Juan J. Molina

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sábado, 20 de octubre de 2012

LOS SINDICATOS Y SU “DEMOCRACIA” PERROFLAUTICA, por Juan J. Molina


"En las democracias, como en la vida, hay un tiempo para todo y esos tiempos hay que respetarlos, de lo contrario, se rompe la baraja y aquí no juega nadie."




No se cansan de fracasar. Esta es la segunda huelga general en menos de un  año y viendo el fracaso de la primera siguen sin desaliento, ahora se han juntado con sus colegas de Portugal y posiblemente se sumarán otros países, según comentan los líderes sindicales.
Una huelga para cambiar las condiciones de trabajo en una empresa, para protestar abusos de empresariales, para mejorar las condiciones laborales y la flexibilidad en los horarios, para conseguir mejoras en la concertación de la vida laboral y familiar, mejoras salariales, etc. son protestas  comprensibles, se podrá estar más o menos de acuerdo con ellas pero tienen un sentido lógico y lo más importante, son derechos democráticos que nos hemos dado.
Pero una huelga con la intención de presionar a un gobierno elegido democráticamente en las urnas, no tiene una justificación tan clara en términos democráticos. La exigencia de los sindicalistas en la próxima huelga es que el gobierno no solo cambie de política, si no que someta a referéndum su programa de gobierno y en caso de perder, lógicamente, el paso siguiente sería la de dimitir y convocar elecciones. Carecería de sentido que un gobierno que no tiene el respaldo de su pueblo para llevar a cabo su política, continuara en el poder.
Las dudas sobre la legitimidad de estos objetivos son muchas y grandes. ¿Cuanta gente  tiene que secundar  una huelga para considerar que el gobierno tiene que someter a referéndum su política? ¿Dónde está escrita esa regla? ¿Para qué sirven unas elecciones libres si luego la oposición las invalida desde las calles? ¿Quién tiene la responsabilidad de gobernar un país democrático, el gobierno salido de las urnas o las organizaciones sindicales y sociales que no se han presentado a las elecciones? Si estas organizaciones creen tener tanta legitimidad ¿por qué no se presentan a las elecciones? Al fin y al cabo, sus pretensiones son las de imponer sus tesis políticas, pero no desde la legitimidad democrática, sino desde la coacción callejera a base de movilizaciones.
En el caso de España la situación es muy clara, ha ganado un partido de derechas y la izquierda, de la que forman parte los sindicatos y las organizaciones sociales que apoyan estas movilizaciones, no va a permitir que se lleven a cabo unas medidas opuestas a su ideología. En otras palabras, la izquierda no acata civilizadamente los resultados de las últimas elecciones democráticas. Los golpes de estado contra las democracias se pueden perpetrar desde los cuarteles o desde las calles, pero el resultado es el mismo, alguien que no tiene el poder lo consigue por medios no democráticos incluyendo la violencia. Da igual que venga desde la izquierda o la derecha, por la propiedad conmutativa, el orden de los factores no altera el producto.
Todo este perverso juego de deslegitimaciones, coacciones, rebeldías, violencia, etc. Del que somos testigos en los últimos tiempos no hace mas que socavar nuestra democracia, desvirtuar los principios por los que creímos que era mejor decidir quién debía ostentar el poder durante un periodo de tiempo,  mediante los votos mejor que mediante los tiros y los navajazos, pero algunos tienen incontinencia de gobierno, no son capaces de esperar su turno y convencer al pueblo para que les legitime en las urnas y ser ellos quienes decidan, durante cuatro años, las políticas que se van a hacer.
Conmigo, desde luego que no cuenten. Soy liberal y respeto las decisiones democráticas, no voté a este gobierno ni tampoco al anterior. No pedí que se obligara a dimitir al presidente socialista, por muy mal que lo hiciera  y tampoco pediré, ni colaborare, para forzar la dimisión del actual presidente de gobierno. En las democracias, como en la vida, hay un tiempo para todo y esos tiempos hay que respetarlos, de lo contrario, se rompe la baraja y aquí no juega nadie.

2 comentarios:

  1. Buen escrito, con sentido de la Democracia, toda una lección, sin ir a clase. Continua escribiendo, lo hace muy bien Sr. Juan Molina, lo felicito, es una gozada leerle. Saludos

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