Juan J. Molina

Juan J. Molina
Juan J. Molina

viernes, 25 de junio de 2010

Factores que hacen violenta a la religión. Ciertas creencias acerca del propio deber religioso. (IV)


Ni el monoteísmo ni las imágenes de violencia empleadas en la religión son en sí mismas instigadores de intolerancia o violencia. Lo que vuelve intolerante y violenta a la religión, de acuerdo con Langerak, son ciertas creencias acerca de la propia religión y el propio deber religioso. Esto incluye la creencia de que uno tiene la obligación, no solo por buena voluntad y compasión, sino también por decreto divino, enseñar a todos los pueblos el único camino de salvación y de hacer discípulos de todas las naciones por todos los medios posibles. En palabras de Langerak, »La motivación para la intolerancia y la violencia religiosas se intensificó cuando el monoteísmo dejó de ser solo universalista para convertirse en exclusivista y expansionista, como ocurrió con el Cristianismo y el Islam.« (Langerak 1997, 515) Langerak demuestra cómo el exclusivismo y el expansionismo conducen a la intolerancia:
Cuando Dios nos reveló su doctrina universal y nos envió a enseñarla a todos los pueblos como vía exclusiva de salvación eterna, mandándonos que hiciéramos discípulos a todos los pueblos, no pudimos adoptar una actitud de laissez faire frente al ateísmo o la apostasía. ¿Cómo podíamos permitir que un error pernicioso condujera a los crédulos hacia la perdición o sembrara confusión y desorden? Una sociedad recta, después de todo, sigue a pie juntillas lo que Dios considera recto y no lo que consideran recto los hombres. …debemos tener en cuenta, ante todo, el destino eterno de aquellos que viven en el error o, si se encuentran más allá de la redención, las almas de aquellos a los que podrían corromper. (Ibid.)
Por lo tanto, la compasión y el deber divino nos obligan a conseguir que todos acepten la verdadera fe por cualquier medio posible. Tendremos un motivo adicional para la violencia religiosa si a este exclusivismo agregamos el expansionismo, y una promesa, como la que aparece en el Corán, de que todos los que mueran en el intento de expandir su fe o que los infieles sigan los preceptos divinos se convierten automáticamente en mártires de la fe y reciben un lugar especial en el paraíso.

Augustine Perumalil

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3 comentarios:

  1. La Fundación Pluralismo y Convivencia, dependiente del ministerio de Justicia, encargada, según dice su propia web de "Promover la libertad religiosa a través de la cooperación con las confesiones minoritarias, especialmente aquellas con reconocimiento de Notorio arraigo en el Estado español". En roman paladino, se encarga de subvencionar a las confesiones religiosas distintas a la religión católica, a través de la cartera de Justicia. Al frente de su Patronato se encuentra el ministro de Justicia, Francisco Caamaño.
    La presentación de sus cuentas de 2009, presentadas por el ministro, ha dejado algunas sorpresas. La más llamativa, es la que corresponde a la subvención a la mezquita Al Madina, de Alcalá de Henares (Madrid). Registrada en 2007 como entidad religiosa, recibió, según informa La Gaceta, recibió una subvención anual de 5.000 euros. No obstante, las cuentas le fueron embargadas el 15 de abril de este año por impagos.
    En 2009, la mezquita volvió a recibir otros 2.000 euros a través de la Fundación Plurarismo y Convivencia. Todo perfectamente legal, pero con un punto oscuro: el imán de esta mezquita (Al Madina), hablaba así el 29 de abril en una entrevista en el diario de Alcalá: "Son leyes de Dios. Si cortamos la mano sólo a uno servirá para prevenir que el resto robe. Si lapidamos a una persona entonces la gente se cuidará" aseguraba. Es decir, una justificación de la ley islámica desde una de las perspectivas más radicales que puede evidenciar esta religión.

    Según su propia memoria anual, la Fundación concedió a los musulmanes una subvención que supera los dos millones de euros, del total de los 4,6 que dicha Fundación repartía entre las confesiones no católicas. Por detrás, se encuentra la comunidad protestante y después las judías, quienes recibieron un 610.119 euros.

    (Spitfire).

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  2. "Cierto hijo de Alá, un tal Abu Omar Hussein, parece que imán de los fieles en Alcalá de Henares, gusta de ver lapidadas a adúlteras, homosexuales y demás transgresores de la ley del Profeta. E igual complacen en grado sumo a ese Abu las mutilaciones de manos, brazos y otros miembros de los impíos, costumbres ilustradas que ansía difundir en España, tal como se desprende de una deposición suya en el periódico local alcalaíno. Loables querencias, las de Abu, que, por lo demás, vienen siendo premiadas con una subvención anual del Ministerio de Justicia. Cinco mil euros, sólo durante el ejercicio pasado.

    Ese asunto, el de la barbarie islamista, constituye la prueba de hasta qué grado se han invertido los valores que en tiempos distinguieran a la izquierda de la derecha. Y es que si los conservadores comparecieron ante el tribunal de la Historia en calidad de abogados del orden establecido frente al desafío de los progresistas, ahora sucede justo lo contrario. Hoy, es la derecha quien encarna la libertad intelectual ante la esclerosis moral llamada "corrección política", el sucedáneo ideológico al que se ha aferrado la izquierda toda tras el colapso del socialismo. Algo nada baladí, por cierto. A fin de cuentas, la corrección política, esa constante perversión de la democracia en nombre del desprecio a la cultura occidental, representa la mayor amenaza totalitaria que haya sufrido Europa desde la eclosión de los fascismos en los años veinte del siglo pasado.

    Pues, a ojos de sus devotos locales, las leires, las bibianas, los caamaños, los joseluises, tardíos imitadores de una plaga ya hegemónica entre la progresía atlántica, la verdad objetiva carece de interés alguno. Que Abu predique a voz en grito el crimen, se les antoja baladí. Nada importa, en realidad, el contenido expreso de palabras, ideas o hechos. Sólo su relación de fuerza frente al canon occidental resulta éticamente relevante: cualquier minoría, por principio, posee la razón; sensu contrario, la mayoría –tanto da cultural, étnica, religiosa o moral– deviene invariable reo de culpabilidad. Razón última, por ejemplo, de que la izquierda bienpensante se alinease con el asesino marroquí de aquel Theo van Gogh que osó insultar al islam. O del feliz idilio entre nuestro Caamaño y el airado Abu. Y aún no hemos visto nada".

    De Pepe García Dominguez, uno de los autores del blog Heterodoxias.net.

    (Spitfire).

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  3. "Tras el veto de Zerolo a la carroza de Israel para desfilar en el carnaval gay, se esperaba con gran expectación a la delegación de Hamas en representación de los palestinos homosexuales. Pero no apareció. Según parece, el movimiento radical que gobierna en Gaza no es partidario de los gays, algunos de los cuales han sido condenados a muerte por sus conductas. El único orgullo en el que coinciden los islamistas y el club de Zerolo es en expulsar a los israelíes de la circulación".
    De "Los Puntazos" de La Razón, 4.07.10).

    (Spitfire).

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