Juan J. Molina

Juan J. Molina
Juan J. Molina

martes, 5 de enero de 2010

DEMOCRACIA Y CONSENSO


"Para todos los implicados, el sistema estaba constituido para participar en el poder y no para apropiarse de él. La filosofía subyacente era una de cooperación y no de confrontación."
La democracia representativa restringe la participación del elector a ciertos actos puntuales; terminando éstos, el ciudadano se ausenta, pierde el control de sus representantes quienes deciden por él. La democracia representativa es un procedimiento para substituir el poder de los ciudadanos; crea un estamento social ligado a los partidos y a las funciones públicas, el cual es el verdadero detentador del poder; está constituido por una burocracia política y sostenido por el poder económico. La democracia representativa se funda en el principio de la competencia; igual que la burocracia del partido triunfante ha descartado a sus electores; una vez llegado al poder hace un lado también a las minorías perdedoras. Un rasgo necesario del procedimiento democrático es la exclusión.

La democracia consensual, se puede presentar como un correctivo a esas fallas inherentes a la democracia representativa. Pondría énfasis en procedimientos que aseguraran la participación en las decisiones que les conciernen de todas las personas situadas en una sociedad y su control sobre quienes las representen. No se basaría en la competencia partidista sino en el principio del acuerdo. Su idea regulativa sería evitar la exclusión. Frente al individualismo competitivo de la democracia liberal, esta alternativa de democracia consolidaría los lazos que constituyen una comunidad.

Como señala acertadamente Wiredu, la democracia consensual supone que todos los miembros de la comunidad pueden llegar, por el diálogo, a descubrir un bien común sustantivo. »Los seres humanos tienen la capacidad de abrirse paso entre sus diferencias hasta tocar fondo en la identidad de intereses.« En efecto, en las comunidades premodernas, el pueblo puede coincidir en los fines y valores superiores, aceptados por la tradición, que presentan unidad a la comunidad. En cambio, las sociedades democráticas modernas y complejas no comparten necesariamente ese supuesto. La concepción liberal de la democracia se levanta sobre el supuesto contrario; es una manera de responder a la multiplicidad de concepciones del bien común que responden a intereses divergentes. Si el Estado aceptara una concepción sustantiva del bien común, sería por la imposición de un sector de la sociedad sobre los demás. De hecho, eso es lo que puede suceder, en la realidad, si se sigue con rigidez el principio del gobierno de la mayoría.

La adhesión al principio del consenso es una decisión consciente. Ella se fundamenta en la creencia de que en último término los intereses de todos los miembros de la sociedad son los mismos aunque su percepción inmediata pueda ser diferente. Este pensamiento se expresa en un motivo artístico ( de la tribu ashantis africana) que representa a un cocodrilo con un estómago y dos cabezas que luchan entre sí por el alimento. Si ellas pudieran ver que el alimento por el que ellas luchan va destinado para el mismo estómago, se les haría claro la irracionalidad del conflicto.

Luis Villoro
Sobre democracia consensual en torno a ideas de Kwasi Wiredu

1 comentario:

  1. Considero esta idea, la democracia consensuada, como clave central en el debate político moderno.

    Los problemas de nuestro país, y los del resto de democracias modernas derivan de la intrínseca debilidad institucional y social que engendra la dialéctica destructiva entre fuerzas políticas.

    Yo he concebido un procedimiento al que me gusta llamar de "enmieda obligatoria" que puede ayudar a alcanzar este objetivo. Como no soy politico, ni en lo teórico ni (todavía) en lo práctico no me atreveré a asegurar que puede ser la panacéa, pero sí que lo considero una idea a explorar.

    La ventaja de este procedimiento es que facilita y objetiva el procedimiento de consenso y lo reduce a un mero mecanismo de decisión.

    Otra ventaja inherente -o requisito previo, según se mire- es que puede ser objeto de investigación. Podrían crearse grupos de investigación paralelos en algún parlamento autonómico o nacional, o tal vez en algún ayuntamiento, o tal vez en algún consejo de dirección con potestades normativas en la institución sujeta a su gobierno...
    Consejos paralelos experimentales con el objeto de ensayar las votaciones con este procedimiento de enmienda obligatoria y contrastar los textos producidos por el modo usual de mayoría simple/cualificada con lo logrado con este.

    Si estás interesado y piensas que puede ser útil puedo enviarte una sucinta descripción de esta idea.

    Igualmente agradeceré si me puedes indicar los links adecuados o la bibliografía que consideres útil o relacionada con la idea de promoción del consenso.

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