Juan J. Molina

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Juan J. Molina

martes, 20 de marzo de 2012

smart working


La manera en que trabajamos está cambiando, pero no suficientemente rápido. En los momentos actuales muchas compañías y organizaciones del sector público están viendo qué hacer y cómo hacerlo.
Ahora es el tiempo para tomar medidas no solo para sobrevivir a la presente crisis, sino también para planear a largo plazo. Llegar a ser más flexible y trabajar de una manera mejor (smart) debería ser el corazón de las transformaciones y el flujo de las organizaciones.
El término “Smart Working” se refiere a nuevas vías de trabajar hechas posible por los avances en las tecnologías y esenciales por las presiones económicas, medioambientales y sociales.
Smart working es una aproximación estratégica y exhaustiva para implementar:
  • un rango de opciones laborales flexibles
  • medioambientes que permiten una gran flexibilidad
  • tecnologías que apoyan la práctica y gestión del trabajo flexible
  • nuevas formas de colaboración (por ejemplo, por medio de equipos virtuales) que reducen la necesidad de encuentros físicos y viajes
  • un cambio cultural que permita una mayor agilidad organizacional e innovación
Así, el smart working es un mandato para modernizar las prácticas laborales, avanzando desde las asunciones de “comando y control” del estilo tradicional de trabajar de las factorías hacia donde, cuando y como debería ser hecho el trabajo. Es sobre hacer más con menos, trabajando donde sea, cuando sea y como sea más apropiado para tener el trabajo hecho.
Smart working es sobre tomar una aproximación exhaustiva y estratégica para modernizar las prácticas laborales. Y se basa en los siguientes principios (entre otros):
  • el trabajo se realiza en las localizaciones más efectivas, y en los tiempos más efectivos.
  • la flexibilidad es la norma en vez de la excepción.
  • los empleados tienen más opciones sobre donde y cuando trabajan, sujeto a las consideraciones de negocio.
  • el espacio es para localizar actividades, no individuos, y no con base en un “señorío”.
  • gestionar el rendimiento se centra en los resultados, y no en la presencia.
  • un énfasis en trabajar en espacios compartidos y con recursos compartidos, en vez de territoriales y personalizados.
Todo ello para potenciar la realización de los tres deseos más importantes de los empleados:
  • horarios flexibles
  • trabajar 1 o 2 días de la semana desde casa
  • realizar una semana de trabajo “comprimida”.
La verdad es que llevar a cabo estos tres puntos funciona tanto para los empleados como para los empleadores.

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