Juan J. Molina

Juan J. Molina
Juan J. Molina

sábado, 4 de abril de 2020

Los fascinantes y coloridos secretos de la física que esconden las ...


COMO POMPAS DE JABÓN

Quién no se ha quedado alguna vez embelesado con el vuelo de una pompa de jabón, etéreo y frágil, una bola de cristal con sutiles brillos y colores, flotando en el aire hasta que explota y desaparece, de repente. Esa sensación fue la que tuve hace unas horas cuando supe que un buen amigo había muerto, de repente. Cuando nos encerramos hace unas semanas dejamos atrás un mundo que ya no será el mismo cuando salgamos. Cuando todo esto termine, los que queden volverán a salir a la calle como niños curiosos, temerosos de lo que van a encontrar fuera pero lo más importante es lo que no van a encontrar. 
Será un paisaje de ausencias, conocidas y desconocidas, de desapariciones misteriosas; cuando nos confinamos estaban, y al salir ya no están, se han ido sin despedidas, sin consuelos, sin adioses. Como pompas de jabón. 

Vamos aprendiendo a zarpazos que la vida es frágil, que todo es pasajero, que nada permanece y que el mundo que nos rodea cambia constantemente, el de ayer es distinto al de hoy y muy diferente al de mañana. Y seguimos avanzando, secándonos las lágrimas y mirando de soslayo hacia atrás, un atrás que nunca volveremos a transitar porque solo hay un camino de ida en el que vamos abandonando nuestras pertenecías, aligerando nuestras cargas, olvidando cosas y caras, caricias, risas y llantos y mucho y a muchos de los que amamos. 

Vamos cicatrizando las heridas, haciéndonos más fuertes de pensamiento a cada paso que damos pero más débiles de cuerpo, perdiendo jirones, desgastándonos de forma natural, como debe ser. 

El paisaje de los hombres y de los corazones cambia, pero el mar sigue igual, ola tras ola muriendo en la orilla. Cuando vuelva a la orilla de mi playa, aunque llegue viejo, él me reconocerá y yo a él también, como dos viejos conocidos que se reencuentran y con sólo mirarse se lo cuentan todo. 

Voy reemplazando los amigos como el aire que habita mis pulmones, porque se van o porque me voy yo, voy construyendo mi universo con todo lo que encuentro en mi camino, un poco de añoranza, melancolía, aventura, todo me vale hasta que me siente ya sin fuerzas a contemplar el último paisaje que mis ojos puedan ver, el último amigo que transite casualmente por allí, el último rayo de sol que me caliente, la última gota de lluvia que me moje, la última caricia que se apiade de mí. Y despareceré, como una pompa de jabón, de repente.

El Siscar 4 de Abril del 2020 
Tiempo de confinamiento

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