Ha dicho Rubalcaba que el socialismo es anticapitalista, o
por lo menos el que representa él y su partido. Yo a este tipo no lo pillo,
para una vez que un “socialista” se autocalificaba como lo que realmente son,
socialdemócratas, pues así se ha venido proclamando el mismo Rubalcaba durante
la última campaña electoral, ahora va y se descuelga con lo del
anticapitalismo. Había que preguntarse en este caso qué fue antes, si el huevo
o la gallina, por supuesto que el socialismo es anticapitalista y se le olvidó
decir que antidemocrático, por eso existe un socialismo no democrático y otro
democrático más conocido como socialdemocracia. Después de leer bastante sobre
el tema, con el fin de saber cual era la diferencia real entre la
socialdemocracia y el socialismo y por fin saberlo, más o menos, van los muy
aguafiestas y abdican de la socialdemocracia, que por cierto, es un desmadre
ideológico.
Según he podido averiguar, el invento socialdemócrata viene
cuando se dan cuenta de que a diferencia de lo que Marx predijo, que el
capitalismo produciría una sociedad de desposeídos que vivirían en la más
absoluta pobreza y una élite de ricos que vivirían en la opulencia, lo que
ocurrió es que la riqueza se socializó y
si, había unos pocos ricos viviendo en la opulencia y muchos pobres
viviendo en la miseria, pero la inmensa mayoría de la población alcanzó unos
niveles de riqueza aceptables para llevar una vida digna, cuando no, buena. La democracia
fue el sistema propio de organización capitalista a diferencia de las
dictaduras propias del socialismo, los obreros vivían infinitamente mejor con
el capitalismo y además con libertad, a diferencia del proletariado que cayó en
manos de sistemas colectivistas que los sumió en una espiral de pobreza y falta
de libertades.
Con esos mimbres, difícilmente se podía conseguir que la
gente se tirara a la calle a hacer la gloriosa revolución socialista, de ahí
que pensaran y decidieran aparcar su revolución violenta y por supuesto
antidemocrática. La democracia se había transformado en conquista y herramienta
popular y por lo tanto supera la necesidad de una insurrección o guerra civil a
fin de instaurar una dictadura del proletariado. Consecuentemente, vislumbraron la posibilidad de transformación
del capitalismo al socialismo mediante un proceso de reformas políticas y
económicas; la consecución de estas reformas debían figurar en adelante como
objetivo prioritario del movimiento obrero, por lo que la confrontación
electoral y la presencia parlamentaria de los partidos socialdemócratas se
transforma en método central de avance al socialismo.
La cuestión es que al final, se tomaron la cosa tan a pecho
que se perdieron. No son pocos los socialdemócratas que no ven ahora
incompatibilidad entre socialismo y capitalismo, sobre todo cuando se han
probado ambos sistemas. Es lo que se ha llamado economía mixta, con una gran
intervención estatal en los procesos económicos pero sin prohibir la iniciativa
privada. En realidad, este el sistema que sufrimos tanto desde los partidos de
izquierda como desde los que se consideran de derechas o conservadores.
A estas alturas, no creí que hubiera ningún descerebrado con
aspiraciones de gobernar un país occidental, que se atreviera a proclamarse
anticapitalista, pero hete ahí que lo hay, Rubalcaba. Muy desesperado tiene que
estar, o muy vacío de ideas, para
tirarse al monte como acaba de hacer el líder de los “socialistas” españoles y
pretender vendernos una revolución socialista a estas alturas. Me imagino como
deben de estar frotándose las manos los Chávez de Venezuela, los Castro de cuba
o los líderes divinos de Corea del norte con tan inesperado alumno de aprendiz
de brujo.
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