Nunca llueve
a gusto de todos, eso hace tiempo que lo sabemos. Probablemente, la educación
sea el asunto más importante y controvertido con el que tenemos que lidiar. No
podemos entrar en batallas dialécticas, y si me apuran, ideológicas entre
enseñanza pública o concertada.
Lo que nos
jugamos en educación es el futuro de nuestro país y de nuestra sociedad. Todo
no puede reducirse a una cuestión de dinero o de pura supervivencia económica.
El Estado tiene la obligación de garantizar la educación a todos los ciudadanos
de este país, es un derecho constitucional sobre el que recae algo tan
importante como la libre competencia en igualdad de condiciones, pilar básico
de las democracias liberales. Si no se tiene acceso al conocimiento, no se
puede competir por un puesto de trabajo de tú a tú con aquellos que si han
podido instruirse.
Pero, ¿qué
enseñanza queremos? A parte de todo el cambio metodológico y estructural que
nuestro sistema necesita, el debate que ahora nos ocupa es ¿quién y para qué?
Va a ser el que preste ese servicio. La libertad de enseñanza es algo que un
liberal no puede cuestionar, la defendemos sin paliativos, por lo tanto
aquellos que quieren llevar la discusión hacia un ataque a la libertad, solo
esconden intenciones perversas. En
nuestro país y en la mayoría de países de nuestro entorno el Estado presta el
servicio a través de sus propias escuelas, pero es indiscutible que la
enseñanza pública, y concretamente en la región de Murcia, está mal financiada.
Que la enseñanza pública decaiga de una forma natural porque baje el índice de
natalidad o las corrientes migratorias fluctúen hacia la baja, es algo
perfectamente asumible, lo que ya no es tan asumible es que esa bajada se
produzca además, por factores corregibles mediante la buena gestión política.
No es de recibo que en el presupuesto del 2016 se destinen 8 millones de euros menos que en el ejercicio
anterior para la infantil y la primaria pública y que al mismo tiempo, se
aumente esa cantidad para la concertada. Como mínimo estas cosas merecen una
explicación, y tampoco es aceptable que si hay prevista una bajada de alumnos
para los próximos años por las razones antes expuestas, según el INE se calcula
que Murcia podría perder alrededor de 50.000 alumnos de aquí al 2029, no se
utilice esa circunstancia para bajar las ratios de alumnos por aula y mejorar
así la calidad, lo que supondría no bajar la financiación y utilizarla para la
mejora de las condiciones laborales del profesorado, más contrataciones e
inversión en materias complementarias como comedores, material escolar,
transporte, etc.
La política
de la Consejería de educación va en sentido contrario, que hay menos niños:
pues bajo la financiación. Y no voy a entrar en disquisiciones sobre si lo que
bajan a la pública es para destinarlo a la privada concertada, ellos sabrán. Si
hay un partido que defiende la complementariedad entre lo público y lo privado,
ese partido es Ciudadanos. Sin la iniciativa y la riqueza que produce el sector
privado, los Estados modernos no pueden subsistir, eso está probado y
certificado. Tampoco creo que exista un partido en este país más dispuesto al
diálogo y a la negociación, lo hemos demostrado desde que estamos en las
instituciones. Por lo tanto, no es el momento de empezar guerras, ni tampoco de
abanderar el “qué hay de lo mío”, tenemos que sentarnos y decidir entre todos
cómo vamos a proteger a la escuela tanto pública como concertada, sin que se
abandone una y se beneficie a otra, de qué manera pueden complementarse para
que sea una competencia sana que al final redunde en una educación mejor para
todos. Que nadie olvide una cosa, tanto la pública como la concertada la
pagamos todos los ciudadanos y por lo tanto, todos tenemos derecho a opinar
cómo tienen que ser las reglas del juego.
En estos
presupuestos del 2016, Ciudadanos ha apoyado una enmienda de Podemos para que
se detrayeran 3 millones de euros de una partida de 223 millones a la
concertada, hay que aclarar que el año pasado la partida que se destinó con el
mismo fin fue de 215 millones, por lo tanto hay un incremento de 8 millones.
Los tres millones se destinarán a comedores escolares, transporte escolar,
material escolar y libros para todos los niños de la región, sin distinción del
colegio al que vayan, público o concertado. Desde diversos sectores de la
concertada y desde el propio PP se ha dicho que esos 3 millones de menos son
una especie de tormenta perfecta que desbarataría todo el castillo. Si algo va
a tener de bueno esta polémica es que al menos, se van a poner sobre la mesa
las cifras reales de esas necesidades, veamos si esas afirmaciones tan
catastróficas son ciertas y si es así, en el futuro, hablando se entiende la
gente.
En cuanto al
PP y sus amargas quejas sobre que nadie habla con ellos, yo ya lo he dicho en
varias ocasiones, desconozco las razones de por qué tanto los Socialistas como
los de Podemos no hablan con el PP, ellos tendrán sus motivos. Ciudadanos lo
tiene muy claro, mientras no saquen a los imputados que tienen en cargos
públicos, que no cuenten con nosotros. Dejémonos de excusas, para el Partido
popular de Murcia por encima de los murcianos, la educación, la sanidad, los
servicios sociales, etc. Está la protección de sus imputados en la que se
afanan meritoriamente. Con lo fácil que sería hacer lo correcto, ellos
prefieren complicarse la vida y de paso, complicárnosla a todos, no olvidemos
que a fin de cuentas, son ellos los que gobiernan.
Juan J.
Molina
Diputado de
Ciudadanos y Presidente de la Comisión de Educación y Cultura de la Asamblea
Regional de Murcia