“… la labor del gobierno se debe ceñir a utilizar el dinero que proviene de los impuestos generados por el sector privado para dar cobertura a los ciudadanos que más lo necesiten…”
El gran error de la socialdemocracia, que por cierto
comparten tanto derecha como izquierda pues sus políticas se diferencian muy
poco, estriba en uso equivocado de la riqueza que los gobiernos recaudan a
través de los impuestos. En vez de usar el dinero tan solo para proporcionar a
los ciudadanos los derechos básicos a los que todos deberíamos tener acceso,
por el simple hecho de ser ciudadanos y miembros de la sociedad, lo utilizan
además de para esto, para adulterar el propio sistema capitalista, actúan como
un árbitro que para ayudar a los equipos más débiles pitara a favor de ellos
como compensación, lo que no han entendido es que intentando favorecer a unos
perjudican a otros y finalmente, toda la competición queda adulterada.
El sistema de creación destructiva del capitalismo es un hábitat
donde el reciclaje es continuo, constantemente se está creando y destruyendo
tejido productivo, pero de una forma natural. Los más competitivos, audaces,
creativos, etc. Desbancan a los que se quedan obsoletos o no son capaces de
adaptarse a los cambios. En el momento que una fuerza externa, en este caso un
gobierno inyecta capital para salvar a los perdedores el sistema comienza a ser
adulterado, y con ello, comienza a funcionar mal. Ya no rige la regla natural
de los mejores ganan, ahora hay una variante externa que permite que los que
deberían caer y ser reciclados, se mantengan de manera artificial obstaculizando
la evolución natural del mercado y discriminando a los que más se han esforzado
por mejorar, que ven como tienen que
competir con equipos a los que el árbitro les favorece.
Este tipo de economía mixta, propia de la ideología
socialdemócrata que como he dicho antes comparten tanto socialistas como
conservadores, solo sirve para poner palos en la rueda del sistema de libre mercado. La economía necesita muy pocas reglas,
sencillas y claras. Reglas antimonopolio, normas de calidad y un marco de
seguridad e higiene para los trabajadores a partir del cual acordar libremente
los contratos laborales. A partir de ahí, la labor del gobierno se debe ceñir a
utilizar el dinero que proviene de los impuestos generados por el sector
privado para dar cobertura a los ciudadanos que más lo necesiten, para mantener
el orden y la ley y para crear las infraestructuras necesarias para el
desarrollo social y económico del país.
Las coberturas básicas que un ciudadano necesita son la
salud, la educación, un techo y la manutención (comida y ropa). Socorrer a los
ciudadanos que no puedan alcanzar por si mismo esos mínimos es la tarea más
importante que un gobierno tiene. Existen diferentes maneras de hacerlo. En mi libro
“El estado a la carta” que próximamente sale publicado propongo algunas maneras
de hacerlo, como el Crédito de subsistencia rembolsable que sustituiría al
subsidio de paro que tenemos ahora. Al haber un mínimo al que tienen derecho
aquellos ciudadanos emancipados que no tengan ingresos, la cuantía del salario mínimo
se equilibra por si sola, ya que nadie trabajará por una cantidad inferior a
ese mínimo, ni tampoco los empresarios ofrecerán sumas inferiores. En mi libro
explico con más detenimiento como se rembolsa (en parte) dicho crédito, quiénes
pagan el crédito y cómo se usa (ya que no se trata de dinero físico). Al poner
en circulación un capital que tiene que ser gastado mes a mes, puesto que no es
acumulativo, no solo se palían los problemas de subsistencia de los ciudadanos
excluidos del sistema, sino que la economía se retroalimenta y engrasa
produciendo riqueza de la que el estado y finalmente, los ciudadanos, se
benefician.
Tiene que se interesante el libro. Tomen nota los Políticos. Saludos
ResponderEliminar