Juan J. Molina

Juan J. Molina
Juan J. Molina

sábado, 14 de mayo de 2011

ESTADO EN MAL ESTADO





¿Por qué cuando un ciudadano quiebra y no puede pagar su hipoteca o sus préstamos, el estado no le rescata?, ¿por qué cuando un banco quiebra el estado le rescata con el dinero de los ciudadanos?, ¿En qué parte de los programas políticos de los partidos mayoritarios como PP y PSOE y de los nacionalistas como CiU y PNV principalmente, decía que iban a usar nuestro dinero para rescatar a la banca privada de sus errores?.
El estado no está para eso, es un instrumento creado para organizar la vida común de los ciudadanos, gestionar los servicios básicos a los que todos tenemos derecho como la sanidad, la educación y una vida digna exenta de pobreza, para construir infraestructuras  que permitan el desarrollo de la economía y para crear un marco de paz y convivencia donde se respeten el orden y unas leyes justas donde los ciudadanos podamos construir nuestros proyectos de vida con igualdad de oportunidades, leyes que impidan a los usureros y estafadores aprovecharse de la inexperiencia y del abuso que proviene del monopolio a gran escala de recursos naturales, financieros o políticos. El Estado sirve para ejercer la solidaridad común con aquellos de nuestros congéneres que por los motivos que sean queden excluidos del mercado laboral y de las posibilidades económicas que les permitan llevar una existencia digna.
A partir de esos límites básicos de un estado respetuoso con las libertades individuales y el derecho a elegir libremente, todas las demás aventuras de intervencionismo en la vida privada de los ciudadanos y en el derecho a la libre elección, de ingeniería financiera e ingerencia en la vida económica de los pueblos incidiendo artificialmente en la evolución del mercado y la iniciativa privada con inyecciones de capital público para salvar negocios privados ya sea bancos o empresas, es una irresponsabilidad que está conduciendo a los sistemas de bienestar de los estados democráticos al caos.
La iniciativa privada es el motor del sistema capitalista y sin duda la mejor opción en cuanto a progreso técnico, económico y humano, la historia y los resultados de otros sistemas colectivistas como el marxismo o el socialismo así lo han demostrado, han sido un desastre en cuanto al desarrollo económico, las sociedades que han vivido bajo esas ideologías políticas se han sumido en la mayor de las pobrezas y han perdido sus libertades a cambio de un plan centralizado que les ha llevado a la ruina.
Pero el capitalismo también tiene sus problemas, si no hay solidaridad y un reparto equitativo de los recursos y los bienes disponibles las diferencias se acrecientan y la vida se hace más injusta y menos soportable. El Estado debe ser ese instrumento que sirva para impedir los abusos sin olvidar el respeto a las libertades, que sirva para llevar la solidaridad a los excluidos de la riqueza y que gestione los recursos de manera racional para dar a los ciudadanos los servicios básicos y la seguridad jurídica y física que necesitamos para alcanzar nuestros proyectos vitales. Los impuestos son para dar servicios y no para hacer negocios, en manos de nosotros los ciudadanos está el que seamos capaces de buscar mejores gestores para nuestro dinero, banqueros más éticos que no miren solo por sus intereses e inviertan el dinero en proyectos que den réditos económicos pero también sociales y ecológicos, empresarios que entiendan que el futuro de sus empresas va ligado al bienestar de sus trabajadores, ciudadanos respetuosos con el medio ambiente y más racionales en nuestros consumos, en definitiva si queremos sociedades mejores, tendremos que ser ciudadanos mejores.

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