Juan J. Molina

Juan J. Molina
Juan J. Molina

sábado, 26 de noviembre de 2016

COHEN


Hay una grieta en todo, 
así es como la luz penetra.

There is a crack in everything,
that's how the light gets in.

sábado, 12 de noviembre de 2016

Discurso de Leonard Cohen al recibir el Premio Príncipe de Asturias


Una bonita historia de dignidad y agradecimiento. Merece la pena escucharlo de su propia voz.




TO LEONARD COHEN WITH WHOM WE SHARED SO MUCH LOVE, by Juan J. Molina

“…death has taken from me, as if struck by lightning…” In this way began the poet his elegy to  friend died. This early morning death has taken from us, as if struck by lightning Leonard Cohen with whom we shared so much love. Few times I have felt so much the death of an artist as in this occasion. Sometimes, it is not necessary to know somebody to believe that you actually known him, that he was one more of your friends.
Allelujah! Of having been able to enjoy of your work, take Manhattan first and then  Berlin. We dance together to the end of love in your secret live and we whisper things to Suzanne, Marianne and many others… In the Chelsea Hotel, Things that everybody know. And we had the honour to enjoy Alexandra’s evening, and we were brave when the god of love prepared us to her depart and we did not invent excuses or strategies about causes and effects. Even I can imagine you dancing that waltz with your famous blue raincoat.

And your last song, as an accurate epitaph, thine is the glory and our the shame, Hineni, hineni, you want it darker. I am ready, my Lord. Beyond where you want that are, if there is a God, I am sure that he has gone to find you.   


viernes, 11 de noviembre de 2016

A Leonard Cohen, con quien tanto quería...Por Juan J. Molina

“…Se me ha muerto como del rayo…” así empezaba el poeta su elegía al amigo muerto. Esta madrugada se nos ha muerto como del rayo Leonard Cohen, con quien tanto queríamos. Pocas veces he sentido la muerte de un artista como esta, a veces, no hace falta conocer a alguien para llegar a creer que lo conocías, que era uno más de tus amigos
Allelujah! De haber podido gozar de tu música, tomamos Manhattan primero y después Berlín. Danzamos juntos al final del amor en tu vida secreta y susurramos cosas al oído de Suzanne, Marianne y tantas otras… en aquel hotel de Chelsea, cosas que todo el mundo sabe. Y tuvimos el honor de disfrutar de las tardes de Alexandra, y fuimos valientes cuando el Dios del amor nos preparó para su partida y no inventamos excusas, ni estrategias sobre las causas o los efectos. Aún te puedo imaginar bailando aquel waltz con tu famosa gabardina azul.

Y tu última canción, como un epitafio certero, tuya es la gloria y nuestra la pena, Hineni, Hineni, Tú lo quieres más profundo. Estoy preparado mi señor.  Allá donde quiera que estés, si hay Dios, seguro que fue a recibirte.




jueves, 10 de noviembre de 2016

En democracia no hay violencia justificable, por Juan J. Molina

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Algunos persisten en la idea de que se puede permitir cierto grado de violencia, ´violencia pequeñita´, como rodear el Congreso en el Pleno de investidura del nuevo presidente del Gobierno, es sólo libertad de expresión, dicen. Llamar ´putas´ a las diputadas de un partido político por personas que normalmente se rasgan las vestiduras si alguien usa un lenguaje que ellos consideren sexista, pero que en este caso se unen entusiastas al coro acusador; llamar fascistas a los diputados de un partido, al mismo tiempo que se les lanzan todo tipo de objetos, botellas, monedas, mecheros, latas de cerveza, etc. y vitorear a los de otro, cuyos dirigentes lo justifican porque «es que la gente está frustrada y tienen derecho a dar rienda suelta a sus frustraciones».
Todos nos frustramos cuando no conseguimos aquello que esperábamos, pero eso no justifica que boicoteemos a aquellos que sí alcanzan lo que anhelaban, a no ser que lo hubieran conseguido con trampas; ¿pero es eso lo que insinúan los que rodean el Congreso, insultan y agreden a otros? ¿Los justifican los líderes de algunos partidos porque piensan, de verdad, que este Gobierno no es legítimo? ¿Cuándo es un Gobierno legítimo para esta gente? La respuesta es sencilla, es legítimo si son ellos los que gobiernan. Por eso tienen un plan B, que no esconden: tensionar la sociedad. Crear agitación, buscar el conflicto, agitar la calle. Si yo no gobierno, no gobierna nadie, al menos no gobernará en paz.
Es una hoja de ruta clásica del revolucionario trasnochado: a río revuelto, ganancia de pescadores, cuanto peor, mejor. Ese es el plan que la izquierda populista tiene para lo que dure esta legislatura y cuando acabe, el asalto final para tomar la Bastilla, o lo que es lo mismo, lo que quede del Psoe. Bernstein dijo en aquel histórico Congreso Socialista: «Señores, ya no es tiempo de revoluciones, la gente ya no quiere derribar Gobiernos, quiere mejores sueldos, poder comprarse una casa y tener un mes de vacaciones». El socialismo real, revolucionario y no democrático acababa de morir y nacía la socialdemocracia. Por desgracia, aquellos herederos de esa socialdemocracia en España aún no se han enterado del todo, por no hacer, ni siquiera se han cambiado el nombre como han hecho la mayoría de partidos de izquierda europeos y han pasado a denominarse socialdemócratas con algún añadido delante o detrás. No es de extrañar que entre tanta confusión mental los populistas, que sí son todavía socialistas y marxistas, crean que pueden tomar el castillo. Es un momento crucial para el Psoe, quizás el mejor momento para coger el toro por los cuernos y dar el salto hacia lo que en realidad son y no pueden dejar de ser si es que quieren sobrevivir en un país occidental de libre mercado y con una democracia liberal, y refundarse de una vez como el partido socialdemócrata español.

Mientras tanto, los que justifican la ´violencia pequeñita´ no entienden, o peor, les da igual; que no existe tal pequeñez, que se empieza insultando, se pasa al lanzamiento de objetos y de ahí al empujón, el puñetazo y la paliza solo media un breve espacio de tiempo; lo que viene después ya todos lo conocemos, lo hemos sufrido durante muchísimos años en este país y se ha pagado con sangre. Dicen ellos, los dirigentes de Podemos y otros allegados, que la violencia tiene una explicación política, incluida la del terrorismo; por supuesto y filosófica si te empeñas. Cuando maten a alguien vais y le explicáis el por qué un mal nacido le ha quitado la vida a un hermano o a un hijo o a un amigo, que veréis por donde se pasa vuestra explicación los parientes del muerto. Una vez llegado a ese punto, la gente ya no quiere, ni necesita explicaciones, lo que tiene en sus manos es la justificación para devolver el golpe y también tendrá su explicación, y mucho más sencilla: venganza.
Por eso, en democracia, no se pueden justificar los actos violentos, por muy ´pequeñitos´ que parezcan. La violencia engendra más violencia y cada vez de más calibre. No sigan por ese camino, condenen la violencia venga de donde venga y no sean ingenuos, no crean que la dirección va a ser siempre la misma, la violencia siempre tiene un camino de ida y vuelta, antes o después se vuelve contra los que la producen, la amparan o la justifican.
Fuente:http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2016/11/07/democracia-hay-violencia-justificable/780603.html 

martes, 1 de noviembre de 2016

Una enfermedad llamada pobreza JUAN JOSÉ MOLINA

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La pobreza es una lacra social que no podemos permitirnos. En una sociedad avanzada y tecnológica como la nuestra no puede haber quienes lo tengan todo y quienes no tengan nada. Es posible y hemos de admitir que no puede haber de todo para todos, pero sí que puede haber para todos lo mínimo necesario. El derecho a unos bienes mínimos, debería ser, junto con el acceso a la salud y la educación, un derecho fundamental.
Los datos de la Región de Murcia en cuanto a índices de pobreza son descorazonadores. Uno de cada diez murcianos está en situación de pobreza extrema y cuatro de cada diez, en riesgo de pobreza y exclusión. Estos son los síntomas de una sociedad enferma. Enferma de pobreza.
La pobreza es una enfermedad compleja porque tiene muchos desencadenantes y muchos son también los tratamientos probados, con mayor o menor éxito. La desigualdad es uno de esos desencadenantes porque permite que en sociedades prósperas la riqueza sólo alcance a unos en abundancia, a otros de refilón y a algunos ni por asomo. Tampoco el igualitarismo, como tratamiento, la soluciona, pues si bien a todos les llega algo, en general toda la sociedad se empobrece y sólo determinadas élites gozan de un estatus privilegiado.
Como dice el refranero, «Señor, no me des, pero ponme donde haya». Sin duda, la creación de riqueza es el mejor antídoto en una sociedad rica si algunos no alcanzan nada es porque hay una distribución inadecuada y falta de solidaridad, pero eso puede arreglarse. El problema es mucho más grave cuando nada hay que repartir, cuando lo único distribuible es la propia pobreza.
Por suerte, nosotros vivimos en sociedades productivas y prósperas; por lo tanto, tenemos superado lo más importante: hay riqueza para repartir. Ahora nos toca ser capaces de arbitrar medidas para que aquellos que, por las circunstancias que sean, no logran alcanzar unos mínimos de subsistencia dignos reciban esa parte de prosperidad a la que tienen derecho. Porque si cuando eres productivo la sociedad te demanda una parte de tu beneficio, cuando ya no lo eres, esa misma sociedad no puede abandonarte a tu suerte.
Las sociedades han prosperado y prosperan por una causa perfectamente identificada, la esperanza que tenemos todos de mejorar, de alcanzar nuestros sueños, para eso trabajamos todos. Pueden ser sueños materiales o de otra índole, pero esos sueños son el incentivo que nos mueve a todos. Cuando el fruto de nuestro trabajo no nos va a permitir prosperar, a lo sumo solo nos servirá para subsistir, qué sentido tiene el esforzarse.
La complejidad de las soluciones para la pobreza consiste en saber encontrar el punto de equilibrio entre un reparto justo y no crear la sensación de que no esforzarse, a conciencia, puede ser rentable.
Las medidas que tenemos que tomar para erradicar la pobreza no deben ir encaminadas a que los pobres sean menos pobres, si no a que dejen de ser pobres. Cuando hay una gotera, la solución no puede ser poner cubos para recoger el agua, debemos ir a la raíz del problema y arreglar el tejado.
Dar subsidios para tapar agujeros en la economía de una familia que no tiene ingresos es una medida de emergencia, necesaria en un primer momento, pero las medidas reales tienen que ir a paliar el verdadero problema, ¿por qué esas personas son incapaces de encontrar un hueco en el mercado laboral? Ese es el camino, al menos, así lo creemos nosotros.
Y desde Ciudadanos Murcia lo abordamos con medidas concretas, nuestro proyecto de Tarjeta Solidaria, que ha ido transformándose con el tiempo gracias a las aportaciones que ha ido recibiendo de diferentes colectivos, va directamente en esa dirección. El objetivo principal es sacar del círculo vicioso en que se encuentran las personas en situación de pobreza extrema o en riesgo de pobreza, por encima de las ayudas monetarias priorizamos las medidas complementarias, como decía al principio de mi intervención, no queremos que sean menos pobres, queremos que dejen de serlo.
Es un acuerdo de investidura que aún no se ha puesto en marcha, ni se pondrá hasta que no se cumplan todas las condiciones que creemos necesarias. Es un proyecto de investigación social, porque es necesario evaluar las políticas que hacemos, saber si dan buenos resultados y si hemos acertado. Las políticas públicas deben poder evaluarse, porque no hay nada que no tenga costes. El papel lo soporta todo y algunos plantean sus programas como buenos en sí mismos y para todo el mundo, pero no siempre es así. Igual que perseguimos el éxito, no debemos tener miedo al fracaso, es una parte más del proceso que debe servir para aprender.
La innovación y la búsqueda de nuevas soluciones para problemas viejos, y el de la pobreza es muy viejo, debe ser un objetivo en nuestras políticas. Por ejemplo atraer la inversión privada en la financiación de las políticas sociales, que ya se hace en otros sitios y funciona.
Un ejemplo son los Bonos de Impacto Social (BIS, o contratos de pago por éxito) que ofrecen un mecanismo innovador de financiación de servicios sociales. Los BIS se instrumentan a través de un contrato de servicios entre una administración pública y una organización proveedora de servicios sociales, en que la financiación se condiciona a la obtención de determinados resultados u objetivos sociales. La novedad de esta filosofía de trabajo se encuentra no sólo en vincular la financiación a la obtención de resultados, sino a que el gobierno, mediante su compromiso de pagar a cambio de resultados, logra incentivar la participación de inversores privados en la financiación de los programas.
En definitiva, tenemos que conseguir erradicar esta enfermedad social que es la pobreza, difícilmente soportable y muy peligrosa porque socava los cimientos de la paz social, y hemos de hacerlo yendo al origen y con políticas valientes e innovadoras. «Las sociedades que no saben usar su riqueza son de una pobreza incurable, porque es pobreza de espíritu».
Fuente: http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2016/10/24/enfermedad-llamada-pobreza/777184.html

El fin del automóvil tal como lo conocemos está muy cerca: la revolución que ya es real

Algo que creíamos imposible hace sólo unos meses parece una realidad: el fin del automóvil como lo hemos conocido hasta ahora. Los acontecimientos se están acelerando a una velocidad de vértigo. Mientras Singapur se convierte en una “first-mover nation” en este ámbito, permitiendo que la startup NuTonomy despliegue una flota de taxis autoconducidos, Uber realiza su propia prueba piloto en Pittsburg, y Fordanuncia que lanzará coches sin conductor (pero también sin motor, sin volante, sin cambio de marchas, y sin pedales) en 2021. BMW tiene planes similares, y la mayoría de grandes marcas de automoción, dormidas hasta el momento, se han lanzado a una desesperada carrera de adquisición de startups que dominan las tecnologías clave del coche conectado: navegación, inteligencia y visión artificial, ciberseguridad y batería eléctrica, entre otras. Volvo se alía con Uber, GM con Lyft (competidor de Uber), y BMW con Intel.
Las revoluciones tecnológicas no son fáciles de predecir
La alocada carrera, impulsada por billones de dólares de capital riesgo, y propulsada por tecnologías de desarrollo exponencial (por primera vez, la ley de Moore aplicará al automóvil) tiene un punto final: el coche autoconducido, eléctrico y compartido. Tesla fue la primera que rompió la barrera de prestaciones del antiguo motor de combustión, demostrando que podía lanzar al mercado un vehículo eléctrico de igual prestaciones (rango, aceleración y potencia), y al mismo precio. Su modelo 3, lanzado en abril, tuvo 276.000 pedidos en una semana. Pero la arquitectura final parece que no será sólo el vehículo eléctrico. El nuevo paradigma supondrá la desaparición del conductor, y la irrupción de un nuevo modelo de negocio: el coche compartido.
El automóvil pasará de ser un producto a ser un servicio, a la vez que la vieja máquina mecánica se convierte en un gran PC con ruedas. Por eso, Google, Apple, Baidu (el Google chino) o Alibabá (el Amazon chino) también amenazan entrar en el sector. Un sector que se ha considerado “fortaleza” en las escuelas de negocio durante un siglo, hasta que la combinación explosiva de fuerzas de tecnología de crecimiento exponencial, innovación disruptiva en modelo de negocio y nuevas tendencias de economía colaborativa y sostenibilidad han reconfigurado un nuevo y sorprendente paradigma.
En pocos años, usted podrá abonarse a una empresa de movilidad, y programará sus necesidades mediante una aplicación en su smartphone. Cada día, por la mañana, un robotaxi le pasará a buscar puntualmente para llevarle al trabajo. El sistema de inteligencia artificial de su empresa de movilidad determinará la ruta a su destino. Le asignarán un slot de salida y una ruta, como si se tratase de tráfico aéreo. Los atascos dejarán de existir, pues los programas informáticos de control de tráfico rodado los podrán anticipar y disolver. También dejaremos de ver semáforos en las calles, dado que los robots no necesitan interpretar visualmente luces verdes o rojas: bastará un bit activado por el centro de control (¿vemos semáforos en las pistas de despegue de aviones?). Si se pincha una rueda, otro vehículo de la flota será movilizado inmediatamente para recogerle y continuar cómodamente su trayecto (ya se encargará el sistema de mantenimiento corporativo de rescatar y reparar el antiguo). Si llega tarde a su destino, recibirá una bonificación. Y, a final de mes, recibirá una factura en su domicilio de consumo de movilidad en función de los kilómetros recorridos.
Futuro de los vehículos
El nuevo paradigma será mucho más eficiente medioambientalmente y en la gestión de recursos. No será necesario comprar un automóvil. Bastará con subscribirse a un servicio de transporte. Eso significará que, progresivamente, dejaremos de ver vehículos personales en las calles, y cada vez más veremos automóviles corporativos autoconducidos. Hasta el punto que, en unos años, sólo circularán estos últimos. Flotas de robotáxis serán los únicos coches que veremos en las carreteras. Cuando desee desplazarse, a través de su teléfono móvil, comunicará su trayecto y, en unos minutos (el objetivo de las empresas que lideran el cambio de modelo es hacer esperar al usuario un máximo de 60’), el robotaxi disponible más cercano le vendrá a recoger. La dinámica del sector será de unas pocas grandes compañías con inmensas flotas, compitiendo en velocidad y calidad de servicio por el usuario.
La desaparición del vehículo como instrumento de propiedad individual tendrá otras repercusiones: la reducción drástica del parque de vehículos existente. De hecho, el automóvil es un activo de muy poco uso medio. Se anticipan posibles caídas masivas de las ventas de coches a particulares. ¿Cómo afectará eso a la economía de zonas con fuerte presencia de la industria automotriz? Los automóviles corporativos estarán permanentemente en circulación, saturados al 100%, y eso significará otro sorprendente cambio: la desaparición de los parkings. Como usted no tendrá coche, no tendrá que aparcarlo. Se liberarán inmensos espacios urbanos con ello.
Las tecnologías clave del sector serán otras. Los vehículos serán similares a grandes ordenadores móviles, dotados de baterías eléctricas y completamente softwarizados. Que tiemblen las petroleras. Países como Holanda y Noruega se plantean prohibir la circulación de coches de combustión hacia 2030. La ola de destrucción creativa se llevará también por delante a las gasolineras y, quizá, a las autoescuelas. ¿Desaparecerán los permisos de conducir, si los robots conducen por usted? ¿Habrá problemas de seguridad con ello? Quizá no tanto, al fin y al cabo un autómata no bebe alcohol ni lee sus e-mails mientras conduce. Tampoco habrá robots de 90 años conduciendo. Además, sistemas de seguridad redundantes (con medidas superpuestas a través de radar, láser y ultrasonidos) garantizarán la seguridad en la conducción. Si algo no se podrán permitir los líderes del nuevo modelo será un fallo de seguridad. El efecto sería mediáticamente tan catastrófico como un accidente de aviación. Los sistemas de cobertura de seguro ya no cubrirán al particular, sino a la compañía de servicios, con garantías astronómicas, multimillonarias, en caso de fallo informático. El modelo significará también un revulsivo para los sistemas de transporte público. ¿Serán necesarios? Probablemente se conviertan en una extensión a bajo coste de los servicios privados.
Nuevos paradigmas sector automovil
Entramos en una era de efervescencia y transformación radical en un sector tan aparentemente sólido y estable como el del automóvil. Un sector que ha sido piedra angular de la industrialización de las naciones avanzadas, y una gran escuela de buenas prácticas. Pero hoy las grandes marcas de automoción parecen haber perdido el control de dos factores clave para su competitividad: las tecnologías de control y posicionamiento que dominarán el futuro, y las nuevas interfaces de usuario. El fin de automóvil como lo conocemos reconfigurará el ecosistema de movilidad, arrastrando fabricantes, proveedores, cadenas de distribución de combustible, talleres auxiliares, aseguradoras y servicios de parking, entre otros. El dominio de la movilidad de usuario puede favorecer el asalto de todo el sector logístico y de transporte de bienes en una segunda fase.
Los paradigmas se rompen

Si pregunta a especialistas del sector, le dirán que este escenario es imposible. Precisamente porque son especialistas (insiders) del modelo actual, y jamás han visto otra realidad. Las rupturas tecnológicas jamás son anticipadas con facilidad. Nadie podía imaginar en 1980 la revolución de PC. Ni en 1990 la de internet. Ni en 2000 la de los smartphones. Nadie creía hace pocos años que el teléfono iba a substituir a las cámaras fotográficas… Y si cree que este radical cambio de paradigma jamás será aceptado espere a tener que tomar la decisión de comprar un nuevo vehículo y ver que a su vecino cada día le pasa a buscar un silencioso automóvil robotizado de última generación, ultraconfortable, autoconducido, con espacio de business center interno para que pueda revisar la prensa o sus e-mails mientras va al trabajo por una tarifa plana de 50 € mensuales.
El modelo Uber puede significar al automóvil lo que la fotografía digital a Kodak, el iPhone a la telefonía móvil o Amazon a Noble & Barnes. Nuestros nietos quizá se sorprendan y crean que era una insólita práctica neolítica el hecho de que sus abuelos compraran ruidosos automóviles de gasolina y los guardaran en extraños habitáculos adyacentes a su casa.

Fuente:http://www.sintetia.com/el-fin-del-automovil-tal-como-lo-conocemos-esta-muy-cerca-la-revolucion-que-ya-es-real/