Juan J. Molina

Juan J. Molina
Juan J. Molina

viernes, 18 de diciembre de 2009

EL OBISPO DE LA DISCORDIA


Siempre me he preguntado cuántas iglesias hay y siempre pensé que había dos iglesias, una de infantería, la que entrega su vida y sus esfuerzos por los más necesitados y la curia, la de los Obispos, Cardenales y demás parafernalia vaticana y les aseguro que después de meditarlo mucho creo que ambas son necesarias, la una no sobreviviría sin la otra. Sin embargo acabo de confirmar una sospecha que tenía desde hace tiempo, existe una tercera iglesia, la vasca,una parroquia con personalidad propia a la que el Vaticano ayudado por su Torquemada de estos tiempos, alias Rouco a cuya derecha solo queda la pared, quiere desarraigar y desafectar mediante la imposición de un Obispo ultraconservador, un tal Munilla, esto lo dice un político del PNV llamado Egibar que continúa su discurso diciendo: "Uriarte (el anterior Obispo) es un hombre muy comprometido con este país desde hace mucho tiempo, y nadie le podrá decir, ni a Setién (al que sustituyó Uriarte), el que haya hecho apología de ningún plantemaiento nacionalista, sino que son responsables de sus diócesis que han pretendido dar una respuesta de eso que supone un problema para sus feligreses".
Monseñor Munilla ha nacido en el País Vasco, y habla un vascuence mejor incluso que nacionalistas que presumen de ello. Se recuerda precisamente la anécdota que siendo seminarista, monseñor Setién tuvo que recurrir al castellano por no poder seguir una conversación con él. Yo como no soy Obispo y sobre todo no soy Setien, no alcanzo a llegar al nivel de bondad cristiana que le permite a él poner a las víctimas de los terroristas en la misma balanza que a los familiares y "gudaris" encarcelados y represaliados por un gobierno democrático, ni tampoco califico como hace él a la ley de partidos, que dice sencillamente que se ilegalizarán todas aquellas formaciones que inciten o no condenen la violencia, de "sinrazón", supongo que esta benevolencia con los violentos debe ser parte de esa personalidad de la iglesia vasca que los desaprensivos del Vaticano quieren desarraigar.
El doctor en Teología, franciscano vasco y profesor de la Universidad de Deusto, Joxe Arregi, acusa a Munilla de esconder en su ordenador una carpeta, con el nombre de 'Mafia', que contenía "conspiraciones" y "maniobras eclesiales turbias", así como "fichas" de algunos de sus compañeros de presbiterio. Que yo sepa en tu ordenador no escondes, en todo caso guardas, imagino que de lo que le acusa este franciscano es de titular la carpeta como "mafia", pero la verdad, dado el percal de la tela que se gastan los prelados vascos no se me ocurre un título mejor. Más negro que la sotana de los curas a tu cargo veo tu pontificado en la diocesis vasca, Munilla, te van a llover por todas partes, desde el lado propio y del ajeno, la oligarquía nacionalista no te va a perdonar ni el aguinaldo, eso de que venga un vasco españolista que encima habla mejor que ellos el vascuence a desmontar el chiringuito abertzale de las sacristías les retuerce las tripas, aunque tu como buen cristiano ya sabes, haz el bien y no mires a quien y los demás que se.... Ya sabeis lo que decía Cela, este país es de los que resisten.

2 comentarios:

  1. Maticemos...2 iglesias que se necesitan la una a la otra, no que sean necesarias...Por lo demas totalmente de acuerdo.

    Jesus

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  2. Estimado amigo, la Iglesía, como el Universo, es única, así pues, no hay ni dos ni tres ni cuatro, como no hay pluriversos. Sólo una que se llama a sí misma, sin ningún pudor, pues éste lo remiten a otras esferas de lo humano, Santa Iglesia Católica. Una empresa, por otra parte, cuyo devenir debería ser estudiado en las Universidades más prestigiosas, pues ha vendido durante más de dos mil años algo que ni se ve, ni se toca, ni se huele, ni..., es decir, un jardinero invisible que cuida de un jardín en vías de extinción llamado mundo. En cuanto a su necesidad, evito cualquier comentario, pues como es sabido, todo lo humano es contingente. La tercera, la Iglesia vasca sigue el programa político pragmática de su madre, la Vaticana. Ni más ni menos. Fingen polémicas que no son otra cosa que sainetes pasajeros que bien mirados podrían ser calificados de esperpentos. El doble juego de la Iglesia, entidad espiritual (eterna) revestida de materialidad (histórica), adquiere aquí el rostro de una polémica que, en definitiva, no es más que un asunto de familia. Todo lo demás es palabrería hueca cuyo objetivo no es otro que entretener al personal y seguir con el mangoneo político eclesiástico.

    En cuanto al resto del artículo, amigo mío, ahí va mi más firme adhesión.

    paco f.

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