Es fascinante ver las reacciones del mercado y la gente cuando las situación se vuelve adversa y complicada. Desde hace dos años se ha gestado en Catalunya una corriente independentista muy fuerte motivada principalmente por la crisis. El Gobierno de Artur Mas empezó culpando de la crisis catalana al Tripartit. Hizo absurdas medidas que no han servido, ni servirán de nada salir de la crisis. Desesperado ha hecho lo que todos los políticos actuales: patada para adelante. La Generalitat está en la ruina y su tejido económico no tira mucho que digamos. A esto hay sumar continuos conflictos de interés entre el Gobierno de España y el de Catalunya. Todo es un desastre. Los políticos lejos de querer arreglar nada hacen lo de siempre, crean más tensión, aumentan el expolio al ciudadano y empresas mientras ahogan al Pueblo con más recortes ‘sociales’.
Muchos catalanes ven en la independencia una salida real a la crisis que azota todo occidente. La independencia se ha convertido en un mantra. Hoy mismo Boi Ruiz, conseller de Salud de Catalunya, ha dicho que las farmacias catalanas empezarán a cobrar el copago atrasado el 1 de octubre, a lo que ha añadido que el sistema sanitario catalán, si Catalunya se vuelve independiente, “mejorará” como por arte de magia. ¿Y seremos más altos y guapos los catalanes también con la independencia? ¿Qué modelo de sanidad tienen pensado el conseller? ¿Te duele la cabeza? Independízate. ¿Te han diagnosticado cáncer? Independízate y te curarás. El debate actual sobre la independencia de Catalunya no es serio. Se fundamenta en soflamas políticas incendiarias y trucos de magia contables lanzados como lema. El sentimiento nacionalista, en cualquiera de sus formas suele tomar fuertes tintes sentimentales y emotivos. Según Robert Pape, en su libro Dying To Win (que es el único autor que ha realizado un estudio sobre todos los actos de terrorismo suicida de los últimos 50 años para sacar conclusiones), afirma que las principales organizaciones terroristas del mundo se estructuran en tres tipos de ideología: secesionista, comunista (o socialista) y religiosa (y por este orden). Estas tres clasificaciones aplacaran el 100% de los movimientos terroristas del planeta, aunque muchos combinan más de una de estas categorías. El secesionismo o independentismo es algo tan visceral como la religión en muchas ocasiones. Todo el mundo se calienta cuando le tocan ‘la nación’.
No tengo ningún problema con la independencia, al revés. La idea de un territorio independiente es atractiva. Y la posterior demolición de ese territorio independiente para crear una república del individuo sin políticos es el éxtasi. Una sociedad privada sin gobierno, lobbies ni burócratas que regulen nuestros estilos de vida. Tengo serias dudas sobre la independencia de Catalunya que se están esgrimiendo actualmente. Y sería fantástico que el debate naciese de esto.
1. Los estados pequeños son más libres (o liberales). Se está extendiendo esta idea. Mi amigo Albert Esplugas escribió de forma sintética y clara las razones (La unidad de España reconsiderada). Primero la teoría:
En primer lugar, cuanto más pequeña es una unidad política menos atractivo les resulta el proteccionismo a sus integrantes, pues comercian básicamente con el exterior. En segundo lugar, cuanto más pequeñas son las unidades políticas, y en consecuencia más numerosas, más oportunidades hay de votar con los pies y más se favorece la competencia fiscal entre administraciones, al afanarse éstas por reducir sus impuestos para evitar la deslocalización y atraer capitales. En tercer lugar, cuanto más pequeña es una unidad política más cerca está el gobierno de los gobernados, más visible es el resultado de sus políticas y más conscientes son los ciudadanos del coste de oportunidad que acarrean. La ventaja de estas tendencias es que se producen sin necesidad de que haya que elegirlas en las urnas, pues son independientes del color político de los gobernantes.[Negritas mías].
La aplicación:
Volviendo al caso de Cataluña, aun cuando se considere que el gobierno medio de una hipotética Cataluña independiente se escoraría ligeramente más hacia el intervencionismo que el gobierno medio de una España unitaria, los beneficios de conformar una unidad política menor podrían exceder los costes de tener una élite política más socialista. Para que el saldo fuera negativo la élite política o los votantes catalanes tendrían que ser notoriamente más socialistas que la élite política o los votantes españoles, y no está claro que la diferencia sea tan abrupta. De hecho CiU ocupa en Cataluña parte del segmento del centro-derecha que en el resto de España ocupa el PP.
“¿Cuanto más pequeña es una unidad política menos atractivo les resulta el proteccionismo a sus integrantes?“. ¿Es cierto algo así? A nivel global no. No hay razones empíricas que lo demuestren. Desde 1990 se han creado 34 estados independientes. Analicemos diez que he tomado al azar: Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajstán, Kirguistán, Letonia, Lituania y Moldovia. De estos países, sólo Estonia, Georgia y Lituania están por delante de España en el Índice de Liberad Económica del Heritage Fundation—WSJ. Países incluso como Moldavia tienen una importante representación comunista en la sociedad (Moldavia tiene la mitad de habitantes que Catalunya). En Kirguistán (con menor población que Catalunya), el partido comunista es el tercero más votado. Kazajstán (con el doble de habitantes que Catalunya), Azerbaiyán y Bielorrusia (con poblaciones casi iguales y ligeramente superiores a las de Catalunya) no son precisamente un modelo de ‘libertad’. Este último país está denunciado por organizaciones periodísticas, humanitarias y económicas de todo el mundo. Y en los tres reina un nivel de corrupción que no se corresponde mucho al de un ‘país libre’.
Pero, dejando el empirismo de un lado, ¿puede lógicamente un país pequeño ser más liberal que otro grande? En realidad no hay una relación de causa–efecto evidente. Analicemos qué dice Esplugas. “cuanto más pequeña es una unidad política menos atractivo les resulta el proteccionismo a sus integrantes, pues comercian básicamente con el exterior“. ¿Por qué? Hagamos una reducción para simplificarlo. Los Amish son una comunidad autosuficiente, muy unida y casi literalmente independiente del Estado Federal de EE.UU. Y del mundo por extensión. ¿Son liberales? Más bien no. Todo en la vida de los Amish está regulado por la sociedad. Tal vez estén sometidos a una regulación voluntaria ya que son libres de marcharse del territorio cuando quieran, y tal vez la cantidad innumerable de imposiciones sea voluntaria, pero no es libre en el sentido que nosotros tenemos. Los Amish sí que ‘exportan’. Venden a comunidades limítrofes a sus zonas, pero el mercado interior, y más bien la pura autarquía reina su economía. Según la teoría ‘lo pequeño–es–liberal’, los Amish tendrían que estar en el S. XXIII. Y no es así. Esplugas afirma que los núcleos pequeños, automáticamente generan una economía de exportación. Nueva Zelanda (con casi la mirad de habitantes que Catalunya [4,3MM]) se pasó siglos viviendo de sus cabras y hasta que no hubo la revolución liberal vivió en la autosuficiencia. Actualmente Nueva Zelanda es de los países más prósperos del mundo y está en los primeros puestos del Índice de Libertad Económica del Heritage. No fue su pequeño tamaño lo que la hizo próspero, sino una crisis que la empujó al liberalismo. Hay varias razones por la que un país se decida a exportar. Generalmente suelen ser políticas laxas del Gobierno en materia económica, y esto, no tiene nada que ver con el tamaño, sino con la población. Exportar es una cuestión de costes y ‘captar’ las necesidades del mercado internacional. Aunque los catalanes tengan más genes empresariales que el resto de sus vecinos, sus políticos — históricamente— pecan de lo contrario. Catalunya tiene una cantidad indecente de barreras al comercio con altas barreras de entradas y procedimientos de salida. Pero esto lo veremos después. (Claro que también se puede dar el caso inverso, como le pasó a Argentina con la carne y el petróleo, esto es, que la sobrerregulación cree que las empresas vendan sus productos fura del país en lugar de dentro. Es un tema interesante para comentar pero no toca ahora, además que cosas así no son muy beneficiosas para el país).
Esplugas también hace referencia al ‘voto con los pies’. ¿Movilizaría mejor a la gente? Bueno, eso ya lo pueden hacer ahora. Y lo hacen. Esplugas da por descontado que un nuevo Estado catalán, y una división de Veguerías supongo, traería una competencia fiscal. De ser así, podría ser cierto, pero no queda nada claro este concepto, esto es, que el nuevo gobierno dejara libertad a las regiones para hacer lo que quisieran. Los políticos catalanes son muy centralistas con ‘lo suyo’ y la mentalidad colectiva del país no va precisamente a aumentar la competencia fiscal ni de ningún otro tipo. No solo pasa en Catalunya, sino también en España y ya no digamos en Europa que están haciendo todo lo posible para homogeneizar las leyes fiscales para eliminar la competencia de este tipo.
El autor también dice “cuanto más pequeña es una unidad política más cerca está el gobierno de los gobernados”. ¿Seguro? Yo vivo en Barcelona. Y en los últimos 10 años esta ciudad ha tenido varios alcaldes. Se han escrito libros contra ellos incluso (el más conocidoOdio Barcelona). Está claro que Catalunya sería más grande que Barcelona, y la ciudad condal es un sóviet donde los políticos hacen lo que les da la gana. Tiene una de las tasas impositivas más altas y tratan la ciudad como su cortijo personal. Hace unos años a Barcelona le costaban las luces del alumbrado público el doble de lo que podría costarle a usted en la ferretería. Aquí la corrupción, amiguismo y compra de votos tienen unas dimensiones de galaxia. Yo he escrito varias veces al Alcande Xavier Trias. Solo una vez me contentó diciéndome, más o menos, que no le molestase más. (Supongo que la próxima vez me enviará la policía local. Ya les comentaré desde la cárcel).
A nivel nacional las cosas no son diferentes, y es que otra vez, la dimensión no es una cuestión que aumente la libertad. Hoy día el concepto de Estados Nación ha ido a menos. Es precisamente lo que la UE quiere eliminar para hacer una Europa Federal con una capital europea. Las decisiones ya no se toman democráticamente ni en las urnas. Las toman lobbies internacionales, políticos de otros países más fuertes y organizaciones supranacionales. La política, no solo en Catalunya, sino en todo occidente ha perdido todo contacto real con el Pueblo. Y esto no es culpa de la dimensión, sino de la dejadez ciudadana, la irresponsabilidad del Pueblo y condescendencia hacia la élite o casta. La democracia se ha vuelto populismo y compra de votos, la guerra de todos contra todos. La independencia no veo que tenga que cambiar algo así.
2. ¿Moneda propia? Una de las cosas comentadas es si Catalunya tendría moneda propia. Lo más fácil y barato seguirá seguir con el Euro, como hace Andorra que no tiene moneda propia ni banco central. Sin embargo, muchos apuestan por la opción de la moneda nacional. Entre ellos Jordi Pujol. ¿Qué ocurriría si los políticos constituyen un banco central al día de proclamarse independientes y crear una moneda, digamos llamado ‘Florí‘ (por mencionar una moneda que ya tuvo Catalunya)? Cualquier austriaco lo ve claro. La Generalitat pagaría sus deudas ‘dándole a la manivela’, lo que crearía una importante inflación crediticia que se iría distribuyendo hacia las ramas de producción beneficiadas por el Estado acabando con violentos ciclos alcistas y bajistas e hiperinflación. Como dijo Huerta de Soto, crear dinero de la nada es una fuerte tentación para cualquier Estado. Y ahora tenemos el mejor ejemplo con las comprar de deuda del BCE o el QE3 de la FED.
3. ¿Libertad o Avances Sociales? Esta es una duda interesante (que tengo para los lectores). Catalunya ha presumido siempre (incluso antes de la Guerra Civil) de tener una de las economías más sociales de España. Esto es, más socialistas y confiscatorias. Mucha gente que se ha vuelto secesionista no quiere más libertad, son nostálgicos, gente del antiguo régimen que quieren la vuelta de las ayudas sociales y un papá estado. Con una moneda propia estas necesidades se pueden cubrir imprimiendo billetes y aumentando, pues, un Estado Omnipotente cuyo único fin no es más que el actual: mantener a la gente narcotizada con la cultura del subsidio y la compra de votos. No porque sean catalanes, sino porque es la mentalidad latina, ya sea española, italiana o griega: Vivir a expensas de los demás.
4. Cómo reaccionará el mercado. Llevo años trabajando en el mundo financiero. Una de las primeras cosas que se aprenden es que el dinero es cobarde. La desinversión masiva de España de inversores extranjeros y nacionales se debe simplemente al miedo, a la incertidumbre. En Quebec, muchas empresas grandes se fueron en el primer referéndum. Los inversores y empresas (de todo tamaño y tipo) tienen una enorme aversión al riesgo. Siempre son conservadoras.
Sala-i-Martín afirma que Catalunya tiene un déficit y deuda bajos comparados con España y resto de países de Europa. Y es totalmente cierto. Pero es que el problema no es el porcentaje de deuda, sino la capacidad de devolverlo, y como ya ha dicho Mas, Presidente de la Generalitat, el Gobierno local no puede pagar actualmente ni las nóminas del mes que viene. Miren Japón, tiene la deuda más grande del mundo, del 200%. Sin embargo, hasta el momento ningún inversor está asustado con el país (aunque ahora ha tenido varios meses de la contracción de la demanda y ese es el primer paso al declive). Es mucho más que razonable que en los primeros años los inversores les falte tiempo para salir del país porque no entienden de proyectos románticos de Estado ni nada de eso, solo de retorno, y muy especialmente, de no perder ni un céntimo de sus inversiones.
Para evitar tal fuga se han de crear contraincentivos. La política económica tiene ese fin siempre, es la continua creación de contraincentivos hacia el actor económico. Una posibilidad sería, al menos los primero años, eliminar impuestos y diezmar los que queden. Esto sí que sería beneficioso. Mi gran duda es, ¿lo haría el nuevo Gobierno? Teniendo en cuenta que tendría que incurrir en otros gastos como la parte total de hospitales, pensiones, aduanas, controles aduaneros marítimos, civiles, escuelas, embajadas serias y en todo el mundo… ¿Cómo pagaría todo esto? ¿Se reprimiría el Estado y políticos de sus aires de grandeza y de ser un Estado Omnipotente? ¿Habría recortes reales en la estructura del Estado? ¿Por qué no los ha habido ya, de ser así?
5. Corrupción. Hemos visto que una de las derivas de los Gobiernos es la corrupción impulsada, no por su tamaño en relación al Pueblo, sino por la democracia (para indagar más sobre este concepto desde un punto de vista liberal y anarquista, ver mi etiqueta:Democracia). Básicamente la democracia no otorga responsabilidades a los políticos, estando estos en un entorno de anarquía sin control que les permite hacer las barbaridades que quieran sin represalias reales. Expresado de otra forma más directa: ¿No se convertiría el Gobierno de Catalanya en algo así? Es decir, más como el Gobierno de Barcelona en lugar de la liberal Nueva Zelanda. Se acuerdan del caso ‘El 3%’. No pasó nada. Toda la clase política estaba untada. ¿Se acuerdan de las excentricidades pagadas a Carod Rovira y gente de su partido? ¿Por qué no ha habido ni una sola investigación de las chapuzas que hizo la Generalitat con las Caixes? ¿Cómo es que Narcis Serra está en calle? ¿No se convertiría el Gobierno en un cortijo más cerrado de ladrones y explotadores que en un Gobierno mínimo?
6. La Crisis. Soy de la firme opinión que Catalunya está en las últimas. Tanto si está con España como si no lo está. Tenemos encima una crisis sistémica que las autoridades no pueden parar. Más bien al revés, hacen todo lo que pueden para alargarla con rescates, subvenciones, impuestos y leyes de un estado policial. De hecho la Generalitat ya se ha quejado por el aumento del IVA. No porque oprime más al Pueblo, ¡sino porque ellos no están sacando tajada de ello! Con esta mentalidad no se arregla un país, ni una nación, ni una ciudad, pueblo o familia.
Las deudas públicas y las privadas han de ser liquidadas. Es una crisis de deuda que ha causado el dinero barato y el Estado del Bienestar. No se puede salir de ella con más de lo mismo. El único camino para salir de aquí es que empobrezca todo el mundo liquidando deudas y ese sistema de vida de la opulencia basada en el crédito. La independencia puede ser un acelerante en ese proceso, lo que le permitiría ‘limpiarse antes’ con la masiva desinversión privada y quiebra del nuevo Gobierno. En ese sentido, teniendo en cuenta que la crisis es irreversible hasta que se limpien los excesos, sería positiva.
En realidad tengo más preguntas y dudas, pero este un acercamiento. ¿Hay una independencia liberal para Catalunya? Personalmente preferiría una independencia de Europa, España, Catalunya, Barcelona y crear la república liberal de mi mismo decidiendo yo con quién y cómo comercio con el resto del mundo y practicando mi propio estilo de vida sin los absurdos mandatos de los políticos que viven de mis impuestos y en un estado de total irresponsabilidad. Libertad es crear una sociedad voluntaria basada en la libertad individual. Cambiar la URSS por un sóviet bananero no parece tener ventajas.
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