CAMINO DE PERDICIÓN
En una de las últimas entrevistas a Gorbachov le preguntaban por qué no actuó con más contundencia contra los que se la jugaron, y él, de forma exquisitamente educada, contestaba:
“Los políticos que no están dispuestos a
trabajar por la cooperación y el desarme, deberían sencillamente dejar la
política.” Como si el deseo fuera suficiente.
Sus objetivos perseguían la democracia y el
desarme, no alcanzó ninguno de ellos, al menos cayó el muro y se disgregó la
antigua Unión Soviética, después de él llegó Yeltsin, el desastre económico y
democrático y una serie de primeros ministros criados en la mesa camilla del
KGB hasta llegar a Putin, y hasta aquí puedo leer.
Con Gorbachov ganamos todos algo y caímos junto
a él en todas sus derrotas. Este no es un mundo para los que respetan las
reglas, ganan los malos por goleada. Aquellos que se mueven sin ética por el
tablero político juegan con ventaja. Los arribistas, los vividores y los getas,
sin más oficio, ni beneficio que medrar para seguir mamando de la teta del
poder, se encuentran en su salsa y libres de cualquier cargo de conciencia para
conseguir sus objetivos.
Da igual que sea Rusia, Washington o Murcia. Los
buenos están solos y parecen tontos, unos blandos. La testosterona y las
bravuconadas molan mucho más y el pueblo las aplaude, chulerías de izquierda o
de derechas, no importa. Lo podemos ver aquí, en nuestra Murcia del alma, a la
IX legislatura, una legislatura sana, con un Parlamento regional con nivel,
dialogante y educado, donde se sacaban la inmensa mayoría de las propuestas por
unanimidad, le ha seguido una X impresentable, sin nivel, sin ética, y sin
perdón. No vamos a mejor, vamos a peor.
¿Y quién va a pagar la ronda? Los blandengues,
los moderados, los que respetan las reglas, los que no se corrompen, ni se
venden. Y nadie les va a ayudar, a la calle le da igual porque le preocupan
otras cosas, sus cosas: el precio de la luz, del gasóleo, la cesta de la
compra…normal por otra parte. Y al cuarto poder sobre todo le importa el parné,
hay que sobrevivir compadre, y el que paga, manda.
Estáis solos, y solos os enfrentaréis a la
tormenta perfecta, nos enfrentaremos, porque yo soy uno de esos blanditos
dispuesto a inmolarme en esta batalla desigual, no me importa perder, es más
digno un Gorbachov vencido y viejo que todos los Putin, Trump, Maduros, Kim
Jong-Um y el resto de su pandilla.
Parece que a nadie le importa todo lo que vamos
camino de perder, las derrotas dignas, no dejan de ser derrotas. En fin, ojalá los deseos tuvieran la fuerza
suficiente para convertirse en realidad con solo pensarlos, como dice el viejo
Gorbachov: Todos los políticos malos, deberían sencillamente dejar la política.
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