He escrito ya cinco posts en mi blog dedicados a la formación humanista de los gestores empresariales. En ellos me refería a los déficits y sesgos formativos que se dan en las escuelas de negocios y en otros eslabones del sistema educativo que en principio se encargan de preparar a los futuros líderes empresariales. Con esta entrada en Sintetia cierro mi seriado sobre este tema, así que si quieres ver los posts anteriores, los tienes al final de este artículo: “Seis premisas de diseño para formar líderes humanistas”.
Antes me gustaría recordar algo que he repetido mucho en mi blog, y es que no me siento identificado con el concepto de “formación de líderes” porque creo que éstos no se forman de un modo deliberado, ni se fabrican desde el aprendizaje formal, sino que afloran o emergen como resultado de unos hechos y una actuación, que hacen que sean reconocidos como tales por los demás. Pero en fin, por hacerme entender y crear un puente que permita comunicarme con el mundo que se dedica a estas cosas, vengo utilizando el término de “liderazgo humanista” para condensar el modelo formativo que a mi juicio deberían seguir las personas que ocupan cargos de responsabilidad en organizaciones.
Como explicaba en un post anterior, algunas de las Escuelas de Negocios más prestigiosas están introduciendo de modo puntual contenidos humanistas en los currículos pero sin atreverse a revisar a fondo su modelo educativo. El enfoque sigue siendo esencialmente conservador porque son instituciones que mueven mucho dinero, y mientras así sea es difícil que se atrevan a cambiar variables esenciales. También está el factor de los rankings, con sus incentivos perversos, que hacen casi imposible que la formación empresarial se salga del molde o ideal que usa el “mercado oficial” para asignar reputación.
Voy a comentar ahora algunos de los contenidos temáticos o disciplinas que podrían añadirse al currículo formativo de los gestores humanistas, y que con toda probabilidad no vas a ver en casi ningún programa de educación empresarial de esos que nos atiborran con publicidad:
1.- Filosofía (de la acción directiva): Lecciones de Filosofía Aplicada con enfoques que permitan al alumnado conectar esos aprendizajes con situaciones reales que se puedan dar en las empresas. La gracia aquí está en tensar los dilemas, para ver hasta dónde aguantan los principios.
2.- Historia crítica del Management: Conocer fallos del pasado para prevenirlos en el futuro, sobre todo si se hace con el adecuado rigor crítico. El Management se ha equivocado bastante, y hay muchísimo que aprender de esos errores. Éste es un tema relevante porque creo que hay que revalorizar el papel de la Historia, y lo que nos puede enseñar sobre el presente y el futuro. Estudiar historia añade hondura a la reflexión, y pensadores como Hiroshi Tasaka o Peter Watson demuestran el valor detejer conexiones temporales y extraer patrones entre fenómenos separados por siglos. La tesis del propio Tasaka que, según su “Ley del Proceso Espiral Ascendente”, sugiere que “el futuro está en el pasado pero revivido con un nuevo valor”.
3.- Antropología (de la innovación): Aprender herramientas y fundamentos antropológicos de las organizaciones, y de los procesos de innovación. A mí me parece esencial que las personas que van a tomar decisiones relevantes den, como mínimo, la misma importancia a la antropología que a la hoja de cálculo.
4.- Literatura y Poesía aplicada: Ya va siendo hora de que el Management abandone ese lenguaje cansino y acartonado que replica en las empresas. Sé que esa falta de frescura y de sensibilidad no es sólo un problema de comunicación, sino de contenido, de fondo, de cómo están concebidas las salas de máquinas de las organizaciones. Pero también es verdad que el lenguaje endogámico, y cerrado en sí mismo, que se practica en el mundo de la gestión contribuye a agravar el problema. La capa directiva lee poco, desdeña las artes, prima lo tecnocrático y parece ciega a hibridar entre disciplinas. A l*s directiv*s les vendría muy bien estudiar, practicar y disfrutar de la Poesía, por ejemplo, para estimular su sensibilidad y profundizar en sí mismos como experiencia de autoconocimiento. Necesitan “culturalizarse”, leer más poesía y novelas que les acerquen a la complejidad de la vida y a sus dilemas reales. Eso nos ahorraría, tal vez, muchos de esos latiguillos y automatismos que usan los jefes, y que vacían de contenidos y calidez a cualquier mensaje.
5.- Etnografía digital: Aquí incluimos lo que llamamos las “humanidades digitales” en todas su facetas, y tiene bastante que ver con lo que he llamado antes “Antropología de la Innovación”, pero aplicada al mundo digital.
6.- Integrative Thinking: Pensamiento holístico y sistémico. En lugar de examinar la realidad desde una lente fragmentada; aprender a abrir el zoom, conectar los puntos y entender los contextos desde la complejidad.
7.- Marketing de conversaciones: Yo convertiría al Manifiesto Cluetrain en materia de estudio y lectura obligada de todas las escuelas de formación empresarial, con el fin de promover nuevos estilos de comunicación y el fomento de lo que me gusta llamar “organizaciones conversadoras”.
8.- Visualización de datos: Ésta es una disciplina con un presente y un futuro fabuloso, y que merece más atención en la formación empresarial. Se trata de hacerpedagogía de los datos para superar el formato limitado (y limitador) de las presentaciones en PPT. Buscamos con esto desarrollar nuevas habilidades para expresar gráficamente datos cuantitativos (por ejemplo, lo que se hace en Infografía).
9.- Cultura de prototipado: Técnicas del Design Thinking que ayudan a superar tendencias perfeccionistas y a mejorar la tolerancia al error. También como herramienta para generar la reflexión y la búsqueda colectiva de soluciones.
10.- Contexto cultural de los negocios: Much*s directiv*s carecen de una “mirada socio-cultural” y tienden a uniformar comportamientos a la hora de analizar los mercados en los que operan sus empresas. Hace falta una educación que ayude a comprender la riqueza de la diversidad y la complejidad cultural de las identidades.
11.- La artesanía como modelo alternativo: Las “prácticas artesanas” tienen una larga historia, pero en el mundo de la gestión sólo parece tener cabida un solo modelo: el industrial, con su obsesión “eficientista”. Vale, también se habla de diferenciación, pero me sigue pareciendo que lo más importante es crecer, la escala y los grandes números. Aquí, desde luego, barro para casa a partir de mi experiencia personal con#redca, pero es evidente que el mapa de opciones está incompleto. Necesitamos acercarnos a modelos con una dimensión más humana, y la artesanía en ese sentido es una gran metáfora en sí misma. No es la única, ni mucho menos, pero existe y se puede aprender mucho de ella.
12.- Negocios en red y Empresa Abierta: Están emergiendo nuevos modelos organizativos que priman la flexibilidad y se basan sobre todo en la gestión de redes. Esto plantea un desafío para el viejo Management demasiado ocupado en las economías de escala, los lazos fuertes de dependencia y los costes de transacción. Internet, y la economía de redes, están obligando a una revisión de los llamados “desafíos de escalado”. Esto conecta con conceptos tan interesantes como los de “Empresa Abierta” (“abrir organizaciones”) que deberían ocupar buena parte de la atención de los itinerarios de gestión del cambio.
13.- Marketing ético: Hay que darle una vuelta a los estudios de Marketing para que se encuentre un mejor balance entre: los intereses de las empresas y el de la sociedad y los consumidores. Aquí hay mucho trabajo por hacer, y no se resuelve dando una asignatura llamada “Ética”, sino integrando esos conceptos en todas las disciplinas, de forma transversal, siendo el Marketing una de las más necesitadas porque según mi experiencia, va sobrado de cinismo.
14.- Cultura estadística: En la era de los datos, resulta imprescindible que l*s directiv*s sepan interpretarlos y usarlos con rigor. Conozco muy pocos “jefes” o “jefas” que tengan una adecuada formación estadística, y lo peor es que las escuelas de negocio siguen prestando poca atención a esto, más allá de pulirse las hojas de cálculo con el único fin de que el alumnado entienda los conceptos económico-financieros. Sobre esto voy a escribir pronto un post.
15.- Co-Skills e Inteligencia Colectiva: Tal vez sea porque me dedico a ello, y es mi tema favorito, pero echo en falta que la “Inteligencia Colectiva” se integre como una disciplina de pleno derecho en los currículos de formación empresarial. Es un campo casi desconocido, y pierde por goleada en importancia frente a las materias de naturaleza competitiva, que colonizan la mayor parte de la agenda. El desarrollo de Co-Skills me parece de una importancia vital dentro de las habilidades que se esperan en los gestores del futuro.
Me ha gustado mucho, una gran lección de economía.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, una gran lección de economía.
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