" Es imposible llegar a ser más leve que la fina capa de tópicos inconsistentes en los que se ha convertido el pensamiento socialista."
No me gustaría estar en la piel de los socialistas
españoles, en realidad en la de ningún socialista, debe ser muy difícil
mantener el tipo cuando todos los cimientos sobre los que has construido tu
discurso político se tambalean,
amenazando con desmoronarse como un castillo de naipes.
Antaño anticapitalistas y hoy navegando como pueden en un
mar de capitales y libres mercados del que no entienden ni el nombre de los
vientos. Me pregunto si se habrán enterado de que el socialismo, como
ideología, tal y como lo parieron sus creadores es hoy un zombi hambriento de
impuestos y de ricos a los que desplumar. ¿Qué queda de un socialismo
colectivista que donde se ha probado ha dejado un desierto de pobreza y ruina?
Queda confusión en las filas, balbuceos sobre distribución de riquezas,
alcanforadas luchas de clase, líderes irresponsables y mucho ruido, ruido de
derechos perdidos, ruido de más estado disfrazado de servicios públicos, ruido
de referéndums contra gobiernos elegidos democráticamente, nos gusten más o nos
gusten menos.
Después de los últimos varapalos electorales el partido
socialista obrero español es un hormiguero desquiciado. Es imposible llegar a
ser más leve que la fina capa de tópicos inconsistentes en los que se ha
convertido el pensamiento socialista. No son socialistas porque no se atreven a
abdicar sin miedo del capitalismo, entre otras cosas, porque saben que fuera de
él no hay nada excepto desolación. Llevan años coqueteando con el nacionalismo vasco
y catalán atravesando una franja de tierra de nadie, un territorio entre el
quiero y no puedo, intentando caerle bien a todos, cosa imposible, al final los
que nunca les votarían se aprovechan y los que les votan se desquician con
tanta bebería indolente y confusa. Federalismo asimétrico, socialistas
catalanes amagando con separase, lendakaris pro abertzales, todo un
despropósito continuado. Todavía continúan con cantinelas de memorias
históricas de una guerra civil que perdieron hace más de 70 años, abuelos
fusilados, desagravios, homenajes, etc. Hubo una guerra, si. La ganó Franco y
puso en marcha una dictadura, si. Pero la guerra acabó en el año 40 del siglo
XX y hoy estamos en el siglo XXI, por si alguno no se ha enterado todavía.
El último salvavidas al que se aferran es al manoseado
estado del bienestar, cuyo primer precursor no fue precisamente un socialista, sino el canciller alemán Otto Von
Bismark a finales del siglo XIX, quien implantó en Alemania la primera
legislación con carácter social y que suponía la primera vez que se daba
protección para los trabajadores con un seguro sanitario, un seguro de
accidentes y una pensión en caso de incapacidad o jubilación. No está mal coger
esa bandera pero apoderarse de su autoría es un poco osado. Si eso fue posible
era porque había una economía productiva, con todas las problemáticas y abusos
propios de la época, pero una economía de libre mercado donde la iniciativa
privada llevaba el peso y la iniciativa.
No merece perder más tiempo con una ideología fallida, hoy
por hoy, fuera de la libertad y del capitalismo solo queda un páramo desolado y
frío. Deberíamos empezar a tirar pesos muertos
por la borda y aplicarnos en mejorar un sistema capitalista que puede y
debe ser solidario. Solo un sistema capaz de crear riqueza, como el
capitalismo, puede permitirse el acto de justicia de ayudar a los ciudadanos
que no puedan conseguir por sus propios medios los mínimos necesarios para
llevar a cabo un proyecto de vida digno. Un socialismo enfocado a redistribuir
la riqueza pero incapaz de crearla es proyecto destinado al fracaso, fracaso
que hemos podido comprobar cada vez que se ha puesto en práctica.
Lo más parecido a una redistribución de la riqueza basada en
principios de solidaridad, pero sostenida por un sistema de libre mercado y
libertad individual, es el liberalismo social o solidario. Ese es el camino por
el deberíamos dirigir nuestros pasos en pos de conseguir una sociedad más
equitativa y libre. Lo demás, marxismo, socialismo, socialdemocracia, derecha,
izquierda, anarquismo, etc. Se han
revelado como vanidades a los que les viene que ni pintado la máxima del
Eclesiastés:
” Entonces miré cuanto
habían hecho mis manos y todos los afanes que al hacerlo tuve, y vi que todo
era vanidad y apacentarse de viento y que no hay provecho alguno debajo del
sol.”
!Cuanto me gusta leer tus escritos, de los cuales aprendo un montón, y como el refrán dice; nunca es tarde para aprender! Con tu cargo de Diputado, me temo que nos dispondrás de tiempo para regalarnos tus escritos, de verdad que lo lamentaría. Un saludo, y mi felicitación reiterativa.
ResponderEliminarMe encanta tu escrito, tan real como la vida misma. Sin producir, no se puede repartir, que se lo metan en el cerebro. De lo que no tienes, no puedes dar. Sentido común. Continúa recreándonos con tus escritos.Un abrazo.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Es un barco sin rumbo. Esperemos que en el puerto donde recalen encuentren, mucho sentido común, saber escuchar a expertos, poner en práctica los acuerdos tomados,y entonces, podamos cambiar de opinión sobre ellos. Nunca es tarde para aprender, que se rodeen de personas preparadas y todo podrá irles mejor. Saludos. P.D. Tu escrito me ha servido para enterarme de muchas cosas, gracias.
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