Cuatro cosas que un español debería saber para no tirar su voto a la basura
Pese a que la Constitución ordena que el sistema electoral español sea proporcional, la extinta Unión de Centro Democrático (UCD) diseñó uno que los expertos califican de «mayoritario atenuado». Es más, Óscar Alzaga, uno de sus creadores, lo definió como «bastante maquiavélico». Y pese a todo, ni el PSOE ni el PP han querido cambiarlo en más de 30 años porque favorece claramente el bipartidismo.
En esta entrada me voy a referir exclusivamente al Congreso de los Diputados (dejando aparte al Senado), que suma un total de 350 escaños repartidos en 52 circunscripciones electorales que son las 50 provincias más Ceuta y Melilla.
En primer lugar, España no tiene un sistema electoral único sino 52 sistemas electorales distintos: los que resultan de aplicar la ley D’Hondt a los escaños asignados a cada provincia. Si se tiene en cuenta que el número de escaños no es proporcional a la población de cada circunscripción y que la ley D’Hondt beneficia a los partidos más votados en detrimento del resto (como veremos a continuación), el resultado electoral es la suma de 52 sistemas de representación mayoritaria, vulnerando el espíritu de la Constitución.
1. El campo de batalla no es estatal ni autonómico, sino provincial
Dentro de cada provincia hay que respetar:
- Número de escaños: mínimo de dos, excepto Ceuta y Melilla que solo tienen uno.
- Mínimo de un tres por ciento de votos para que una formación política entre en el cómputo de la ley D’Hondt.
- Distribución de diputados conforme a la ley D’Hondt, que explico a continuación.
2. Así funciona la ley D’Hondt
Supongamos que en una provincia los partidos se disputan cuatro puestos de diputado y van a votar 300.000 electores con el siguiente resultado:
- Partido A: 150.000 votos
- Partido B: 80.000 votos
- Partido C: 40.000 votos
- Partido D: 30.000 votos.
Lo que hace la ley D’Hondt es dividir el número de votos obtenido por cada formación política por uno, luego por dos y así tantas columnas como número de diputados haya en juego, que en este caso son cuatro, con el siguiente resultado:
A continuación se asignan los escaños a los cuatro mayores cocientes, que en el ejemplo serían los números pintados de azul claro. Como puede verse, el partido A conseguiría 3 de los 4 diputados con solo la mitad de los votosy el cuarto escaño iría a parar al partido B.
3. No hay igualdad de voto: en la España urbana el voto vale mucho menos que en las provincias más rurales
A esto hay que añadir las diferencias de representación entre provincias, es decir, que mientras un diputado necesita más de 170.000 votos para salir en Madrid solo le hacen falta unos 47.000 votos en Soria. Esto atenta contra otro principio democrático esencial: la igualdad de voto.
En el mapa están en negro y gris las provincias donde menos valen los votos y en rojo y encarnado donde más fácil es conseguir representación porque hacen falta menos votantes para elegir a un parlamentario.
4. Cuidado con los sondeos y barómetros electorales
Cuando veamos un sondeo o un barómetro debemos distinguir entre los datos sobre intención de voto y su proyección en escaños, en cuyo caso se aplica la ley D’Hondt. Es decir, que diferencias muy pequeñas en número de votos en una provincia pueden arrojar resultados muy desiguales en número de escaños y eso puede desanimar a los votantes de la formación perdedora. No hay que fiarse de las encuestas y menos si solo dan un reparto de escaños sin facilitar la intención directa de voto: la ley D’Hondt hace ver grandes diferencias donde solo hay unos miles de votos por medio.
Tampoco se pueden proyectar los resultados nacionales que da una encuesta a tu provincia particular; para eso lo mejor es ver los resultados de las últimas elecciones municipales de Mayo de 2015, provincia por provincia, porque en ellas ya aparecieron los nuevos partidos Ciudadanos y Podemos.
Conclusiones
- Si vives en una provincia con cinco o menos diputados el juego es cosa de dos partidos, menos en Ceuta y Melilla, donde se lo lleva todo uno solo, el más votado.
- Si vives en una provincia cuya representación oscila entre seis y 10 escaños hay hueco para un tercer y cuarto partido, si bien muy marginal: dos o un diputado para cada uno de los rezagados.
- Si vives en las restantes circunscripciones, las mayores como Madrid, Barcelona o Valencia, la proporcionalidad es mayor; puedes votar a quien quieras siempre que vaya a conseguir un mínimo del tres por ciento (unos 180.000 votos en Madrid).
Espero que esta información te resulte de utilidad. Pese a las imperfecciones de esta ley electoral, que espero que pronto se corrijan, no dejes de ir a votar. Tu voto es importante para todos. Contribuye a hacer de éste un país mejor.
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