Lo primero que cabría preguntarse es ¿Cuál es el servicio
público que hace una televisión pública? y ¿podríamos vivir los ciudadanos sin
una televisión pública o es algo indispensable?
La respuesta a la segunda pregunta es sencilla: sin duda,
podríamos vivir sin una televisión pública y ni siquiera lo notaríamos ¿por qué? Pues porque todo lo
que hace la televisión pública ya lo hacen otras televisiones privadas y
generalmente, mejor.
En cuanto a la segunda cuestión, el problema de las
televisiones públicas es que no realizan en realidad ningún servicio público,
son copias, a menudo de peor calidad, de las televisiones privadas pero con una
gran diferencia. Mientras en las privadas lo que no funciona es descartado, en
las públicas da igual si algo funciona o es un bodrio porque no dependen de los
resultados sino de las subvenciones del
dinero público y solo hay una norma que no se pueden saltar, la de no morder la
mano que te da de comer o sea, la de del partido político que gobierne la
comunidad.
Nuestro gobierno regional ha creado un ente caro, incapaz de
auto financiarse porque no crea productos visuales que puedan interesar más
allá de nuestra región, con un solo cliente al que satisfacer TAM-7RM
de cuyos ingresos (provenientes del dinero público) sobrevive. Y claro ahora que no hay euros en la caja las
posibilidades de supervivencia para la 7RM son prácticamente nulas. El típico
tinglado politiquero para mayor gloria del gobierno autonómico de turno sin un
solo atisbo de inteligencia y estrategia empresarial que no sea, para variar,
las subvenciones públicas.
Lo peor de todo es que, como siempre, los ideólogos del
despropósito se van de rositas y los trabajadores y profesionales que han
puesto su talento y sus esperanzas en esa empresa, lo pagarán quedándose en el
paro, nada nuevo bajo el sol.
A nosotros solo se nos ocurre una solución que pudiera
paliar, al menos en parte, este despropósito. La creación de un consorcio de
empresas audiovisuales, con preferencia para aquellas con sede central en
Murcia, que se hiciera cargo de las instalaciones y llevara a cabo una
producción más competitiva y exportable más allá de nuestras fronteras
regionales. Una estrategia realmente empresarial para crear una televisión con
gestión privada fiscalizada por los resultados tanto en calidad visual como
económicos. Si el gobierno regional quiere parcelas de servicio público en
dicha televisión, que alquile franjas horarias y encargue productos a las
empresas audiovisuales de la región, así al menos tendremos algún cometido
público que ver ( habría que saber cuál sería) y seguro que nos ahorrábamos una
pasta.
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