a la fuerza por parte de gobernantes, se concentra ignorancia con los resultados señalados.
No queda claro porqué se pierde o se deforma tan rápido la memoria del pasado sobre estos efectos que se suceden como una calesita descompuesta. Tal vez sea por considerar que precios controlados “bien administrados” generen buenos resultados ya que se estima que los intentos anteriores siempre fueron mal administrados. Pues bien, ya es hora que nos demos cuenta que el problema no reside en la administración de algo que por su naturaleza es perverso aunque pretenda disimular la acción depravadora de aparatos estatales que falsifican moneda culpando a los comerciantes por el incremento de precios.
Es un tanto extenuante y sumamente tedioso tener que repetir lo mismo, si por lo menos los errores fueran nuevos y originales la crítica sería más estimulante, pero la reiteración de errores provoca bostezos homéricos. Pensemos en lo que estamos haciendo para bien de la cooperación social y la condición de vida de todos, especialmente de los más necesitados que son los que siempre sufren más los despilfarros.

Islam – entrevista a Serafín Fanjul

fanjulIslam significa sumisión. Sumisión al poder arbitrario e impenitente de Alá, también denominado, no sin cierta ironía, el misericordioso. El mejor sucesor del demiurgo del Antiguo Testamento judío no es el Dios del Nuevo, sino el poderosísimo Alá, cuyo profeta es Mahoma. El Dios de Jesús propone el sacrificio en la cruz para su hijo, la otra mejilla para el agresor y un proselitismo universalista, abierto a los gentiles. Para Alá el otro, dentro y fuera del Islam, es enemigo al que hay que domeñar, bien manteniéndole apartado del poder e influencia sociales bien destruyéndolo. La alternativa se da entre la sumisión a una ley inexorable, escrita con sangre y fuego en el Corán y a través de las conquistas guerreras, y la muerte.
Mil millones de almas rezan sus oraciones mirando a la Meca. La importancia del Islam en nuestros días es enorme. Es mucho más que una religión, si por religión entendemos una actividad privada o pública que se restringe a los hogares y a los Templos. El Islam es, desde su origen, política. La Teocracia es parte de su esencia. Por ello resulta tan difícil integrar a las sociedades islámicas en el círculo de las democracias representativas de corte liberal. En el Islam no hay una parte para Dios y otra para el César: todo es de Dios, y el César ha de ser Califa a su servicio.
Ciertamente hay variables regionales e históricas. A pesar de la importancia de la Ummah (o demo de musulmanes), el Islam no constituye una unidad de acción monolítica. No es como su Kaaba o piedra negra sagrada. Tiene fisuras. Tampoco es un ejército de creyentes. Esto se debe a que ni es un mineral ni es un superorganismo. Se trata, simplemente, de un conjunto de creencias apoyadas en una Tradición (Hadiths) y en un Libro (Corán), que afectan notablemente al modo de ver el mundo y de actuar en él, compartidas por gran número de personas y distintas sociedades que van desde el Oeste de África hasta Oceanía.
Serafín Fanjul, importante arabista español, ha dedicado su vida a estudiar el Islam como fenómeno religioso, sociológico, económico y político. Dentro de su especialidad, en la que necesariamente debe mirarse al Islam positivamente (en un sentido científico y no científico) podría decirse que se encuentra entre los no particularmente simpatizantes del mismo. Esto se debe fundamentalmente a que considera nuestros valores e instituciones occidentales más adecuados para el mundo de hoy, y los propuestos por el cuerpo de ideas del Islam más nocivos.
El Profesor Fanjul ha tenido la cortesía de respondernos unas preguntas sobre el Islam.
1.-¿Qué esperanzas tiene la libertad en el mundo islámico?
Es imposible dar una respuesta categórica en términos de Bien o Mal, sólo podemos señalar que las perspectivas actuales en todos los países islámicos – y en un futuro cercano – son bastante difíciles. Sí podemos decir sin faltar a la verdad que la libertad religiosa y de opinión en esos países (incluidos los más avanzados) oscila entre precaria e inexistente. La propaganda anticristiana, por ejemplo en Egipto, es masiva y visible; en otros lugares, el método es el terrorismo directamente, o la prohibición de otros cultos sin tapujos (Arabia, etc.).
2.-¿En qué medida se puede decir que el Islam es una religión violenta?
El Islam – como otras religiones – se extendió por la fuerza y así se ha mantenido. Las incitaciones a la violencia son innumerables tanto en el Corán como en las tradiciones de Mahoma, lo cual no significa que siempre necesiten acudir a la violencia para sostener la situación: ella se mantiene por su propia inercia.
3.- ¿Cree que existe un choque de civilizaciones, como apuntara Samuel Huntington?
Depende del concepto que tengamos de choque y de civilización. No se trata de grandes enfrentamientos (que pueden llegar a ocurrir) de divisiones acorazadas, escuadras y masas de aviones, sino de una confrontación sutil, cotidiana y en grado sumo dañina en el comportamiento habitual. Cuando un padre impide a sus hijas acudir a la escuela es choque de civilizaciones, si la mujer tiene la mitad de valor jurídico que el hombre en todos los sentidos es choque de civilizaciones, si se impiden por la fuerza los matrimonios mixtos de musulmana con no musulmán es choque de civilizaciones. En definitiva se trata del contraste entre sociedad abierta y sociedad cerrada.

4.- ¿Qué variables demográficas, históricas, políticas, sociales, económicas, son relevantes en el actual auge del islamismo radical?
El control de la producción petrolera en gran medida, la explosión demográfica, la entrada masiva en Europa de inmigrantes musulmanes, el retroceso voluntario de Occidente ante el Tercer Mundo , la falta de convicción en nosotros mismos de los occidentales y la búsqueda por parte de los islamistas de un retorno a los imaginarios orígenes de pureza del Islam primitivo.
5.- ¿Cómo fue el gobierno de los musulmanes en España? ¿eran tan tolerantes? ¿era el Islam la civilización más avanzada en el alto medioevo, tal como sugieren algunos?
Al-Andalus no fue peor ni mejor en cuanto a tolerancia que los países coetáneos. Por otra parte, no puede hablarse de Al-Andalus como un todo homogéneo, depende de las épocas, los lugares y las circunstancias históricas inmediatas. No era lo mismo el momento de poder (al menos aparente) del Califato cordobés, en que no se veían en peligro, que la Granada de los dos últimos siglos, por completo monolingüe, con una sola religión y a la defensiva.
6.- ¿Cómo son los gobiernos de los países musulmanes de hoy con las minorías no musulmanas? ¿cómo es la convivencia con las minorías musulmanas en las sociedades no musulmanas?
La actuación de los distintos gobiernos musulmanes varía según circunstancias muy diversas, en función del número que representen las minorías no musulmanas, los hechos históricos de cada cual o la relación e implicaciones con occidentales, empresas, etc. Oscila entre una tolerancia muy superficial, pero que prohíbe en cualquier caso el proselitismo ajeno, y una rigidez absoluta que persigue – hasta con la muerte – la apostasía o el ejercicio de otras creencias (Afganistán, Arabia, Sudán serían casos extremos). Los supuestos moderados (Marruecos, Túnez, Turquía) tampoco permiten el culto libre. La convivencia con musulmanes en Europa es conflictiva por su incapacidad para aceptar el entorno que les rodea y su negativa cerrada a la integración y a la participación en pie de igualdad (en derechos y deberes) en las sociedades que les acogen. Previsiblemente, en el futuro la situación empeorará.
7.- ¿Cuál es el papel de la mujer, hoy, en el Islam?
En el Islam tradicional que intentan resucitar y que están imponiendo por la fuerza en numerosos países musulmanes, la mujer tiene un papel subsidiario, con inferioridad legal e imposibilidad física material de desempeñar funciones o actos tan elementales como conducir un coche, viajar sola o decidir con quién se casa. La situación varía de unos países a otros, entre mala y peor.
8.- ¿Tiene la Ummah alguna unidad? ¿no son los musulmanes los principales enemigos de los musulmanes?
Sí hay una unidad psicológica, sentimental y de creencia básica muy fuerte. Otra cosa es que, con frecuencia, los musulmanes se maten entre sí, pero también lo hacían – y hacen – los cristianos en otras latitudes.

9.- ¿Cómo podemos evitar la xenofobia para con los musulmanes? ¿cómo lograr evitar una islamofobia beligerante y a un tiempo una islamofilia claudicante?
Haciendo cumplir las leyes a los inmigrantes, de modo que los nacionales no perciban una discriminación en su contra. En el caso español hay que decir que los diferentes gobiernos (centrales o autonómicos) ni han cuidado, ni cuidan, en absoluto este capítulo, pues piensan que la imagen progresista se gana regalando privilegios a los recién llegados: a la sociedad corresponde castigar a tales políticos. La islamofilia es una enfermedad relativamente fácil de curar, basta con enviar una buena temporada a los aquejados de ella a vivir en un país musulmán sin mucho dinero en el bolsillo.
10.- ¿Es factible una islamización de Europa?
No me parece que eso vaya a ocurrir, ni a medio plazo, porque la sociedad europea acabará reaccionando cuando las sinrazones sean insoportables. En eso estamos.
11.-Eso que llamamos “islam moderado” ¿es o puede ser, verdadero islam? ¿Hasta que punto es incompatible la ortodoxia islámica con los valores admitidos por nuestra sociedad?
Los musulmanes se ríen de esas distinciones inventadas por los periodistas y los políticos occidentales para tranquilizarse y no tener que coger al toro por los cuernos. No hay moderados y extremistas sino creyentes sinceros y que cumplen rigurosamente con sus obligaciones litúrgicas y formales y otros que disimulan – y mucho – sus inobservancias por la cuenta que les trae. Estos últimos (difíciles de cuantificar) son minoría, creo. Considero irrelevante que la ortodoxia islámica sea compatible o no con nuestro ordenamiento jurídico y nuestras pautas culturales: hay que aplicarlos. Y punto
Fuente: http://laverdadofende.wordpress.com/2014/11/25/islam-entrevista-a-serafin-fanjul/

sábado, 22 de noviembre de 2014

Ciudadanos, la apuesta por la sensatez. Por Juan J. Molina




La negativa de Rosa Diez a una unión con Ciudadanos es la crónica de un fracaso anunciado. Nunca hubo intención por parte de la cúpula de UPyD de llegar a ningún acuerdo y prueba de ello es la defenestración, con linchamiento incluido, de su eurodiputado Sosa Wagner por la simple osadía de proponer dicha unión. Todas las excusas que los dirigentes de dicho partido y algún que otro afiliado despistado ponen ahora para justificar lo ocurrido son, siendo benévolos, infantiles. Es un error tremendo que puede llevar a la desaparición de dicha formación por incapacidad manifiesta a la hora de poner los intereses de los ciudadanos por delante de los intereses personales. Desde el comienzo de UPyD su dirección se ha esmerado en expulsar a todo aquel que pudiera representar un peligro para la “oficialidad” del partido, entiéndase por tal a Rosa Díez y toda su corte cercana, los afiliados más demócratas y preparados que en un momento confiaron en el proyecto han sido sistemáticamente expulsados o arrinconados hasta aburrirlos y hacerlos abandonar la nave. Los resultados son devastadores, los menos preparados y aquellos cuya falta de escrúpulos y ética democrática les permite llevar a cabo cualquier tropelía con sus propios afiliados, copan todos los puestos de poder. La formación se derrumba desde dentro, no va a hacer falta un empujón exterior, es tal la podredumbre de los cimientos que la estructura ya no aguanta el peso y amenaza con caer.

Lo que UPyD no ha sabido aprovechar va a servir para poner en marcha una alternativa sensata, moderada y regeneracionista que hoy por hoy, solo es posible a través de Ciudadanos, la formación que generosamente y a veces, casi con menoscabo de su propia identidad, se ha ofrecido para llevar a cabo la unión de las dos únicas fuerzas situadas en el centro de la política nacional y cuyos votantes, los de ambas formaciones, en su inmensa mayoría veían con agrado dicha unión. Lo que no ha querido hacer Rosa Díez lo van a hacer sus votantes y muchos de sus afiliados a los que se cada vez les queda más claro cuáles son los verdaderos intereses de su líder.


Ciudadanos está abierto a ese impulso de unión frente a los viejos partidos de siempre y a los nuevos salva patrias que aparecen a río revuelto. Juntos, los ciudadanos que creemos que desde la moderación y la sensatez se puede llevar a cabo la transformación que necesita nuestro país, vamos a llevar a esta tercera vía liberal y solidaria que representa Albert Rivera y Ciudadanos hasta la victoria en las urnas que es donde se ganan las batallas democráticas. Equivocarse es humano, pero permanecer en la equivocación es una necedad. Animo a todos aquellos que se han visto defraudados por las formas y fines personalistas que persigue UPyD a que confíen en la nueva alternativa que representa C’s y se unan, como afiliados o como votantes, para que este esfuerzo de regeneración dé sus frutos, nadie es indispensable pero cualquier ayuda es bienvenida.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Los trabajadores viven mejor sin salario mínimo ni indemnización por despido, por M. Llamas

Los trabajadores viven mejor sin salario mínimo ni indemnización por despido

Los países sin salario mínimo ni costes por despido disfrutan del paro más bajo y los sueldos más altos de Europa.

El servicio de estudios de BBVA ha sido la última entidad en recomendar al Gobierno una nueva reforma laboral con el objetivo de reducir de forma más rápida e intensa la elevada tasa de paro que sigue soportando España, próxima al 24%.
En concreto, el servicio de análisis del banco apuesta por reducir los tipos de contrato e implantar la denominada mochila austríaca, por la cual los trabajadores crean una cuenta de ahorro individual de la que pueden disponer en caso de despido. Pero no es el único organismo que ha lanzado propuestas similares.
El Círculo de Empresarios pide eliminar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para los trabajadores menos cualificados y reducir la brecha del coste del despido entre los trabajos temporales y los indefinidos hasta los 18 días por año, en línea con otros países de la UE, entre otras medidas. De hecho, hasta el propio Banco de Españaplantea la posibilidad de contratar por debajo del SMI para evitar que el paro de larga duración se haga "crónico".
En general, unos y otros, aparte del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisión Europea (CE) o la OCDE, insisten en la necesidad de impulsar una nueva reforma para flexibilizar más el mercado de trabajo.
El Gobierno del PP, sin embargo, se resiste a cambiar el modelo garantista que opera en España desde hace décadas, mientras que la oposición y los sindicatos critican duramente este tipo de recomendaciones por dañar los "derechos" de los trabajadores y reducir la "protección social".

¿Quién tiene razón?

La cuestión es que dichas reticencias no se sustentan en hechos objetivos. Más bien sucede todo lo contrario. Los datos reflejan que los países con mayor flexibilidad laboral disfrutan de tasas de paro mucho más bajas y sueldos más altos que los que se caracterizan por la rigidez regulatoria y la elevada protección social.
Dos indicadores polémicos bastan para demostrarlo: los trabajadores viven mucho mejor en las economías que carecen de salario mínimo y de indemnizaciones directas de despido, ya que cobran más y gozan de un desempleo más reducido, a diferencia de los países que apuestan por el modelo contrario, como es el caso de España.
En Europa existe un total de nueve países que carecen de SMI y en donde el coste directo del despido es cero: Suiza, Noruega, Islandia, Austria, Dinamarca, Suecia, Finlandia, Italia y Chipre. Estos mismos países son, precisamente, los que registran el paro más bajo y sueldo medio más alto del continente.
En Suiza, el paro es del 3,1% y el sueldo medio roza los 72.000 euros brutos al año; en Noruega, 3,7% y algo más de 67.000 euros; enIslandia, 4,8% y 38.128 euros; en Austria, 5,1% y 41.700 euros; enDinamarca, 6,6% y 53.000 euros; en Suecia, 7,7% y 45.300 euros; y enFinlandia, 8,7% y 42.500 euros.
Sueldos medios más altos | Fuente: www.datosmacro.com
La excepción de este particular grupo es Italia (12,6% y 29.700 euros) yChipre (15,1% y 22.337 euros), fuertemente golpeados por la crisis. En el caso de Chipre, cabe recordar que el país ha sido rescatado de la quiebra tras el colapso de su sistema finenciero. Además, el ejemplo de Italia es engañoso, puesto que, si bien sobre el papel carece de indemnizaciones por despido, lo cierto es que la ley ofrece a los trabajadores en empresas de más de 15 empleados la posibilidad deobtener indemnización o recuperar su empleo en los tribunales en caso de despido improcedente.
Pese a ello, ambos países tienen una tasa de paro muy inferior a España (24%) y Grecia (25,9%), líderes absolutos de Europa en materia de desempleo y, casualmente, con los costes de despido más caros de la toda la UE.
Las economías sin salario mínimo ni indemnización por despido disfrutan de una tasa media de paro del 7,5% y un sueldo bruto de 45.720 euros al año. Por otro lado, aquí cabría añadir otros cinco países que, o bien carecen de SMI, como Alemania (paro del 5% y sueldo de 45.170 euros), o bien carecen de costes de despido, como es el caso deBélgica (8,5% y sueldo de 46.800 euros), Malta (5,8% y 20.450 euros),Holanda (6,5% y 48.000 euros) y Rumanía (6,9% y casi 6.000 euros al año).
Por el contrario, el resto de países europeos combinan, simultáneamente, salario mínimo y costes de despido. En este caso, la tasa media de paro asciende al 11,7% y el sueldo bruto a 19.252 euros al año. Es decir, en las economías con salario mínimo e indemnización directa por despido la tasa de paro es, de media, un 56% superior a los que carecen de ambos factores, mientras que los trabajadores cobran, de media, un 58% menos.
Tasa de paro UE-28 | Fuente: Eurostat
Dentro de este grupo destacan, especialmente, Grecia y España, líderes absolutos en desempleo, con un 25,9% y un 24%, respectivamente. En ambos casos, la indemnización por despido se sitúa entre las más altas de Europa, con un promedio de 15 semanas de salario, mientras que el salario mínimo es 684 y 753 euros al mes -dividido en doce pagas-, equivalente al 47% del sueldo medio en Portugal (17.335 euros brutos al año) y al 35% en el caso de España (26.027 euros).
Asimismo, cabe señalar el caso de Luxemburgo, con un paro del 6,1% y un sueldo medio de 52.902 euros brutos, Reino Unido (6% y 41.858 euros) e Irlanda (11,2% y 32.281 euros), ya que disfrutan de un desempleo bajo y sueldos altos, a pesar de que también existe SMI y costes de despido. Sin embargo, la clave aquí radica en que laindemnización promedio en estos tres países es muy inferior, oscilando entre las 3 semanas de Reino Unido y las 8,2 de Irlanda.
Los datos, por tanto, arrojan dos conclusiones claras. Los países con un mercado laboral más flexible, sin la fijación de salario mínimo ni costes directos de despido, registran los índices de desempleo más bajos y los sueldos más altos de Europa.
Los modelos más garantistas y protectores, por el contrario, con elevada rigidez laboral, salario mínimo y, sobre todo, altos costes de despido, lejos de favorecer a los trabajadores, sufren tasas de paro más altas, llegando incluso a liderar el desempleo de la UE, y, en general, sueldos inferiores a las economías del primer grupo.
Es decir, la libertad en materia laboral beneficia a los trabajadores, mientras que un alto grado de intervencionismo estatal se traduce en condiciones más desfavorables.

martes, 18 de noviembre de 2014

POPULISMO, CAMINO DE PERDICIÓN



"La magia política que se inventan los iluminados, lejos de las realidades concretas, terminan en nazismo, fascismo, comunismo, castrismo, chavismo, anarquismo populista, franquismo, degaullismo o peronismo y todavía, peor, en la degeneración del fanatismo político y religioso de los ayatollahs, porque convierten sus ideologías en armas y algo parecido a una secta salvadora de la humanidad."
 "El populismo es el camino de la autodestrucción de la democracia. Hay que evitar que un déspota se disfrace de demócrata cada tantos años para hacerse elegir".
"Los populismos que quedan son pocos y están trayendo caos y desastre económico. Estoy seguro que va a haber una reacción inteligente del electorado y van a retroceder como las dictaduras"

Vargas Llosa

domingo, 16 de noviembre de 2014

EL LADO OSCURO DE CUBA


El documental “El lado oscuro de Cuba“ está realizado por una periodista que se paseó por La Habana con una cámara recogiendo la realidad de los cubanos. Recorriendo La Habana esta periodista pudo recoger las imágenes de la vida cotidiana de los cubanos y sus necesidades. Este es el resultado de cincuenta años de revolución comunista, por fin consiguieron igualar a toda la sociedad, ahora son todos igual de pobres.





EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, FUNDAMENTOS ECONÓMICOS. Por Juan J. Molina



“La gran paradoja de las revoluciones Marxistas conocidas hasta el presente es que han terminado en pesadillas peores que las realidades sociales que creían combatir”

Ricardo Rodriguez Morales

En su obra “Fin del capitalismo global. El nuevo proyecto histórico”, Dietrich junto con el científico Arno Peters establecieron el que sería el modelo económico de nuevo proyecto histórico que reemplazaría definitivamente las imperfecciones de la economía de mercado: La Economía planificada de equivalencias.
La economía planificada de equivalencia concentra el valor del trabajo en el hombre y no en el capital. Este sistema rompe con el esquema clásico de la explotación laboral con fines meramente crematísticos para apoyarse en el verdadero valor del trabajo, motivando a los hombres a trabajar por el bienestar y el sostenimiento social a través de la asignación de un valor establecido para la hora laboral sin importar el trabajo que realicen, el género de la persona o su edad. A través de esta planificación se elimina de manera inmediata la expoliación, la dominación y la enajenación, haciendo a los hombres dignos de su trabajo, teniendo en cuenta que solo ganarán más en cuanto a la relación de las horas laboradas.[i]
Este esquema tan simple es la base de la economía del “nuevo” socialismo del siglo XXI: trabajo a destajo. En aras de un igualitarismo a todas luces imposible por injusto e inviable, la solución para evitar desigualdades económicas sería unificar el precio de la hora de trabajo sin tener en cuenta, ni la calidad, ni la cualificación necesaria para llevarlo a cabo. Dará lo mismo que seas cirujano cardiovascular que afinador de gaitas. Qué sentido tendrá prepararse durante años para un oficio complicado y de alta responsabilidad, si la recompensa a tu esfuerzo es la misma que cualquier otro trabajo menos complicado y con menos esfuerzo o responsabilidad. Quién va a desempeñar los oficios más duros y sucios si los más sencillos producen la misma recompensa. ¿La satisfacción personal de realizarlos? Esa posibilidad puede funcionar en algunos y al principio de sus carreras profesionales pero para la inmensa mayoría, a menor responsabilidad y esfuerzo e igual rentabilidad, el camino a seguir está clarísimo: lo que no me gusta, me cansa o requiere un esfuerzo superior, que lo haga otro.
Con este sistema solo habría una forma de prosperar: trabajar más horas. La gente con ganas de mejorar su situación económica y de poder realizar  algún proyecto personal, solo podrá hacerlo matándose a echar horas a destajo. ¿Les gustaría que les operase a corazón abierto un cirujano que trabajase todos los días una media de 15 horas? ¿Qué les realizara la revisión de su instalación de gas un técnico que lleve 16 horas revisando instalaciones? Así podríamos poner una infinidad de ejemplos y nunca acabaríamos.
Qué ocurriría con los trabajos que nadie quiere y son indispensables: recoger la basura, enterrar a los muertos, barrer las calles, asfaltar carreteras, recoger aceitunas, limpiar las alcantarillas, etc. El gobierno del socialismo del siglo XXI terminaría por obligar a los ciudadanos a hacerlo, total, si da lo mismo lo que hagas porque siempre cobrarás lo mismo, no tendremos más remedio que tragar con hacer también lo que nadie quiere hacer o el sistema colapsará.
¿Y las empresas? Quién se va a molestar en coordinar a los trabajadores de un turno o en pedir a un operario que no se duerma en su puesto de trabajo o que llegue a su hora, con el mal rollito que supone, si haga lo que haga, me esfuerce más o menos, la hora de trabajo vale lo que vale y no hay más cáscaras.
Como es lógico este tipo de medidas no se pueden poner en marcha de un día para otro, es un proceso lento y continuo. El primer paso es limitar los sueldos por arriba con la idea de evitar desigualdades extremas. El siguiente paso, lógico en este camino, es ir igualando los sueldos más bajos con los más altos hasta alcanzar unos baremos que, de manera suave y sin fricciones, nos conduzcan a esa hora de trabajo a un precio fijo cuya variabilidad será tan exigua, que nos hará caer en la situación antes descrita: no habrá incentivos suficientes para esforzarse y solo el trabajo a destajo permitiría mejoras económicas, el pluriempleo y la muerte del tiempo libre serán las dos primeras consecuencias de este despropósito. En Cuba el sueldo medio mensual es de 24 dolares, el de un médico que es de los más altos, es de 28 dolares, la diferencia es irrisoria.
Partidos radicales como Podemos, Izquierda Unida y los socialistas pivotan sus programas laborales y económicos en este tipo de estrategias que nos llevarían al desastre.  Unos de una forma más explícita y otros con más o menos disimulo, pero al final, la meta es la misma: un igualitarismo perverso que acaba con la libertad y mata los incentivos. Estas dos plagas han acabado arruinando a todas las sociedades que se dejaron engañar por los cantos de sirena del socialismo y el marxismo. Sin embargo, en nuestros días todavía hay gente que cae en sus redes y se creen los cuentos de un paraíso terrenal. Créanme, no existe un paraíso en la tierra, ni nadie tiene la capacidad y la inteligencia necesaria para crearlo. Lo que sí existe es el esfuerzo y la recompensa, la solidaridad entendida como un acto de justicia y no solo como puro altruismo y Existe la libertad que a lo largo de los tiempos ha producido las sociedades más prósperas y cultas. Si nos engañan y les vendemos libertad a cambio de pan, lo lamentaremos y cuando queramos reaccionar puede que ya sea tarde, ha pasado y sigue pasando desde tiempos ancestrales.

martes, 11 de noviembre de 2014

“La decadencia de España no existió en verdad”

JOSEPH PÉREZ

Historiador. Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2014

"La decadencia de España no existió en verdad"
Lo que podría, y debería, ser un banquete dialéctico de tres o cuatro horas, porque la cultura de Joseph Pérez (Laroque-d’Olmes, Francia, 1931) sólo es comparable a su locuacidad, se convierte en apenas una tapa, un chupito de la portentosa mente de este historiador francés hijo de valencianos. Las apreturas de su agenda en esta semana de Premios Príncipe sólo dejan libre un cuarto de hora. El tema escogido para llenar esos quince minutos en el Hotel Reconquista podría ser cualquiera de los que Pérez ha tratado en sus libros: Carlos V, el cardenal Cisneros, Teresa de Jesús, Fray Luis de LeónLope de Vega, la revuelta comunera, la Inquisición, el judaísmo español, etcétera, pero la microentrevista acaba por decantarse hacia la largamente debatida decadencia española de los siglos XVII y XVIII, que Pérez cree que no existió.
Pablo Batalla Cueto
Pablo Batalla Cueto
Jueves23 de octubre de 2014
En Conversación en la catedral, de Mario Vargas Llosa, el personaje Zabalita se hace la pregunta de en qué momento se jodió el Perú. ¿En qué momento se jodió España?
Le contesto con otra pregunta: ¿realmente se jodió España?
Históricamente parece evidente que sí.
Eso le parece evidente a usted; a mí no me lo parece. No estoy seguro de que España se haya jodido, por lo que no puedo decirle un momento concreto. ¿Por qué le parece evidente que España sí se jodió?
Porque los indicadores de desarrollo de España, a partir del siglo XVII y más profundamente en el XIX y durante casi todo el XX, no resisten la comparación con los de otras potencias europeas.
Eso dicen, pero la España del siglo XVIII no es de ningún modo una España decadente. Eso lo cuenta la leyenda negra, pero no es forzosamente la verdad. ¿Entra España en decadencia en el siglo XVII? Eso lo dicen algunos y lo dicen porque España perdió una batalla o dos o tres o cuatro, pero una nación que es capaz de hacer guerras a toda Europa durante un siglo tiene que ser una nación que no está completamente decadente, porque se agotaría enseguida. Hasta finales del siglo XVII, España se mantiene fuerte. Yo estoy convencido de que lo que se llama decadencia no existió verdaderamente. Lo que pudo haber en el siglo XVII, y lo hubo ciertamente, es impresión de decadencia.
¿Por qué sólo impresión?
Porque es cierto que muchos españoles, o, mejor dicho, castellanos, tuvieron en el siglo XVII la impresión de que si se comparaba la situación del país con la de un siglo antes se constataba un cambio a peor. Pero, ¿estaban en lo cierto? Sí y no. Estaban en lo cierto en el sentido de que, efectivamente, el centro castellano de la monarquía se viene abajo. Pero al mismo tiempo crece la periferia. Crece la provincia de Cádiz con el comercio americano, crece Sevilla, crece Valencia, crece Cataluña, crece el Cantábrico… La característica de la época de los Reyes Católicos y de los Austrias era que la pujanza de la monarquía estaba en el centro de la península, en una especie de corredor que va desde Bilbao hasta Sevilla pasando por: Burgos, sede del consulado de Burgos y capital del gran comercio internacional; Medina del Campo, ciudad financiera y de los mercados; Valladolid, capital administrativa y sede de la Chancillería; Salamanca y Alcalá, las dos grandes universidades; Toledo, gran ciudad industrial lo mismo que Segovia, Cuenca, etcétera; y Córdoba. Ciudades como Segovia, o no ya Segovia, sino pueblos como Peñaranda de Duero o Medina de Rioseco, piénsese ahora en lo que son y piénsese en lo que debían de ser en aquella época con la riqueza monumental, arquitectónica, que todavía ostentan. Medina de Rioseco tenía tres o cuatro iglesias dignas cada una de ellas de ser catedrales. Por las mismas fechas, Cataluña se hunde. En el siglo XVII, Cataluña no tiene ninguna pujanza económica; ha perdido el poderío económico que había tenido hasta principios o mediados del siglo XV. En fin, lo que se llama decadencia no es más que un cambio de equilibrio. Todo hay que relativizarlo.
Hay quien dice que en Trento nos equivocamos de Dios y en 1808 de rey. ¿Cuál es su parecer al respecto?
Eso forma parte de lo que ha venido llamándose leyenda negra, que tiene tres aspectos. El primer aspecto le toca a España por haber sido, en tiempos de Felipe II, la nación hegemónica. No se le perdonaba el poderío militar y diplomático que tenía en aquel momento. Lo mismo que hoy se ataca duramente el imperialismo norteamericano, entonces se hablaba con dureza del imperialismo filipino: ¿qué se ha creído esta nación para considerar que debe regir los destinos del mundo? Esto termina con el siglo XVII: cuando España deja de ser la nación hegemónica, desaparece esta parte de la leyenda negra. Pero entonces aparecen otros dos aspectos. En primer lugar, se empieza a decir que el progreso económico, la tolerancia, la técnica, la ciencia, nacen en las naciones protestantes, y algunos llegan a pensar que el protestantismo es la religión del progreso.
¿Cuándo surge esa idea?
A principios del siglo XX con Max Weber, que establece una relación entre el protestantismo y el capitalismo basada en su impresión de que el capitalismo había nacido en zonas preferentemente protestantes, y es cierto que las naciones que en Trento siguieron fieles al catolicismo romano cayeron en el atraso. Esto le toca a España, pero no como tal España, sino como nación católica. Lo mismo se dice de Francia, de Italia y de Portugal: son naciones católicas y, por lo tanto, naciones atrasadas. Pero, mire, en los años veinte Earl J. Hamilton, un historiador estadounidense de la economía, escribió un enorme tratado sobre la economía española desde la Edad Media hasta finales del siglo XVIII, gracias al cual es considerado uno de los mejores especialistas en la materia. Pues bien, si uno lee esa obra, descubre que no hay ninguna alusión ni a la Inquisición, ni a los judíos, ni a Trento, ni al catolicismo, igual que no la hay en el clásico de Julius Klein sobre la Mesta. Es decir: se puede escribir una historia económica de España sin aludir para nada a temas religiosos. La respuesta que Hamilton se da a la pregunta de por qué no hubo capitalismo moderno en España es que ello tuvo que ver con la diferencia entre la curva de los precios y la curva de los salarios.
Extiéndase en esa explicación.
Para que haya capitalismo es necesario que haya acumulación de capital, y la acumulación de capital es la diferencia entre la curva de los salarios y la de los precios, pero en España esas curvas se superponen. En España, en el siglo XVI, los precios son muy elevados, pero también lo son los salarios. Se paga muy bien. Se paga tan bien que los españoles no es que no quieran trabajar, sino que no quieren trabajar por salarios bajos, y como los empresarios españoles no están dispuestos a pagar salarios altos acuden a los moriscos o a inmigrantes franceses que ganan tres o cuatro veces lo que ganarían en Francia. En el siglo XVII sucede lo contrario que en el XX, cuando los españoles emigran a Bélgica, Suiza o Alemania. Los franceses venían a ganarse la vida a España, donde antes faltaban jornaleros que jornales. Como usted ve, en todo este análisis no entra ni la religión, ni Trento, ni la misa, ni el confesionario. Lo que interesa a los empresarios es ganar dinero, y si haciéndose protestantes hubieran ganado más lo hubieran hecho. La codicia es, desgraciadamente, muy superior a cualquier otra consideración.
¿Cuál es el tercer aspecto de la leyenda negra?
El tercer aspecto, que todavía no ha desaparecido completamente, es que se da la casualidad de que las naciones en las que aparentemente nace el progreso, la civilización, la ciencia, la técnica, la crítica, etcétera, no sólo son protestantes, sino también germánicas o anglosajonas. De ahí surge la idea racista de que las naciones latinas del Mediterráneo son naciones decadentes. ¿Ha desaparecido esto? Cuando yo leo en la prensa alemana ciertos comentarios sobre Grecia, España o Portugal, tengo mis dudas. Hay resabios. En fin, respecto a lo que usted me preguntaba de si en Trento España se equivocó de Dios, opino que no es un hecho histórico, sino lo que han forjado ciertos ideólogos. Ningún científico digno de este nombre, ningún historiador, puede sostener hoy que la religión protestante es la religión del progreso. ¿Dónde nació el capitalismo? A ver, ¿dónde nació el capitalismo?
¿Dónde nació, pues?
En Italia, en la Edad Media, en el siglo XIV. En Florencia, en Venecia, en lugares en los que no había un solo luterano y en los que sin embargo nacen las casas de cambio, las compañías de comercio, el gran movimiento de capital y de crédito. Por lo que no se puede decir que una nación católica, por ser católica, quede perjudicada desde el punto de vista económico. En cuanto a que sea la raza latina, mediterránea, la que se hunde a partir de cierto momento, eso está claro.
¿Lo está?
Sí, es evidente que a finales del siglo XVI y principios del XVII, el eje de la civilización se traslada del Mediterráneo al Atlántico. Es una circunstancia que nadie ha sido capaz de explicar. No es el catolicismo el que se hunde: por las mismas fechas, el Imperio Otomano también se hunde, y los turcos, como usted sabrá, no son católicos. No es una cuestión religiosa. Estamos ante algo inexplicable. Un historiador francés de finales del siglo XIX, muy anticlerical por cierto, Ernest Lavisse, decía que la fuerza de la civilización no estaba reservada a un país o una región, porque durante muchos siglos la había tenido el Mediterráneo, pero la había perdido. Hubo una profecía a la que se hizo mucho caso en el Antiguo Régimen, la profecía bíblica de Daniel, según la cual el imperio del mundo, el foco civilizador, va traslandándose de este a oeste siguiendo el curso del sol. Primero fueron los asirios, luego los fenicios, luego los macedonios, luego los romanos, luego los españoles… Y en el siglo XVI parecía que el imperio del mundo había llegado al finisterre, a La Coruña, y ya no podía pasar de allá porque no había nada. Hay algo cierto en ello, en esa idea del trasvase paulatino de la civilización de este a oeste: en el siglo XIX pasó al otro lado del Atlántico, a los Estados Unidos o mejor dicho a la fachada atlántica de los Estados Unidos, y luego al Pacífico. ¿Cómo se explica esto? Nadie es capaz de hacerlo.