1- Criticar al partido comunista o a alguno de sus líderes
2- Irte de la URSS o hacer turismo por las repúblicas soviéticas: Lo primero imposible. Lo segundo muy limitado.
3- Protestar porque padre de la patria os mandase a todos los de vuestra étnia o cultura a otra parte del país.
4- Fundar un partido político
5- Crear una empresa, vender tus servicios o el producto de tus manos. Ser capitalista, la economía privada, estaba prohibida.
6- Vivir donde quieras: Tenías que pedir permiso para empadronarte, pudiéndosete denegar. A veces tenías que recurrir al soborno (y no especialmente barato).
7- Comprar un piso: no había mercado de la vivienda. Te dejaban una casa de 30m2 para 5 y si érais más a lo mejor con suerte al cabo de 10 años de vivir apiñados te dejaban una casa de 50m2. A los afortunados les dejaban un trozo de tierra para que se construyesen una dacha o un chamizo con sus ahorros. Por cierto, te dejaban la casa en usufructo. A la caida del Comunismo, estas casas fueron cedidas en propiedad a sus usufructuarios. También había una gran corrupción: para poder acceder a una casa te tenías que empadronar y muchas veces no te dejaban empadronarte si no sobornabas a los funcionarios (ver punto 6).
8- Tener un dormitorio: las casas eran tan pequeñas que no existía (y todavía no existe) el concepto de dormitorio, o habitación para dormir, por lo que el 99% de los rusos dormía (y todavía duerme) en sofás cama o en un colchón tirado en el suelo.
9- Comprar papel higiénico: por alguna extraña razón y pese a ser un producto de primera necesidad casi nunca había, así que se reciclaban periódicos y manuscritos tirados a la papelera para usarlos como papel higiénico. También el poco papel higiénico que había se guardaba como tesoro por si algún día no hubiese en la tienda.
10- Comprar un coche: los últimos planes quiquenales, orientados a los bienes de consumo incluían coches. Si tenías unos cuantos rublos ahorrados, podías comprarte un coche o una televisión.
Comprar productos diferentes: casi toda la producción estaba destinada a lo básico, así que habría dos marcas de leche, dos de zapatos, etc. Había pocos productos, de baja calidad y muy básicos.
11- Comprar ropa o productos de calidad: normalmente la ropa, armarios y otros productos de calidad venían de la RDA, Checoslovaquia o Hungría. La producción rusa era muy pobre.
12- Creerte las noticias: todo estaba manipulado.
13- Reclamar derechos individuales: El individuo no cuenta. Tus derechos no cuentan. Lo que cuenta es la mayoría, la masa. Si para el bien de la mayoría tú tienes que ir andando, tendrás que ir andando. No tienes derecho a tener más que unas pocas propiedades (ropa, ahorros, etc.) y no puedes quejarte. Olvídate de tener derechos.
14- Dejar tu trabajo: en Koljoses y Sovjoses no podías dejar tu trabajo e irte a la ciudad a trabajar de otra cosa sin permiso de la autoridad, convirtiéndote técnicamente en un esclavo. Los movimientos de otros tipos de trabajadores también estaban controlados y para ir a trabajar a otra ciudad te tenían que dejar empadronar (ver punto 6), y si no te dejaban, no podías trabajar allí.
15- Vestir ropas coloridas: podrías pero llamarías la atención. El mundo soviético era casi monocromático, tonalidades de gris, rojo. Vestir con algo amarillo, rojo, azul o naranja llamaría la atención. Diría tres cosas de tí: a) eras extranjero, b) la ropa era importada o c) eras alguien importante.
16- Cambiar u ocultar tu vida laboral: Toda tu vida laboral está escrita en la Трудовая книжка (trudovaya snishka) por lo que si alguna vez llegaste tarde, te peleaste con tu compañero, bebiste o robaste, eso ya estára de por vida en tu historial y no lo podrás cambiar. La “trudovaya snishka” es un librito que tu empleador guarda y en él escribe cositas como cuando en el colegio tus profesores escribían en tu cartilla las notas, el comportamiento y el progreso. Bueno, pues aquí lo mismo. En la “trudovaya snishka”, que todavía existe en Rusia (un vestigio que quieren eliminar), el empleador escribe los ascensos, descensos, faltas, despidos, etc.
Cuando cambias de trabajo tienes que pedirle la “trudovaya snishka” a tu empleador y dársela a tu nuevo empleador. Afortunadamente, en la entrevista no te la piden, pero cuando vayan a contratarte si que te la pedirán y entonces ahí descubren que hace 10 años te despidieron de tal trabajo, o que esa experiencia que dijiste que fueron 2 años no existe, o que ese puesto que dijiste que habías ocupado no lo has ocupado.
En definitiva, un ejemplo de cómo el Estado tutelaba a los trabajadores. Es decir, si hace 10 años tú tuviste un problema de alcoholismo y te despidieron, aunque te hayas rehabilitado esa falta pesará para toda la vida en tu historial. Y lo peor de todo: no podrás mentir para empezar una nueva vida.
11- Comprar ropa o productos de calidad: normalmente la ropa, armarios y otros productos de calidad venían de la RDA, Checoslovaquia o Hungría. La producción rusa era muy pobre.
12- Creerte las noticias: todo estaba manipulado.
13- Reclamar derechos individuales: El individuo no cuenta. Tus derechos no cuentan. Lo que cuenta es la mayoría, la masa. Si para el bien de la mayoría tú tienes que ir andando, tendrás que ir andando. No tienes derecho a tener más que unas pocas propiedades (ropa, ahorros, etc.) y no puedes quejarte. Olvídate de tener derechos.
14- Dejar tu trabajo: en Koljoses y Sovjoses no podías dejar tu trabajo e irte a la ciudad a trabajar de otra cosa sin permiso de la autoridad, convirtiéndote técnicamente en un esclavo. Los movimientos de otros tipos de trabajadores también estaban controlados y para ir a trabajar a otra ciudad te tenían que dejar empadronar (ver punto 6), y si no te dejaban, no podías trabajar allí.
15- Vestir ropas coloridas: podrías pero llamarías la atención. El mundo soviético era casi monocromático, tonalidades de gris, rojo. Vestir con algo amarillo, rojo, azul o naranja llamaría la atención. Diría tres cosas de tí: a) eras extranjero, b) la ropa era importada o c) eras alguien importante.
16- Cambiar u ocultar tu vida laboral: Toda tu vida laboral está escrita en la Трудовая книжка (trudovaya snishka) por lo que si alguna vez llegaste tarde, te peleaste con tu compañero, bebiste o robaste, eso ya estára de por vida en tu historial y no lo podrás cambiar. La “trudovaya snishka” es un librito que tu empleador guarda y en él escribe cositas como cuando en el colegio tus profesores escribían en tu cartilla las notas, el comportamiento y el progreso. Bueno, pues aquí lo mismo. En la “trudovaya snishka”, que todavía existe en Rusia (un vestigio que quieren eliminar), el empleador escribe los ascensos, descensos, faltas, despidos, etc.
Cuando cambias de trabajo tienes que pedirle la “trudovaya snishka” a tu empleador y dársela a tu nuevo empleador. Afortunadamente, en la entrevista no te la piden, pero cuando vayan a contratarte si que te la pedirán y entonces ahí descubren que hace 10 años te despidieron de tal trabajo, o que esa experiencia que dijiste que fueron 2 años no existe, o que ese puesto que dijiste que habías ocupado no lo has ocupado.
En definitiva, un ejemplo de cómo el Estado tutelaba a los trabajadores. Es decir, si hace 10 años tú tuviste un problema de alcoholismo y te despidieron, aunque te hayas rehabilitado esa falta pesará para toda la vida en tu historial. Y lo peor de todo: no podrás mentir para empezar una nueva vida.
FUENTE: https://laverdadofende.wordpress.com/2016/04/04/16-cosas-que-no-podias-hacer-en-la-urss/