Al acabar la II Guerra Mundial, Finlandia, que había mantenido sus propias guerras con la URSS (dos) y con Alemania, era un país más bien pobre, en el extremo del mundo occidental y tan cercano al bloque comunista que tenía que mantener un precario equilibrio entre este y oeste, lo que le impidió, por ejemplo, entrar en la Unión Europea hasta 1995. Sin embargo, ese país pobre, en un clima extremo y cuyo único recurso natural abundante es la madera -extremadamente abundante, eso sí- ha logrado construir una economía fuerte y sus ciudadanos disfrutan de un elevadísimo nivel de vida.
De hecho, algunas cifras macro nos dan idea de un país con altos niveles de riqueza -la renta per cápita casi dobla a la española- y, sobre todo, con una elevadísima productividad: su PIB per cápita, cerca de los 50.000 dólares, no es sólo superior al de España sino que también bate al de Italia, Francia, Reino Unido y Alemania, y se sitúa a la par del de países como Austria u Holanda.
PIB per cápita en dólares actuales
¿Cómo lo han logrado? Un viaje a Helsinki, en el que hemos mantenido reuniones con personalidades de distintas compañías, tanto del sector público como del privado, nos ha servido para conocer mejor esa pequeña pero pujante nación.
Protección social y libertad de mercado
Varias claves explican el éxito finlandés, un éxito que continúa aún durante una crisis que les afectó con dureza en 2008 y 2009 por la caída de las exportaciones, pero en la que ya han retornado a la senda del crecimiento.
Así, el PIB finlandés, que había crecido entre 2004 y 2007 a una tasa media superior al 4% anual, se frenó en seco en 2008 (0,3%) y al año siguiente cayó un impresionante 8,5%, pero en 2010 y 2011 ha vuelto a crecer (un 3,3% y un 2,7%, respectivamente).
Una de estas claves es la peculiar forma que tienen Finlandia y otros países de la zona de entender el estado del bienestar y la protección social. Así, efectivamente, la protección social es muy elevada, pero eso no se traduce en intervención estatal en todos los rincones de la actividad económica sino que, al contrario, esto sirve para abriráreas de gran libertad para la empresa.
El presidente y consejero delegado del Nordic Investment Bank, Henrik Normann, nos ponía un buen ejemplo explicándonos que, precisamente "gracias a que el sistema de protección social es enorme, tenemos un mercado laboral extremadamente flexible". Eso sí, el propio Normann admite que el precio que se paga son unos impuestos muy elevados lo que, obviamente, "es una desventaja".
En este sentido, la consejera delegada de la Fundación Finlandesa para la Promoción de los Mercados Bursátiles, Sari Lounasmeri, nos advertía de que en un entorno en el que la población envejece y la deuda pública crece, "tenemos que lograr tasas de crecimiento altas para mantener nuestro estado del bienestar".
Buenos fundamentales
Y esas tasas altas de crecimiento han venido alcanzándose. Jan von Gerich, Jefe de Estrategia de Mercados Desarrollados de Nordea, uno de los principales bancos finlandeses, destaca durante una presentación los "buenos fundamentales" de la economía finlandesa: "A pesar de que la crisis nos golpeó duro en 2009, el paro no ha crecido -explica- y nuestro sistema financiero está mucho mejor que el de la mayoría de los países de Europa".
De hecho, según los datos que nos ofrece, el crédito crece y la exposición a las economías del sur de Europa es prácticamente nula. Y es que Finlandia, como otros países nórdicos, superó su propia burbuja inmobiliaria a mediados de los noventa y el sistema surgido de aquella crisis ha sido mucho más cauto durante los años de expansión crediticia.
También, nos advierte Von Gerich, hay posibles problemas en el horizonte. El que ya apuntábamos del envejecimiento de la población es uno, aunque el coste combinado de las pensiones y la sanidad todavía no ha llegado al 5% del PIB (en España es aproximadamente de un 20%). Por otra parte, tal y como nos demuestra con una serie de gráficos, la población siempre ha tenido una evolución superior a lo que los estudios anunciaban.
La intervención del Estado
Muchos lectores de Libre Mercado se preocuparán por un aspecto de la economía finlandesa que no hemos abordado hasta el momento: la intervención del Estado, que, además de en los impuestos, es particularmente visible en, al menos, el hecho de que conserva porcentajes elevados de la propiedad de no pocas compañías industriales del país.
Los ejemplos más llamativos son Finnair y Neste Oil, la aerolínea de bandera y la mayor petrolera del país, en las que el Estado todavía conserva la mayoría del capital social. Altos responsables de ambas compañías nos aseguran, no obstante, que los distintos gobiernosno intervienen en la gestión "más allá de los nombramientos que se puedan considerar esenciales". Ville Iho, consejero delegado de Finnair, nos asegura que ni siquiera en los procesos de reducción de costes y externalización que ha acometido su compañía en los últimos años "hemos tenido ningún tipo de presiones, ni siquiera recomendaciones".
Varias de las personas con las que nos reunimos coinciden en que las participaciones industriales del Estado finlandés se gestionan "con enorme profesionalidad". De hecho, buena parte de ellas están agrupadas en una sociedad, Solidium, que está obteniendobeneficios anuales de más de 130 millones de euros, una cifra considerable para un país del tamaño de Finlandia.
Empresas finlandesas: especialización, creatividad y una mirada a
Asia
Por supuesto, una parte importantísima de la culpa de la elevada productividad y del éxito de Finlandia la tienen sus empresas, compañías exportadoras que siguen teniendo éxito y que desde un país tan pequeño exportan a todo el mundo.
Tras conocer varias de ellas hay varios rasgos en común interesantes que se pueden extraer como tendencias. Entre los que más nos llamaron la atención citamos tres: la especialización, la apertura a Asia y la creatividad.
Muchas compañías están "adelgazando" sus catálogos para centrarse en aquello en lo que pueden aspirar a un liderazgo regional o casi mundial. Es el caso, por ejemplo, de Ahlstrom, una compañía que se dedica a fabricar materiales de alta tecnología a partir de fibras naturales (nació, básicamente, como fabricante de papel) y que se ha desecho de una parte importante de su grupo, dedicada a papeles menos especializados y que aportaba aproximadamente un tercio de su cifra de negocio.
Sakari Tamminen, presidente de Ruukki, la mayor acerera finlandesa, define lo que el también llama como "una tendencia en empresas finlandesas: especializarse en un segmento concreto del mercado y operar globalmente". Su propia compañía es un buen ejemplo de ello: pese a que no está entre las cien mayores acereras del mundo opera en una treintena de países.
Neste Oil, la gran petrolera del país, ha seguido un camino similar: pese a que su rango de actividades es el habitual de cualquier compañía de su sector, ha realizado un importante esfuerzo tecnológico en el campo de lo que denominan "diesel renovable" que les lleva, según su Consejero Delegado, Matti Piri, a ser"líderes mundiales" en este tipo de producto.
Asía, el nuevo gran mercado
Tanto Ruukki como Ahlstrom o Fiskars, de la que hablaremos más adelante, como otras empresas finlandesas están poniendo ojos e inversiones en Asia. Por supuesto, en China pero también en otras economías emergentes como India.
Lauri Rosendahl, presidente de la bolsa de Helsinki (Nasdaq OMX Helsinki) nos lo explica durante un desayuno de trabajo voluntariamente informal –le escuchamos comiendo ensalada y embutidos en una mesa sin mantel: "Helsinki –asegura refiriéndose al mercado bursátil- tiene la mayor exposición de toda Europa a losmercados emergentes asiáticos".
Uno de los ejemplos más gráficos de esta apertura es la aerolínea de bandera finlandesa, Finnair, que ya opera 11 destinos en Extremo Oriente y se está aprovechando de lo que hasta hace no tanto era una inesperada ventaja: la proximidad con Asia permite importantes ahorros de costes como, por ejemplo, poder operar una línea entre Helsinki y Tokio con un único avión y vuelos diarios.
Así, cualquier vuelo de la compañía entre Helsinki y otras capitales europeas -también el que nos llevó desde Madrid- tiene un altísimo porcentaje de pasajeros asiáticos ya que la capital finlandesa es la conexión más rápida.
Creatividad nórdica
Los países mediterráneos solemos presumir de nuestra creatividad, pero el diseño y la imaginación pueden ser también, y de hecho son, un asunto nórdico. Así, esa capacidad creativa es otra de las características que podemos encontrar en no pocas empresas finlandesas.
Creatividad y pasión por el diseño que se lleva a campos inesperados, como el A340 de Finnair que ha sido decorado con uno de los diseños clásicos de Marimekko. Diseños que los pasajeros de la compañía también podrán disfrutar en la mantelería y la vajilla usada en los vuelos.
Pero probablemente el mejor ejemplo de ello en Fiskars, una gigantesca empresa industrial que, además, es la compañía más antigua de Finlandia: fue creada nada más y nada menos que en 1649 en la villa de la que toma su nombre.
Tras más de 360 años de historia, Fiskars ha logrado acumular un imponente porfolio de marcas que operan en tres mercados principales: hogar, jardín y actividades de exterior. En todas ellas tiene marcas que no sólo son líderes en Finlandia sino que también lo son en otros países europeos: Francia, Alemania, Reino Unido...
Fiskars tiene en Helsinki lo que es casi un parque temático sobre la firma: en la antigua fábrica de una de sus marcas, Arabia, la empresa de cerámica con más tradición del país, hay tiendas, galerías de arte, tiendas, showrooms, outlets, cafeterías... y la propia fábrica de Arabia que sigue en plena producción.
Los productos de jardinería de Fiskars o las piezas de vidrio y cerámica de Iittala son ejemplos de esa pasión por el diseño de la que hablamos: en sus catálogos encontramos tijeras de podar de acero satinado con asas protegidas con corcho que parecen un objeto de decoración, hachas con materiales extraordinarios y procesos de fabricación "que no te podemos contar" o jarras diseñadas por Alvar Aalto, el más prestigioso arquitecto de la historia de Finlandia, son cosas que encontramos en sus catálogos... y en no pocos casos el Museo del Diseño de Helsinki.
Artistas en casa
De hecho, un curioso programa de Fiskars da una idea de la relación de la compañía con el mundo del diseño e incluso del arte: variosescultores y ceramistas tienen en las propias instalaciones de la compañía sus estudios de forma completamente gratuita.
De hecho, se les facilitan también los materiales para su trabajo y se les permite utilizar recursos de la compañía como los hornos para cerámica. Todo, sin que sea necesaria ninguna contraprestación: no hay, de partida, ninguna relación comercial entre los artistas y la compañía si bien es cierto que puede llegar a haberla si ambas partes encuentran una forma conveniente para todos.
Así, entre los artistas que trabajan en la factoría de Arabia los hay que hacen preciosos platos y tazas que acaban siendo series de la firma, extraños creadores de rarísimas cabezas de Batman o imaginativos escultores como Kim Simonsson cuyas piezas nos llevan a un mundo que nos recuerda mucho al manga japonés.
Y es que la creatividad y el diseño finlandeses ya llegan a cualquier parte.
Fuente: http://www.libremercado.com/2012-11-24/cual-es-el-secreto-de-finlandia-1276474784/
http://www.libremercado.com/2012-11-25/empresas-finlandesas-especializacion-creatividad-y-una-mirada-a-asia-1276474948/
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