Juan J. Molina

Juan J. Molina
Juan J. Molina

domingo, 23 de mayo de 2010

LA GUERRA QUE PERDEMOS CADA DÍA


Cuando el problema es el propio estado es muy difícil que éste sea capaz de solucionar la grave crisis que vivimos. Decía un economista que sabía bastante del tema que cuando algo se mueva ponle un impuesto, si se mueve poco bájale el impuesto y si deja de moverse dale una subvención. En la España Zapaterista vamos al revés, primero son las subvenciones y luego los impuestos, esa es la mejor forma de andar el camino al contrario: si algo se mueve dale una subvención y verás como se para, normal por otra parte, si te dan el dinero sin trabajar ¿para que vas a trabajar?
El círculo perfecto de este juego lo han conseguido los progres de la ceja, apoyan a un gobierno que los subvenciona, el dinero lo saca de los sueldos de los funcionarios, las pensiones y los impuestos y luego vuelve a los bolsillos de los subvencionados que aplauden una política tan social “lista”.
Como decía al principio por mucho que bajen el gasto del gobierno nunca podrán atajar el problema de fondo, la elefantitis gubernamental. Tenemos un macro estado duplicado y triplicado como los formularios del Castillo de Kafca. Millones de funcionarios estatales, autonómicos, municipales. Diecisiete parlamentos con cerca de mil parlamentarios autonómicos con sus despachos, coches oficiales, dietas, bonos de viaje y lo más cachondo para el resto de los españolitos: parte de su sueldo, dicen que en algunos llega al 70% de sus retribuciones, exentas de tributación a hacienda. ¿Mola o no?
Yo para ser feliz quiero un puesto en el gobierno, me da igual nacional, autonómico o municipal y al camión que le vayan dando. La subvención es el gran recurso del socialismo, su mecanismo es sencillo: se trata de grupos organizados que consiguen vivir, viajar, montar sus negocios, etc.…a costa del resto de la gente. Cuanto más numeroso es el grupo y mejor organizado está más pasta puedes negociar, a cambio se pide sumisión y buen rollito con el gobierno benefactor. Sin embargo no crean que esto es un invento de la izquierda ni mucho menos, lo usan todos gobiernos sean del color que sean, aunque bien es verdad que el de Zapatero lo hace de una forma abusiva y descarada. Sus protegidos más famosos son los sindicatos de izquierda a la cabeza con más de trescientos millones, partidos políticos en segunda posición con unos doscientos millones, asociaciones de memoria histórica con treinta y dos millones en la última tajada, cineastas, cantantes, etc.
Al final uno se queda con un extraño sabor en la boca cuando al caer el día después de una jornada de trabajo, de lidiar con los delincuentes en le hihg school, de pintar, de escribir, de estudiar para cualificarte mejor…te sientas cansado en tu comprensivo y siempre fiel sofá pones la tele y los ves, a él tan sonriente siempre y a su corte vistiendo modelitos que valen tu sueldo de dos meses, repartiendo nuestro dinero entre sus amigotes tan generosamente, trincando y pegándose la gran vidorra a nuestra costa sin despeinarse. Es entonces cuando gano la única batalla de esta guerra que pierdo cada día, mi perro apoya su cabeza sobre mi pierna y me mira esperando esa momento, que no sé porque al muy cabroncete le reconforta, en que yo trinco una cerveza y le digo: si, ya lo sé, soy un gilipollas.

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