Juan J. Molina
sábado, 23 de enero de 2010
DEMOCRACIA Y NORMAS VERSUS DEMOCRACIA JUSTA
Democracia y normas, voy a intentar aclarar en la medida de mis posibilidades esta ensalada que algunos hacen mezclando de una manera muy "rara" éstas dos palabras.
Democrático significa decidido por el pueblo, o por sus representantes o por los miembros de una asociación, partido político, etc...Si esas normas han sido votadas en un proceso legal y sin corrupciones, tenemos que admitir que esas normas son democráticas. ¿Democrático significa de obligado cumplimiento? No, unas normas pueden ser democráticas pero ir contra los principios y los valores de alguien y por lo tanto éste está en su derecho a no cumplirlas, ¿qué puede ocurrir entonces? Pues que ésta persona tendrá que sufrir las consecuencias, que pueden ser de cualquier índole, desde cárcel, multas, expulsión de un país u organización, etc...Por lo tanto una norma puede ser democrática pero al mismo tiempo no ser justa para algunos, por ejemplo, la regla de la mayoría que aplicamos en una votación aun siendo democrática no es justa. Sirva de ejemplo éste: en la sociedad plural de Irlanda del Norte, dividida en una mayoría protestante y minoría católica, el gobierno de la mayoría comportó que el partido Unionista, que representa a la mayoría protestante, ganara todas las elecciones y formara todos los gobiernos entre 1921 y 1972. Las protestas católicas en masa de finales de 1960 desembocaron en una guerra civil entre protestantes y católicos que solo pudo ser controlada mediante la intervención militar británica y la imposición del gobierno directo desde Londres.
Bajo estas condiciones, el gobierno de la mayoría aún revestido de democracia es también peligroso, puesto que las minorías a las que constantemente se les niega el acceso al poder se sienten excluidas y discriminadas y son susceptibles de perder su lealtad al régimen.
La excusa muy en boga actualmente de que las normas están para cumplirlas y si no aténgase a las consecuencias, es muy débil por si sola, podemos decidir muy democráticamente que los albinos no puedan conducir por sus problemas de visión y los albinos tendrían que acatarla, pero una buena norma diría en todo caso, los albinos dados sus problemas de visión tendrán que someterse a revisiones especiales, por ejemplo.
Lo que quiero decir con todo esto es que algunos se escudan en que unas normas por el simple hecho de ser democráticas ya son justas y hay que cumplirlas sin rechistar, y eso no es cierto en absoluto, las normas no solo tienen que ser votadas y aprobadas, ante todo y por encima de todo tienen que ser escrupulosamente justas y no discriminatorias, solo una vez salvados éstos requisitos podremos hablar de una democracia justa. No pocos son los ejemplos que nos ha dejado la historia de como valiéndose de los procesos democráticos hemos llegado a las más altas cotas del totalitarismo y la barbarie, confundiendo los términos democracia y normas de una manera muy peligrosa. Todo el mundo está en su derecho de no cumplir aquellas normas que considere no son justas, aunque por supuesto luego tendrá que acarrear con las consecuencias.
Finalmente el exito o fracaso de un gobierno u organización que se precie de ser democrática dependerá, no tanto de la forma en que legitime democráticamente sus leyes o estatutos, sino de lo justas, éticas, equitativas y respetuosas que sean esas normas.
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