Hay un libro que tengo entre manos, El retorno de los chamanes, cuyo autor, Víctor Lapuenteha hecho una magnífica entrevista en Sintetia. El libro analiza, desde una perspectiva política, dos modelos distintos de gestionar la cosa pública: el modelo o la visión del chamán y el modelo o la visión de la exploradora. Dice Lapuente que el chamán, propio de ideologías populistas ya sean de izquierdas o de derechas, fundamentan toda su acción en su ideología, es ésta la que determina toda su acción política, buscando moldear la sociedad según esos principios inamovibles de los que parten. En su lugar, la exploradora inicia su trabajo desde la realidad, a pie de calle, tratando de construir desde lo que es para tratar de mejorarlo, buscando permanentemente el consenso y siendo consciente de los límites que impone la realidad.
El chamán pretende conquistar y derrotar, la exploradora mejorar y convencer. Esto se traslada a la gestión pública, y así como el chamán pretende fundamentar toda su acción de gestión en una ideología, con lo que toda la gestión pública tiene un marcado componente político, la exploradora entiende hay una parte que no ha de ser política, sino que ha de ser entregada a los técnicos para su mejor gestión. Por ejemplo, supongamos que es política de estado apostar por la alta velocidad en la red ferroviaria española, un enfoque chamánico haría que la decisión de llegar a una ciudad con el AVE fuera política, y no de eficiencia (¿les suena?), mientras que un enfoque explorador haría que fueran los técnicos quienes decidieran que, por ejemplo, es más eficiente llegar con el AVE a Alicante (por ejemplo) y poner lanzaderas a Murcia que crear otra línea de AVE a Murcia.
A modo de ejemplo adjunto una tabla donde Lapuente muestra las diferencias entre el chamán y la exploradora en determinados temas:
Como toda categorización este tipo de enfoques tienden a simplificar, y no terminan de captar la complejidad de modelos políticos y de gestión donde el chamán y la exploradora conviven en un mismo espacio y tiempo.
Fuente: http://www.sintetia.com/huyendo-de-los-chamanes-en-la-politica-y-en-los-negocios/
El chamán pretende conquistar y derrotar, la exploradora mejorar y convencer. Esto se traslada a la gestión pública, y así como el chamán pretende fundamentar toda su acción de gestión en una ideología, con lo que toda la gestión pública tiene un marcado componente político, la exploradora entiende hay una parte que no ha de ser política, sino que ha de ser entregada a los técnicos para su mejor gestión. Por ejemplo, supongamos que es política de estado apostar por la alta velocidad en la red ferroviaria española, un enfoque chamánico haría que la decisión de llegar a una ciudad con el AVE fuera política, y no de eficiencia (¿les suena?), mientras que un enfoque explorador haría que fueran los técnicos quienes decidieran que, por ejemplo, es más eficiente llegar con el AVE a Alicante (por ejemplo) y poner lanzaderas a Murcia que crear otra línea de AVE a Murcia.
A modo de ejemplo adjunto una tabla donde Lapuente muestra las diferencias entre el chamán y la exploradora en determinados temas:
Como toda categorización este tipo de enfoques tienden a simplificar, y no terminan de captar la complejidad de modelos políticos y de gestión donde el chamán y la exploradora conviven en un mismo espacio y tiempo.
Fuente: http://www.sintetia.com/huyendo-de-los-chamanes-en-la-politica-y-en-los-negocios/
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