Juan J. Molina

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Juan J. Molina

sábado, 25 de enero de 2014

HIPERINFLACIÓN Y DERRUMBE ECONÓMICO Argentina y Venezuela, dos paraísos socialistas que galopan hacia el caos

Argentina y Venezuela, dos paraísos socialistas que galopan hacia el caos

Ambos gobiernos agotan sus reservas de dólares para tratar de frenar el desplome de sus monedas en medio de una inflación desbocada.

La presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el de Venezuela, Nicolás Maduro | Archivo

Argentina y Venezuela han caído en la hiperinflación (subidas de precios de más del 50%) y, de mantener la actual senda, galopan directos hacia el caos económico y social. La fuerte devaluación que han sufrido sus respectivas monedas en los últimos días es tan sólo un reflejo de los profundos y graves problemas estructurales que padecen ambos países como consecuencia de las políticas populistas aplicadas en la última década.
En este sentido, el kirchnerismo y el chavismo son dos caras de una misma moneda, llamada "peronismo" en el caso argentino y"socialismo del siglo XXI" en el venezolano, cuyo denominador común es un estatismo exacerbado con la excusa de combatir elmalvado capitalismo.
Sus economías, otrora ricas y desarrolladas, son hoy meras potencias emergentes en constante y creciente declive, cuyo posible colapso amenaza con golpear a sus principales socios comerciales en América Latina, pero también a las grandes empresas españolas con una elevada exposición a ambos países. El Ibex perdió más de un 3,6% este viernes debido, precisamente, a las fuertes turbulencias monetarias que ha registrado Argentina en los últimos días.
Entre el pasado miércoles y jueves, el peso argentino ha sufrido su mayor devaluación en el mercado oficial (regulado por el Estado) desde la quiebra soberana de 2002, tras abandonar la paridad cambiaria de 1 peso-1 dólar. El valor del peso se desplomó más de un 12%, hasta rondar el umbral de 8 pesos por 1 dólar, debido a que el Banco Central de Argentina decidió no intervenir el mercado durante algunas horas. Y si no bajó más fue porque la autoridad monetaria optó, finalmente, por estabilizar su valor, vendiendo unos 100 millones de dólares de sus reservas para comprar pesos.
Se trata de la mayor depreciación intradía que sufre su moneda desde los tenebrosos días del default, hace ahora 12 años. Pero si ésta no se ha producido antes es, simplemente, porque Argentina vive desde entonces bajo el yugo de una fuerte intervención monetaria que fija el tipo de cambio artificial muy por encima del valor real del peso (el que le otorga el mercado, no el Gobierno).
Prueba de ello es el siguiente gráfico, donde se observa el tipo de cambio oficial en la última década: el Estado ha ido devaluando el peso poco a poco, pero de forma creciente, en los últimos años, y ahora que durante apenas dos días ha dejado fluctuar su moneda libremente, se ha desplomado de golpe.
Peso/dólar
Si en 2009 comprar un dólar costaba tres pesos, a principios de 2013 valía casi 5 y ahora ya ronda los 8 por cada billete verde. Y esto en cuanto al cambio oficial, ya que en el mercado extraoficial (en la calle) el denominado dólar blue cotiza por encima de los 13 pesos. Es decir, pese a la devaluación, el valor real del peso es todavía muy inferior al oficial.
Todo ello se traduce en una fuerte inflación, que el Gobierno sitúa en el 10%, mientras que otros economistas la elevan al 30% e incluso algunos expertos independientes la colocan por encima del 60% interanual, tasas propias de un proceso hiperinflacionario.
La razón de esta brusca depreciación monetaria estriba en la política económica seguida por el Gobierno de los Kirchner: nacionalización de industrias y empresas (la expropiación de la petrolera YPF es un claro ejemplo), fuerte e intenso intervencionismo estatal en todos los ámbitos de la economía, un aumento muy sustancial del gasto público y los impuestos y, sobre todo, un creciente proteccionismo comercial. Un particular cóctel, muy similar al venezolano, que ha tenido como resultado la caída de la producción nacional y una inflación cada vez más elevada, consecuencia de una suicida política monetaria para respaldar al Gobierno.
El PIB argentino se está frenando de forma brusca, mientras que su sector exterior lleva tiempo en números rojos. Su balanza por cuenta corriente registra el déficit más alto desde 2001, en tiempos de la convertibilidad con el dólar, como consecuencia del deterioro de sus exportaciones y el fuerte incremento de las importaciones. Esto significa que los argentinos consumen más de lo que producen y, por tanto, necesitan un mayor volumen de divisas para importar bienes y pagar su deuda externa, así como para defender artificialmente su tipo de cambio oficial con el objetivo de ocultar la inflación real a la opinión pública.
Y puesto que Argentina no ingresa el volumen de divisas suficiente mediante sus exportaciones o la producción de petróleo, su Gobierno intenta a toda costa restringir las importaciones a su población (proteccionismo) y atesorar la máxima cantidad de dólares posible, limitando su circulación (cepo cambiario) y evitando la salida de divisas del país (control de capitales).
Pero como es imposible corregir un error con otro mayor, su estrategia ha fracasado estrepitosamente. Prueba de ello, es que sus reservas internacionales se han desplomado hasta mínimos de 2006, por debajo de los 30.000 millones de dólares. En los últimos tiempos, su Banco Central se ha gastado una media de 1.000 millones de dólares al mes en la compra de pesos para evitar el derrumbe de su moneda nacional, pero ante el riesgo evidente de agotar sus reservas ha optado por no intervenir durante un par de días en el mercado oficial, propiciando así la devaluación observada desde el miércoles.
Reservas en dólares
Con este cambio de política, el Gobierno pretende encarecer las importaciones y abaratar las exportaciones argentinas, a costa, eso sí, de empobrecer un poco más a su población. Pero el problema de fondo sigue siendo su decreciente competitividad económica y el excesivo peso de su Estado, con lo que la devaluación oficial servirá de poco. La creciente desconfianza de los argentinos hacia su moneda, el proteccionismo y la escasez de reservas acrecientan el riesgo hiperinflacionario e incluso un escenario de estanflación (recesión y elevada inflación).

Desabastecimiento y escasez en Venezuela

Su aliado venezolano está incluso un paso por delante. El régimen bolivariano que ahora preside el sucesor de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, ha empezado a sufrir graves problemas de desabastecimiento y escasez tras la imposición de rígidos controles de cambio y la fijación de precios por ley.
Primero fue el papel higiénico y otros productos básicos, después llegaron los asaltos a tiendas, la expropiación automática de comercios, la imposibilidad de vender billetes de avión y ahora laausencia incluso de alimentos en las estanterías. El Grupo de Empresas Polar, principal empresa venezolana privada de elaboración de alimentos y bebidas, anunciaba que sus proveedores extranjeros de comida y equipos han dejado de suministrarle porque el Gobierno venezolano no le está facilitando dólares al tipo de cambio oficial con el que poder pagar a los proveedores.
Venezuela, cuya tasa de inflación oficial supera el 50% interanual (la extraoficial ronda ya el 300%), también se está quedando sin dólares, a pesar de disponer de abundante petróleo, ya que sus reservas internacionales se han desplomado a mínimos de 10 años.
Inflación oficial y extraoficial
Inflación oficial y extraoficial
Inflación oficial y extraoficial
La desconfianza hacia su moneda es total. Nadie quiere bolívares. Los venezolanos sólo buscan dólares, euros o bien oro. El valor del bolívar no encuentra suelo: el tipo de cambio oficial es de 6,3 bolívares por dólar y de 11,36 para los turistas extranjeros, pero su cambio real en el mercado negro es de casi 80 bolívares por dólar. Los analistas también prevén fuertes devaluaciones del cambio oficial a corto plazo en el vecino paraíso socialista.

miércoles, 22 de enero de 2014

NO ES POBREZA TODO LO QUE RELUCE, por Diego Sánchez de la Cruz

Comentábamos recientemente en esta bitácora que Intermon-Oxfam se ha hecho un lío hablando de ricos, desigualdad económica y pobreza. Cierto es que el informe “Gobernar para las élites” ha tenido mucho eco entre los medios, pero lamentablemente esta cobertura no ha sido especialmente crítica o rigurosa, sino que se ha limitado, en líneas generales, a reproducir los datos del documento en cuestión sin contrastar ni matizar sus contenidos. Por suerte,quienes llevamos tiempo explicando la evolución de la pobreza y el desarrollo humano en el mundo hemos podido salir al quite de las diferentes falacias o distorsiones que ha lanzado la ONG.
En esencia, el texto de Intermon-Oxfam propone “eliminar la desigualdad económica extrema”, así como adoptar “una mayor regulación de los mercados” encaminada a “fomentar un crecimiento equitativo y sostenible”. La primera de estas dos propuestas sorprende porque asume que la desigualdad es algo malo per se. En realidad, parece obvio que una desigualdad económica generada de forma arbitraria no es de recibo; sin embargo, cuando las diferencias surgen en un mercado competitivo, esas mayores rentas se derivan de un buen proyecto empresarial o un buen servicio profesional. Ejemplos tenemos muchos y muy variados: sin salir de España, Amancio Ortega y Juan Roig, entre otros muchos.
Lamentablemente, la segunda propuesta de Intermon-Oxfam pide un menor grado de libertad económica, lo que redundaría en mayores espacios para la captura de rentas, vía eliminación de la competencia. Al final, las soluciones que pone encima de la mesa la ONG son fuentes de mayor desigualdad económica arbitraria, que es la que, a priori, todos queremos reprimir.
El informe no parece tomar muy en cuenta el intenso proceso de reducción de la pobreza que ha ocurrido en las últimas décadas. Según organismos multilaterales como el Banco Mundial, la tasa de pobreza ha caído del 52% al 22% y la ratio de pobreza extrema se ha acercado al 5%. Buena parte de este salto adelante se ha experimentado en países como China e India, donde los antiguos modelos socialistas han sido reemplazados por reformas liberales adoptadas desde finales de los 70.
Otro aspecto relevante que Intermon-Oxfam ignora tiene que ver con la reducción de la desigualdad a nivel mundial. Así lo expliqué en mi ensayo “El éxito del capitalismo y la globalización en la lucha contra la pobreza“:
Como ha demostrado Xavier Sala i Martín, todos los indicadores dedicados a estudiar la desigualdad en el mundo muestran una tendencia positiva en las últimas tres décadas. Lo vemos en la gráfica que sigue:
desigualdadmundial
Incluso si dividimos el mundo en diferentes regiones, comprobamos que la desigualdad entre países va a menos. La siguiente gráfica muestra una primera línea que mide la desigualdad mundial, mientras que la segunda refleja la desigualdad entre países. Hay una tercera línea que refleja la evolución de la desigualdad “dentro de cada país”, y ahí si vemos un aumento ligero, pero en tasas muy inferiores.
desigualdad entre países

Pero para seguir ahondando en esta cuestión, conviene repasar los trabajos del analista del Banco Mundial Branko Milanovic, que repasando el periodo 2002-2008 ha concluido que “estamos ante algo que podría tener relevancia histórica, ya que por primera vez desde la Revolución Industrial, las desigualdades sociales se han reducido entre 2002 y 2008”. Esto puede sonar extraño si nos fijamos en el titular que muchos analistas han extraído de su estudio (“el 8% de la población mundial concentra el 50% de las rentas generadas en todo el planeta”), pero como explica Juan Ramón Rallo, “no hay de qué extrañarse”, pues “aunque parezca escandaloso que el 8% de la población perciba el 50% de las rentas generadas en todo el globo, bien haríamos en pegarle una repensada a sus implicaciones: en la actualidad, todos los habitantes de EEUU y de la zona del euro representan el 9% de la población mundial y obtienen el 40% de las rentas planetarias”.
Pero el estudio de Milanovic también explica que el tercio más pobre de la población mundial también ha mejorado sus rentas notablemente, con aumentos que van del 40% al 70%. Ni siquiera entre el 5% más pobre hay retroceso, si bien su renta se ha estancado, principalmente porque su incorporación a la globalización está siendo más tardía. En suma, esto confirma que no solamente la pobreza cayó a la mitad en los últimos veinte años, sino que la desigualdad no ha crecido y que el 50% más pobre ha visto crecer su renta en un 80%.
Cierto es que la desigualdad dentro de algunos países ha crecido de forma significativa. Sin embargo, ¿significa esto que las cosas están peor? Domingo Soriano pone el ejemplo de Chinapara ilustrar que no es el caso:
Es evidente que en China han aumentado la diferencias de ingresos entre ricos y pobres respecto a la situación de 1980. Pero al mismo tiempo, todo el país ha experimentado una mejoría muy notable, que le ha permitido acercarse a los países desarrollados y de la que se ha beneficiado la gran mayoría de su población (incluso aunque sigue muy lejos en renta per cápita).
En el caso del país asiático, el informe de la ONG presenta el siguiente gráfico, con la media de ingresos del 10% de sus habitantes más ricos desde 1980 a la actualidad. Y la pregunta que nos podemos hacer es ¿cómo están mejor los chinos: ahora o en 1980? Leyendo el estudio, parecería que hace 30 años porque eran más iguales. En Corea del Norte, por ejemplo, el coeficiente de desigualdad debe ser muy parecido al de 1970. Pero no parece que sus ciudadanos tengan mucho que presumir ante sus vecinos chinos.
desigualdad china
Todo este contexto de reducción de la pobreza y la desigualdad a nivel global ha ido de la mano de una mejora de la esperanza de vida. Lo explica Hans Rosling en este vídeo:

Más ejemplos de mejoras en indicadores de desarrollo humano, en este artículo que escribí para Libre Mercado (“La pobreza mundial se reduce un 80% desde 1970“):
  • La mortalidad infantil ha experimentado un descenso notable en las últimas décadas. Si en 1960 se registraban niveles de 108 fallecimientos por cada 1.000 niños nacidos, los datos de 2011 dejaban este indicador en una media mundial de 28. La caída es superior al 75%. Incluso si nos fijamos en algunos de los países más pobres del mundo, encontramos noticias para el optimismo. Si agrupamos a los cinco países con menor ingreso per cápita (Malawi, Congo, Somalia, Burundi y Nigeria), la caída de la mortalidad infantil es del 40%. El dato es aún mejor excluyendo a Somalia, ya que en dicho país no se han producido avances notables mientras que Malawi, Congo, Burundi y Nigeria ven mejoras del 76,5%, 32%, 37% y 52% a lo largo del periodo comprendido entre 1970 y 2010.
  • Si atendemos a la alimentación, las noticias también son esperanzadoras. El consumo diario medio de calorías crece de 2.575 en 1991 a 2.755 en 2007, según los datos de la FAO. También The Economist ha tratado recientemente de esta cuestión, señalando la tendencia a mejor que se observa en las últimas décadas.
  • En el campo medioambiental, también encontramos signos de mejora que desmienten la supuesta relación entre capitalismo y contaminación. Por ejemplo, las emisiones per cápita de CO2 se reducen de 10,43 a 8,4 toneladas métricas entre 1990 y 2009. Si hablamos del porcentaje de personas que tienen acceso al agua potable, de nuevo hay motivos para la esperanza: este indicador crece del 80% al 86% entre 1990 y 2006.
  • Este progreso se da en un contexto de menos violencia, tal y como demuestran lostrabajos de Steven Piker: “en el siglo XX, pese a todas las guerras y los genocidios, la ratio de muertes fue 9 veces menor que en los tiempos de las guerras tribales. En la Europa de la Edad Media, la ratio de asesinatos era 30 veces mayor que hoy en día. La esclavitud, la tortura y las ejecuciones fueron algo normal durante siglos pero hoy son una rareza. Las guerras entre países desarrollados y democracias han desaparecido; los conflictos armados van a menos y se cobran menos víctimas. Además, caen en todo el mundo las violaciones, los crímenes de odio, las protestas mortales, el abuso a menores, etc”.
  • También se aprecia un cambio positivo en la seguridad laboral. En 1999 se produjeron 7,8 millones de accidentes laborales en el mundo, mientras que en 2008 este indicador había bajado hasta los 4,9 millones.
  • Otro indicador de interés se refiere al número de horas trabajadas. La media anual cae de 2.300 horas en 1950 a 1.800 horas en 2011. También la educación es otro campo en el que encontramos buenas noticias. Los años de aprendizaje primario y secundario que puede esperar un niño han subido de 9,5 a 12,3 entre 1980 y 2011.
Pero hay muchos otros aspectos que podemos destacar ciñéndonos solamente avances en el ámbito de la salud.
Por ejemplo, cae el número de fallecimientos por Sida desde 2004 (datos del Banco Mundial):
Muertes Sida MundoBaja la incidencia de la tuberculosis de forma notable desde 1960 y, especialmente, entre 2004 y 2010 (datos de la Organización Mundial de la Salud):
Tasa incidencia tuberculosis mundoLa malaria, que llegó a afectar a 60 millones de personas, llega ahora a un número de personas inferior a 50.000. La reducción desde el año 1999 ha sido notable, con importantes avances entre 2002 y 2004 (datos del Banco Mundial):
Malaria casos mundo afecciónEl acceso a fuentes de agua potable también mejora sustancialmente y ya llega a más del 86% de la población mundial (datos de la ONU):
Acceso agua potable mundoComo ya se mencionó antes, la esperanza de vida también sube de forma significativa, incluyendo a los países de ingreso bajo o medio bajo (datos del Banco Mundial):
Esperanza de vida países pobres ingreso medio bajo media global
La mortalidad infantil también va cayendo de forma sostenida en el mundo (datos de UNICEF):
Mortalidad infantil en el mundo
Las vacunas también llegan hoy a muchas más personas que antaño, contribuyendo a consolidar el avance de los indicadores mencionados anteriormente. En las siguientes gráficas vemos la cobertura de vacunas para la hepatitis B, la tuberculosis, la fiebre amarilla, el polio, el tétanos, la gripe B…
Cobertura vacunas en el mundo
¿Más avances? Por ejemplo, el tratamiento del cáncer empieza a rendir resultados esperanzadores: la ratio de casos mortales ha bajado un 20% desde 1990 hasta hoy en día, como señala el doctor Otis Brawley, de la Sociedad Americana de lucha contra el Cáncer. Además, cae un 35% la ratio de muertes por cáncer de mama, mientras que en el cáncer de colon también se detecta un descenso del 35%.
Mientras tanto, el consumo de tabaco en los países de la OCDE declina notablemente en la última década. Esta mejora en salud puede ir de la mano de un avance mayor si se desarrollan las mejores perspectivas del sector de los llamados cigarrilos eléctricos:
Consumo tabaco OCDE
Nada de esto aparece en el informe de Intermon-Oxfam. Peor aún, la metodología empleada es más que cuestionable: como ya hemos explicado, la ONG habla del patrimonio de las grandes fortunas pero confunde “ingresos” y “riqueza”, hablando en ocasiones de rentas y en otras de posesiones o activos. En realidad, la información sobre esta cuestión es difusa y en ningún caso permite hacer el tipo de afirmaciones que hace Intermon-Oxfam.
Además, la ONG habla de dinero y riqueza como si se tratase de un juego de suma cero cuando, en realidad, estos procesos son dinámicos e incrementales. Así lo expliqué en mi artículo “Riqueza creada y riqueza heredada“:
Hablemos del 1% más rico del país más próspero del mundo: Estados Unidos. Hace veinte años, a comienzos de los noventa, el 57% de los millonarios incluidos en este selecto club había recibido su patrimonio en herencia, mientras que un nada despreciable 43% había generado dicha riqueza a lo largo de su vida profesional. Hoy, la tendencia muestra que la riqueza heredada va a menos, ya que su peso ha caído al 45%, un descenso de doce puntos porcentuales. Por su parte, el porcentaje reunido por los multimillonarios que han creado su propia fortuna a lo largo de su vida asciende ya al 55%.
Si ampliamos nuestro campo de estudio y analizamos grupos más amplios, ¿encontramos una movilidad aún mayor? La mejor referencia para responder esta pregunta es el informe “Las claves de la riqueza: orígenes y destino”, publicado por Barclays. Dicho documento es especialmente relevante para nuestra investigación, pues toma un umbral de riqueza más bajo y analiza datos de todo el mundo. Ya no hablaremos solamente del 1% más rico de EE UU sino de miles de millonarios en todo el planeta.
Pues bien, la publicación de Barclays asegura que sólo el 26% de la riqueza global estudiada es “heredada”, mientras que el resto proviene de inversiones, venta de negocios o rentas del trabajo. Los datos presentados subrayan que, con porcentajes aproximados al 20%, EE UU y Europa están a la cola en la cuota de riqueza “heredada”. Del mismo modo, ambos continentes se colocan a la cabeza en movilidad social. Esta realidad contrasta con otras regiones del mundo como Oriente Medio o América Latina, donde el porcentaje de patrimonio “heredado” es, respectivamente, del 49% y del 36%. 
Hasta ahora he subrayado el alto grado de movilidad y dinamismo que caracteriza a buena parte de los millonarios del mundo. No obstante, este ensalzamiento de la movilidad social no debe hacernos pensar que la riqueza “heredada” es acaso menos legítima. Todo lo contrario: la inmensa mayoría de las familias, sea cual sea su nivel de renta, procura dejar un legado material a sus descendientes. Esto no solamente es totalmente legítimo y generalmente aceptado, sino que también refleja una actitud proclive al ahorro, componente esencial para el desarrollo de una economía sana.
De la movilidad social y su efecto entre los más ricos también habla Thomas Sowell, de nuevo tomando el caso de Estados Unidos:
Los individuos que en 1996 se encontraban entre el 20% más pobre del país vieron cómo en 2005 su renta había aumentado en un 91%, con lo cual ya habían dejado mayoritariamente de pertenecer a la categoría estadística de los pobres. Los individuos pertenecientes al 1% más rico en 1996, por su lado, vieron cómo en el mismo período su renta se reducía en un 26%, por lo tanto, muchos de ellos dejaron de estar dentro de ese 1%.
Pero hay muchos otros aspectos que conviene recordar. Por ejemplo, las personas de mayores recursos son, con diferencia, quienes más ingresos aportan al fisco. Fijémonos en los datos de recaudación de Hacienda para ver la situación española:
  • El 20% más rico aporta el 60% de toda la recaudación obtenida por el Impuesto sobre la Renta. Dicho grupo engloba a contribuyentes con ingresos superiores a los 33.000 euros, por lo que no hablamos de un quintil enormemente pudiente.
  • Si subimos al 5% más rico, vemos que sus ingresos anuales son de más de 84.000 euros. De nuevo, ni siquiera estamos ante patrimonios exorbitantes; no obstante, su aportación a la recaudación por IRPF sube al 20% del total.
  • Centrándonos en el 1% más rico, los datos de Hacienda nos dicen que generan el 16% de todos los ingresos conseguidos por este gravamen.
Esto significa que si la riqueza del 1% más rico no pagase impuestos, el resto de contribuyentes pagaría 10.000 millones más en el IRPF para mantener constante la recaudación. Si ampliamos el cálculo al 20% más rico, la factura tributaria adicional rondaría los 40.000 millones de euros. Esto supondría que cada persona con ingresos por debajo de los 30.000 euros pague anualmente a Hacienda unos 2.600 euros más.
¿Qué sabemos del 1% más rico de nuestro país? Veamos:
Hablar del 1% más rico de España es referirse a un grupo integrado por alrededor de 370.000 personas. Su renta media es de 153.000 euros, por lo que no hablamos de una elite especialmente pudiente, al menos en comparación con la de otros países de nuestro entorno. De hecho, el 1% más rico de España atesora el 8% de la renta nacional frente al 11% de Suiza, el 10% de Italia, el 9% de Francia. En los países nórdicos, su peso sobre el total se asemeja al de España.
Que España no es un país de grandes fortunas lo demuestran los índices dedicados a medir la residencia de estos patrimonios. El informe de UBS sobre los multimillonarios del mundo señala que Madrid (1.135) tiene seis veces menos multimillonarios que Londres (6.360) y tres veces menos que París (3.195). Otras urbes europeas como Dusseldorf, Hamburgo, Frankfurt, Roma o Génova también están por delante de la capital española.
Cierto es que el patrimonio de los españoles más ricos ha crecido un 10% en 2013, de acuerdo con el índice de riqueza global de Crédit Suisse. Sin embargo, este dato debe ser explicado para comprender la dinámica que entraña: en realidad, no se ha producido una recuperación significativa de los ingresos corrientes de este colectivo, sino que los principales factores que explican su mejor posición patrimonial son la apreciación del euro frente a otras divisas y la atenuación de la caída de los precios inmobiliarios. Otro motivo significativo es el rebote del Ibex 35 a lo largo del presente año, si bien el mercado de valores españoles sigue muy por debajo de los máximos alcanzados hace años.
Por otro lado, al margen de las comparaciones entre 2012 y 2013, lo cierto es que ampliando a un lustro nuestro análisis podemos comprobar que la crisis también ha golpeado duramente a los españoles más ricos. Lo podemos ver comprobando la evolución de su renta media: hoy es de 153.000 euros. Pero en 2006 ascendía a 240.000 euros. Hablamos, por tanto, de una caída superior al 35%.
Por último, es innegable que un debate serio sobre esta cuestión exige ofrecer propuestas de mejora. Aquí propongo algunas:
Los impuestos al trabajo reducen un 42% el sueldo de los trabajadores. El coste de las cotizaciones sociales asciende a una media de 10.812 dólares en España, un 35% por encima de la media de la OCDE (6.796 dólares). Como consecuencia, el esfuerzo fiscal en España es un 20% más alto que la media europea, tal y como confirman datos de Gestha. De hecho, la Asociación Española de Asesores Fiscales y Gestores Tributarios ha señalado que este indicadorse sitúa en el 40%, el nivel más alto de toda la UE. Así las cosas, el trabajador español medio paga 8.667 euros al año en impuestos.
Además, también es importante mejorar indirectamente otros aspectos que presionan a la baja el patrimonio de los españoles: malos resultados del sistema educativofalta de cultura inversora y financierahostilidad hacia capitalismoobstáculos al crecimiento de las PYMES,rigidez laboral, etc.
Fuente: http://diegosanchezdelacruz.wordpress.com/2014/01/22/las-falacias-de-intermon-oxfam-sobre-la-desigualdad-y-la-pobreza/ 

martes, 21 de enero de 2014

Garicano: "No podemos financiar el Estado del Bienestar sin antes generar riqueza", por DIEGO SÁNCHEZ DE LA CRUZ

El profesor de la London School of Economics presenta El dilema de España e invita a reflexionar sobre las reformas pendientes.

Luis Garicano, en una imagen de archivo. | Fedea

DIEGO SÁNCHEZ DE LA CRUZ 
Luis Garicano nos recibe sonriente, lleno de energía e impaciente por hablar sobre el futuro económico de España. El profesor de la London School of Economics acaba de publicar El dilema de España (Ediciones Península), un libro en el que apuesta por una economía más productiva como receta para un mayor nivel de bienestar. El lanzamiento ya ha sido todo un éxito. Apenas unos días después de su publicación, el ensayo está entre los libros más vendidos del momento.
¿Qué encontrará el lector en El dilema de España? Uno de los fragmentos más interesantes consiste en un viaje al futuro en el que Garicano nos ofrece dos posibles visiones de España: en una, nuestra economía se parece a la de Venezuela; en otra, la comparación es conDinamarca.
¿Tanto hay en juego? Garicano lo tiene claro. La prosperidad de mañana dependerá del camino que tomemos hoy. La situación de partida que dibuja el profesor afincado en Londres habla de una economía de grandes contrastes. "En España, tenemos un segmento empresarial que destaca por su innovación, su pujanza internacional, su capacidad de competir en el extranjero, pero también tenemos campos de actividad económica en los que no hay competencia y los beneficios los dicta el capricho del regulador. Es el llamado capitalismo castizo".
Frente a ese paradigma, Garicano propone tomarse en serio la liberalización de la economía. "España es uno de los países en los que menos gente confía en el mercado, pero a menudo esa desconfianza se debe a que esos mercados no están funcionando de manera correcta. Necesitamos reducir la intervención y cambiar la regulación para que desaparezcan los mercados basados en capturar rentas y así tengamos mercados en los que el beneficio obedezca a procesos de competencia", apunta.
El profesor de la London School of Economics tiene claro que, si no se aplica una agenda de liberalización capaz de impulsar la productividad y el crecimiento, el Estado del Bienestar será cada vez menos sostenible. "A menudo se habla de los países del Norte de Europa como el ejemplo a seguir, pero no se explica que esos Estados del Bienestar se mantienen porque hay un margen mucho mayor de libertad económica".
¿Ejemplos? "Pensemos en Holanda, allí el sistema de Seguridad Social es completamente privado. Fijémonos en Dinamarca, allí el mercado laboral tiene un enorme grado de flexibilidad. Al final, no se puede financiar un Estado del Bienestar moderno si antes no se genera riqueza suficiente. ¿Y dónde se genera esa riqueza? ¡Se genera en el mercado!", enfatiza. Aquí Garicano insiste en la importancia de las instituciones para habilitar ese mayor grado de laissez faire.
"Desde Douglass North hasta Daron Acemoglu, si algo hemos aprendido los economistas en los últimos veinte años es que las instituciones son esenciales para el desarrollo de un mercado competitivo y dinámico".
Según el autor de El dilema de España, estas ideas y principios no están necesariamente tan lejos de la mentalidad del español común. "No escucho que mucha gente critique los salarios de Zara. Se entiende y se acepta que es una empresa que compite en todo el mundo, que genera mucho empleo y que fija las condiciones salariales que ve convenientes. Otra cosa es la caja de ahorros, el subsidio, el amiguismo… Cuando las rentas siguen al mérito y se alcanzan en competencia, se asume sin problema. Cuando las rentas se derivan de favores, ahí viene el problema. Ahí es cuando la gente cree que le están tomando el pelo. Y tienen razón. Pero eso no es el capitalismo, eso no es el mercado. Eso, si se quiere, es el capitalismo castizo".
Esa diferenciación preocupa mucho a Garicano. "Amancio Ortega no hace su dinero en esos sistemas, tampoco Bill Gates, tampoco Steve Jobs, tampoco cualquier empresario que trabaja en un entorno competitivo. Esa riqueza se genera produciendo cosas que los demás valoran. Y eso es el capitalismo. Punto".

Las propuestas

Garicano, uno de los fundadores del blog económico Nada es gratis, quepresentó su nuevo libro este lunes en la Fundación Rafael del Pino el día 20 de enero, apuesta por adoptar reformas integrales que mejoren el marco económico e institucional de nuestro país. No obstante, también contempla propuestas originales y de fácil aplicación.
Así, habla abiertamente de "abolir el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y eliminar los impuestos directos a las personas mayores de 65 años. Los dos gravámenes que menciono apenas tienen impacto en la recaudación, pero su efecto es muy negativo. Sobre el segundo punto, acabar con la imposición directa no tendría ningún coste fiscal en el caso de los jubilados españoles y, además, nos ayudaría a atraer a más personas de otros países".
Cuando Garicano propuso por primera vez esta interesante reforma tributaria habló abiertamente de usar este tipo de incentivos fiscales paraconvertir a España en la Florida de Europa. "Vivir en España tendría entonces un enorme atractivo para muchos jubilados. Esto aportaría riqueza al país y nos permitiría generar puestos de trabajo dedicados a estos nuevos residentes", señala el catedrático de Economía y Estrategia.
La reconversión laboral que habilitaría esta propuesta se enmarca dentro de un reto más general que también plantea El dilema de España: latransición hacia nuevas fórmulas de empleo, "con menos trabajo en los sectores más rutinarios y mecánicos, pero con más oportunidades en otros ámbitos. En el campo de los servicios profesionales, los estudios de FEDEA han demostrado que tenemos capacidad de crear un millón de nuevos empleos. Hay mucho por ganar, pero esas oportunidades no van a llegar solas, hay que crearlas".
¿Se producirán estos cambios o saldremos de esta crisis consolidando estructuras económicas poco competitivas? Garicano cree que estar en el euro nos conducirá por el primer camino. "Inicialmente, la moneda única ayudó a profundizar la burbuja inmobiliaria. Eran años en los que la productividad bajaba de forma sistemática. No obstante, como no hemos podido consolidar ese modelo a golpe de devaluaciones, el euro ha sido un corsé muy bueno y muy necesario, pues nos ha obligado a afrontar las reformas pendientes", apunta el doctor en Economía por la Universidad de Chicago.
Estas reformas que ha abordado España empiezan a arrojar resultados positivos en los indicadores sintéticos de actividad. Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer. Garicano tiene claro que una de nuestras asignaturas pendientes es el mercado laboral. Su propuesta de adoptar un "contrato único" se apoya en la simplificación normativa, pero, sobre todo, "en la necesidad de evitar que haya un gran muro separando a quienes tienen contratos indefinidos y quienes no. El coste de contratación y despido de los primeros es muy diferente al de los segundos. Introduciendo un esquema más gradual, el mercado laboral sería más flexible, evitando que tantos y tantos jóvenes se queden en un círculo vicioso en el que conseguir un empleo estable parezca casi un milagro".
Poniendo el ejemplo de Reino Unido, Garicano subraya que las islas británicas "vivieron una caída del PIB similar a la de España, pero no por ello experimentaron un dramático repunte del desempleo. En Reino Unido, los salarios cayeron al comienzo de la crisis, las horas de trabajo se ajustaron a la baja, pero lo cierto es que, en términos de paro, no se produjo un estallido como el que se ha dado en España. Esto ayuda a que la crisis sea mucho más llevadera y nos enseña que nuestro mercado laboral debe cambiar para evitar que futuras recesiones nos vuelvan a llevar a situaciones como la actual".
El profesor se muestra especialmente crítico a la hora de hablar de la educación en España. Refiriéndose a la universidad, pide que, en vez de enmendar el modelo actual, se replantee por completo. "Ahora mismo, la universidad española no hace su trabajo. Todo se basa en el dictado de contenidos, en conseguir que los jóvenes memoricen algo y lo reproduzcan en un examen. Eso no es educar ni enseñar. A eso unimos el problema que tenemos en cuanto a la innovación, el desfase entre los contenidos académicos y la realidad del mercado", apunta Garicano.

La cuestión territorial

Refiriéndose al debate sobre la hipotética secesión de Cataluña, el autor se muestra preocupado por la falta de entendimiento entre los gobiernos de Rajoy y Mas. "Desde Cataluña se piensa solamente en la legitimidad de los votos y desde Moncloa se argumenta solamente en base a la legitimidad de la ley. El problema es que es difícil encajar estas visiones. Me preocupa que esto acabe en un choque de trenes", apunta.
El académico propone explorar el federalismo fiscal como una vía alternativa. "España tiene que ir en esta dirección. La financiación de cada Comunidad Autónoma debe responder a sus propias decisiones económicas, fiscales... El cupo vasco sería un buen ejemplo a seguir. En última instancia, se trata de impulsar la competencia entre regiones, que, sin duda, sería muy sana, como lo es la competencia en general".