LA MORAL SUPERIOR

Vivimos en una época convulsa donde los cimientos ideológicos se tambalean como lo haría una torre de gelatina a la más mínima vibración. Los valores que durante siglos han servido de guía a Occidente son ahora papel mojado, el cristianismo languidece en la penumbra de las iglesias al compás de una letanía de viejas rezando el rosario. Europa vive en un purgatorio al que la ha empujado una progresía detestable que ha querido vomitar sobre este viejo continente todos los males del mundo, la pobreza, las dictaduras, el capitalismo, el racismo… todo es culpa nuestra, vamos a tener que pedir perdón cada mañana al levantarnos por robarles a los parias de la tierra el aire que respiramos.
Hemos entrado en una nueva edad media de fundamentalismos morales, hay algo peligroso a nuestro alrededor, un tufo pestilente que surge de aquellos que creen poseer la superioridad moral, son los fanáticos religiosos del islamismo que se saben moralmente superiores a una sociedad occidental decadente, dada a los vicios y sin referentes simbólicos que les sirvan de guía. Es una progresía de izquierdas que pretende legislar y linchar públicamente a todo aquel que osa discrepar de su concepción del mundo perfecto y que vive en una profunda crisis de culpabilidad que intenta paliar salvando a la humanidad del mal vivir (según ellos), y lamiéndole el culo a todos los dictadores marxistas, populistas y caraduras que pululan por el planeta no vaya a ser que se enfaden, al fin y al cabo todo es culpa del capitalismo que tan mal vivir nos da.
Y no digamos nada de la más extraña cruzada que se haya visto en los tiempos de los tiempos, la lucha a muerte codo con codo con palestinos, iraníes, y demás regímenes teocráticos del mundo musulmán que todavía se están preguntando cómo han conseguido que la izquierda atea, socialista, feminista, abortista, antitaurina, laica, paritaria…se haya convertido en sus aliados ¡con los que tienen tanto en común! Entre todos conseguirán acabar con la única democracia real que existe en Oriente Medio, por muy imperfecta que sea, Israel.
Nuestros padres tuvieron que soportar cuarenta años de moralina católica, apostólica, romana y castrense y cuando parecía que nos habíamos librado de tutores vienen esta pandilla de políticamente correctos a implantarnos un régimen de vida Light, sin grasas, sin humos, sin vicios, sin levantar la voz, a 21 grados máximo…pronto nos reglamentarán las posturas y el número de actos sexuales apropiados para un ciudadano normalizado.
Mientras que la derecha vive acomplejada por la herencia de una dictadura franquista de la que han sido nombrados hijos bastardos, intentando rescatar, pero sin levantar la voz no vaya a ser que les oigan, algunos valores de la vieja tradición cristiana, sin mucho éxito. La izquierda postfranquista se ha concedido patente de corso para cometer todas las tropelías que se le ocurren contra la libertad de las personas, bajo el pretexto de un bien común pero entendido como ellos lo conciben: a mi manera.
Mientras tanto, los futuros dictadorcillos marxistas, nacional socialistas o de la madre que los parió que ya se ha lamido bastante las heridas de las últimas hazañas de sus predecesores, esperan agazapados su momento para saltar al escenario y tomar fuerzas de donde las toman todos los radicales, de un pueblo harto de tanta sandez y que encima de tener que soportar a esta ralea política ahora no tiene trabajo, no puede pagar sus facturas y ya se está oliendo que estas lumbreras que tenemos por gobernantes se están dilapidando sus pensiones.
Mañana cuando las calles estén llenas de barricadas y coches ardiendo, cuando un cuarto reich haga ondear sus banderas al son del nuevo nacional socialismo, o tengamos que tatuarnos obligatoriamente la cara del “Che” en el pecho, que nadie se llame a engaño porque como dijo aquel: “esto se veía venir”.