Juan J. Molina

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martes, 23 de febrero de 2016

De Keynes a Pablo Iglesias


El programa económico de Podemos se sustenta sobre las 'maravillas' del ‘efecto multiplicador’, introducido por el economista británico en los años treinta

El economista británico John Maynard Keynes
El economista británico John Maynard Keynes  Getty
El gobierno del cambio que propone Podemos cuenta con algunas ideas que tienen más de medio siglo de vida. A largo plazo, las lecciones de los maestros sí sobreviven. El eje de su política económica es elevar el Presupuesto público en 240.000 millones de euros extra en los próximos cuatro años. Esto es, canalizar un 6% del PIB de cada año hacia el gasto estatal. Teniendo en cuenta que el ingreso de la Hacienda Pública está en el entorno del 35% del PIB, un 6% adicional supone un gran esfuerzo por aumentar los ingresos de Hacienda.
El plan de Podemos pasa por elevar paulatinamente los recursos del sector público hasta que en 2019 tenga 96.000 millones más de los que tiene actualmente. Un aumento del Presupuesto del Estado de tal envergadura (casi el 10% del PIB) no se puede lograr sólo con un aumento de los impuestos, sería una subida draconiana. Es aquí donde entran en juego las ideas de John Maynard Keynes para salvar el cuadro fiscal de Podemos. Uno de cada tres euros nuevos que recaude el Estado vendrá del concepto del multiplicador, que introdujo el economista a principios de los años treinta y que culminó en su gran obra, Teoría general del empleo el interés y el dinero, que este mes ha cumplido 80 años desde su publicación.

El efecto multiplicador consiste en el aumento de la renta que se produce por un incremento en la demanda global, ya sea por el consumo, la inversión o el gasto público. La idea que subyace es que un aumento en el gasto público, elevará el PIB de un país en una cantidad mayor, lo que servirá para dinamizar una economía. Por ejemplo, un aumento de un euro en el gasto en un país con un multiplicador de 2, provocará un aumento del PIB de 2 euros.
En realidad, la paternidad del multiplicador es compartida, ya que en la elaboración y el desarrollo matemático tuvo un papel imprescindible Richard Kahn, alumno aventajado de Keynes, quien empezó llamando a este concepto “ratio”, antes de que Keynes lo bautizara definitivamente como multiplicador, como bien explica Nicholas Wappshott en su libroKeynes Vs. Hayek.
Como Keynes y Kahn advirtieron, todos los países no tienen el mismo multiplicador y éste dependerá de la propensión marginal al consumo, esto es, de la tendencia de la sociedad a consumir esta renta extra que reciben. Si en su lugar deciden ahorrarla, el multiplicador será bajo y apenas tendrá impacto sobre el crecimiento.
Keynes lo argumentaba así: “Si el nuevo gasto es adicional y no meramente una sustitución de otro gasto, el aumento del empleo no se detendrá aquí. Los salarios adicionales y otras rentas pagadas se gastarán en compras adicionales, que a su vez provocarán un aumento del empleo. (…) Los nuevos empleados que generen el aumento de las compras de los empleados en los nuevos trabajos de capitalización, también gastan más, favoreciendo así el empleo de otras personas, y así sucesivamente”. El economista estimó que en la Gran Bretaña de su época, el multiplicador se situaba en torno a dos.
Estas dos conferencias son útiles para comprender el modelo keynesiano. La primera, es de Julián Pavón (@JulianPavonM) catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid.
La segunda conferencia es de Óscar Vara Crespo, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.

LA MAGIA

El efecto multiplicador es una de las claves del programa de Podemos. “El gasto público genera actividad económica, lo cual se traduce finalmente en un mayor consumo e inversión y, con ello, en mayor recaudación fiscal”, asegura el partido de Iglesias. El responsable económico de la formación, Nacho Álvarez, asegura que con este plan puede “garantizar” un crecimiento medio del PIB durante la legislatura del 3% cada año. Esto significaría que la economía española se mantendría creciendo muy por encima del resto de países desarrollados, en un momento de frenazo globalizado.
Podemos parte de las previsiones actuales de crecimiento y añade entre un punto y un punto y medio cada año de PIB gracias al incremento del gasto público. Sin embargo, el partido no tiene en cuenta el efecto negativo sobre la renta del sector privado que tendrá este drenaje de recursos hacia el sector público. ¿Quién puede asegurar que la inversión y el consumo privados seguirán creciendo al ritmo previsto con un aumento de los impuestos?
Los efectos casi mágicos del multiplicador han estado en la base de las discusiones económicas desde que Keynes lo planteara. ¿Es posible evitar los ciclos económicos elevando el gasto público? ¿Realmente hay un exceso de capacidad ociosa o una ausencia de gasto agregado que impide sistemáticamente a las economías aproximarse al pleno empleo?
Pablo Iglesias en el madrileño Círculo de Bellas Artes
Pablo Iglesias en el madrileño Círculo de Bellas Artes 
Las teorías económicas de Keynes dominaron el mundo occidental hasta los años setenta y permitieron crear un entorno de fuerte crecimiento económico. Sin embargo, la crisis del petróleo provocada por la Guerra del Yom Kippur provocó un escenario que la teoría keynesiana no contemplaba, la estanflación. Esto es, una fuerte subida de precios combinada con el aumento del desempleo. En ese escenario, la inflación no provocó un aumento de la demanda, como hubiese augurado el keynesianismo, sino que ocurrió todo lo contrario, se contrajo y provocó la recesión en muchos países. Las políticas económicas de Keynes de incentivar la inflación y la demanda dejaron de funcionar y se convirtieron en nocivas. Los países empezaron entonces una lucha contra la subida de precios con políticas de ajuste monetario más próximas a los postulados de la escuela austriaca.

LA DEUDA Y LOS CICLOS ECONÓMICOS

La política de gasto público que propone Podemos se encuentra con un problema adicional y es la ausencia de ahorro en el país. El sector público y el privado están muy endeudados, por lo que necesitan financiación externa para poder pagar sus vencimientos. Esta situación obliga al partido que esté en el gobierno a convencer a los acreedores de la capacidad de pago del Estado y, para ello, una de las cuestiones clave es la calificación crediticia. Esto es, el rating.
Si un país está cerca del bono basura (y España está a sólo dos escalones para Moody’s), cualquier decisión de política fiscal expansiva puede ser fatal y Podemos quiere posponer el ajuste del déficit para cumplir con el Pacto de Estabilidad europeo hasta el año 2019.
Un aumento del coste de la deuda de un punto porcentual para el país eleva los intereses en 10.000 millones de euros anuales, esto es, se comería todo el dinero que Podemos pretende recaudar con sus políticas para luchar contra el fraude fiscal.
Keynes también era consciente del riesgo que supone prolongar el déficit público en el tiempo. Por este motivo, el modelo keynesiano propone una política fiscal contracíclica, que incurra en déficit cuando la economía se ralentiza y que tenga superávit en las fases expansivas para repagar la deuda. Esta es una cuestión clave, ¿en qué momento está la economía actualmente? Las grandes instituciones de previsión advierten que el crecimiento de España (y de la mayor parte de países desarrollados) ha llegado al punto alto del ciclo y a partir de este año frenará, aunque siga creciendo. En este contexto, es posible argumentar que sería el momento de reducir el déficit aprovechando el crecimiento económico; pero también es fácil advertir la debilidad de la economía y el exceso de capacidad que hay en el mercado laboral. Sólo el tiempo dirá si las políticas que se adopten son las correctas.

Fuente: http://www.elespanol.com/economia/20160220/103739750_0.html

lunes, 15 de febrero de 2016

Pérez-Reverte y Sabina, a la lumbre de un tequila, por Antonio Lucas


El día que se conocieron Joaquín Sabina y Arturo Pérez Reverte JOSÉ AYMÁ. IRENE FERNÁNDEZ JUBITERO (Vídeo)


  • Dos de los creadores más irreverentes del panorama dan cuerda a sus entusiasmos, asombros y desafectos en todo lo que les sale al paso: cultura, educación o política. Una conversación cómplice entre risas, tabaco y libros. Difícil de repetir

    Se tenían ganas. Nunca antes se habían sentado a hablar. Están al tanto el uno del otro, a lo lejos, desde los años 80, cuando aún eran potros de pantalón estrecho que estrenaban una forma rabiosa de caminar. Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) saltaba socavones de obús en las guerras y Joaquín Sabina (Úbeda, 1949) hacía unos solos primorosos de kazoo en sótanos oscuros y sin reputación. Uno emitía cada noche un parte dramático en el Telediario y el otro un inventario de risas y excesos en cualquier galpón. Resistieron intemperies. Traiciones. Desengaños. Hoy aguantan los jirones de la edad y mantienen la yugular llena de sangre.
    Son dos palabrones vacunados con una trivalente de ideas propias. Viven ajenos al tintineo de tanto falso delicado con cuello de piqué. Hablan directamente, dejando todo dispuesto para una barricada. La palabra no se les encasquilla fácilmente. Si disparan, dan. La cita es en casa de Sabina, un mediodía con seis gatos, seis balcones, seis vasos de tequila y una hora por hacer. El músico anda con faja por una cirugía y muchos días de hospital. Estrena libro de dibujos publicado por Artika en edición limitada de 4.900 ejemplares, todos firmados a mano y con precio fuerte: 2.100 euros por pieza. El escritor, por su parte, anda enredado en otra novela. Ambos mantienen ese punto corsario donde la juventud les permanece.
    "Hasta ahora sólo nos habíamos saludado una vez, en el Café Gijón, y me acuerdo bien de aquel día porque me llamaste Joaquinillo, como si nos conociéramos de toda la vida". Así arranca este encuentro inflamable. "Es que a ti siempre se te conoce de toda la vida. Yo te recuerdo desde los días en La Mandrágora. Aquel era un Madrid hermoso, el de la Transición y la Movida. Todo el mundo quería divertirse y hasta las peleas acababan bien".
    Alrededor, libros. El traje de purísima y oro que a Sabina le regaló José Tomás. Fotografías. Cuadros. Vírgenes que cuelgan. Diablos diminutos alrededor de un espejo como un torcido santoral. "Aunque parezca una babosería, uno es amigo de aquel del que ha leído al menos 10 libros. Y yo he leído al menos 10 libros de Pérez-Reverte". La conversación echa a andar en todas direcciones: los amigos, la lealtad, el Siglo de las Luces, la política, los libros, Javier Krahe, la dignidad, el Chapo Guzmán... El sol entra con fuerza de abriles por el ventano invernal. Charlan de toda la vida sin haberlo hecho jamás. Dos cuates explorándose a tragos lentosy como sentados en el Salón Tenampa, México, Distrito Federal. Pero esto es Tirso de Molina. Un escritor. Un músico. Dos tipos cimarrones sin otro reglamento que el entusiasmo de dudar.
    Arturo Pérez-Reverte:Aunque la vida te va quitando palabras rimbombantes, uno debe luchar porque "dignidad" y "lealtad" sean conceptos que estén de nuestro lado. Aunque cada vez sea más difícil mantenerlos.
    Joaquín Sabina: Estoy de acuerdo, hay que preservarlos incluso hasta llegar casi a códigos mafiosos. Por mi amigo, lo que sea: con razón o sin ella. Antes hablábamos del caso de Krahe y mío, pero resulta sorprendente la amistad que habéis forjado Javier Marías y tú.
    Pérez-Reverte: Es una amistad muy depurada porque está hecha también de silencios.
    Sabina: Oye, ¿y por qué le regalas armas?
    Pérez-Reverte: Hay algo de provocación. Javier es un tipo tan educado, tan pacífico y civilizado que nos divierte ese gesto gamberro... Pero si hoy estoy aquí también es por una cierta lealtad, la de haber compartido contigo algunas de las guerras en las que he estado.
    Sabina: ¡No jodas!
    Pérez-Reverte: Pues sí. En más de una. Recuerdo, por ejemplo, los días en Sarajevo, cuando teníamos que cruzar con el coche por la Sniper Alley, la Avenida de los Francotiradores. El cámara José Luis Márquez siempre tenía el mismo ritual, subía la música al máximo del volumen para no escuchar el ruido de las balas o los morteros. Y lo que poníamos en el cassette eran tus canciones.

    Política

    P.- ¿Qué os sugiere este desconcierto político en España?
    Sabina: A mí lo que me asombra es el proceso de selección de líderes que tenemos. Los que llegan más alto son los del Don Ángel Siseñor (aquella viñeta del gran Manuel Vázquez). El que no tiene esa pasta mala, a mitad de camino se le hinchan los huevos y se va... El espectáculo actual es tremendo. A mí Mariano Rajoy no me cae mal, pero pertenece a un partido con modales de banda mafiosa. Entre unos y otros han dejado pasar más de 50 días sin hacer nada mientras se desinfla el ánimo de la gente... Estoy bastante endemoniado con nuestros políticos habituales. Y respecto a los emergentes, me acojo a lo que ya he dicho en alguna ocasión: a mí de Podemos lo que me interesan son sus votantes no sus líderes.
    Pérez-Reverte: Yo soy muy pesimista. Quizá sea la edad o que no tengo ganas de turbulencias. Mi pesimismo es de orden moral, pero es que cuando lees nuestra Historia no puedes ser de otro modo. Han vuelto con fuerza las dos Españas. Tu música contribuyó (junto a la de otros) a que esa linde se borrase durante algún tiempo, pero hemos vuelto al rencor. Este país se ha desabinizado.
    Sabina: El clima es feo y oscuro. Todo parece sometido al mismo patrón. El PP está tan uniformado como Podemos.
    Pérez-Reverte: Eso responde a la necesidad elemental del español de etiquetar. A falta de solidez y cultura, el ser humano tira de etiquetas. En este país estamos seguros de que si estás aquí no puedes estar allá. Que si te gustan los toros eres de derechas. Que si eres ecologista, de izquierdas. Eso nos lleva a lugares muy peligrosos.
    Sabina: Lo que a uno le gusta de los escritores o articulistas peleones es que digan lo que uno no se atreve a decir aunque lo piense. Me gusta esa teoría tuya de que todo empezó a ir mal cuando perdimos la Guerra de la Independencia porque elegimos estar del lado malo combatiendo la Ilustración. Esa derrota se nos nota. Seguimos sin Ilustración, tenemos uno de los mayores índices de fracaso escolar de Europa y es atroz ver en los programas de Telecinco a algunos jóvenes haciendo alarde de mediocridad y de todo lo que ignoran.
    Pérez-Reverte: España perdió dos ocasiones históricas vitales. La primera fue nuestra posición en el Concilio de Trento, donde apostamos por un dios oscuro, reaccionario, siniestro y triste. El otro momento, la Guerra de la Independencia. En vez de atacar el régimen podrido y la monarquía analfabeta de Fernando VII nos pusimos a combatir a los que traían la Ilustración, a los que apostaban por las luces. Eso nos descolgó históricamente de Europa. Si nos hubieran invadido los franceses y hubieran pasado aquí 20 años haciendo una buena purga nos iría mejor. De ahí la certeza de que en España faltó una guillotina.
    Sabina: Lo sé, pero no me atrevía a preguntártelo.
    Pérez-Reverte: El problema es que aquí la gente cambia de bando con una facilidad pasmosa, por eso la guillotina (simbólicamente, claro) habría sido quizá menos eficaz.
    Sabina: A mí, a cuenta de la Ilustración y el fracaso escolar, me emociona mucho la historia de los maestros de la Segunda República, los que estuvieron del lado de la Institución Libre de Enseñanza y las Misiones Pedagógicas. Y cómo en la guerra y la postguerra los franquistas depuraron a casi todos aquellos hombres y mujeres. O los obligaron al exilio. Estos que vienen ahora a cambiar España deberían estudiar esa época. Es maravilloso ir a México, Argentina o Uruguay y que te cuenten con orgullo que a ellos les daba clases fulano de tal, que era un exiliado español que aquí fue despreciado.
    Pérez-Reverte: La Guerra Civil fue un ajuste de cuentas salvaje.
    Sabina: ¿Y por qué lo primero que hicieron algunos fue quemar conventos y disparar al crucifijo?
    Pérez-Reverte: Por incultura. Aunque la Iglesia, con su vocación de dirigir la vida de los demás desde los confesionarios y los púlpitos, tuvo mucha culpa del odio que provocó. De ahí que cuando todo estalló la gente, ofendida, fuera a buscarlos.
    Sabina se levanta. Alcanza el ejemplar del Ulises de Joyce. Pide más tequila. Pide más cigarros y los trae Jimena. Pérez-Reverte acaricia la primera edición. 1922. Pasa el dedo por la dedicatoria que Joyce hace a Cyprian Beach, hermano de su editora, Sylvia, ángel de la Generación Perdida y hada de la librería Shakespeare & Company de París. Terminado el viaje de novios por la geografía del libro, regresan a lo suyo entre risotadas. "¿Y tú y yo por qué no nos hemos conocido antes, carajo?", exclama Sabina. Pero alguien dijo Cataluña y se pusieron serios.

    Cataluña

    Pérez-Reverte: Como soy jacobino, ese tema lo habría solucionado en el siglo XVIII.
    Sabina: Me adhiero a la propuesta de mi compañero.
    Pérez-Reverte: Bromas aparte, pensemos que la Revolución Francesa hizo una Francia jacobina y con futuro mientras que nosotros nos quedamos anclados en los viejos fueros medievales. Todos esos resabios hacen que ahora estemos pagando el precio de una Historia deformada y no resuelta.
    Sabina: Yo, que llevo en mis venas gotas de sangre jacobina, recurriré en este caso a la tradición histórica de la izquierda: ¡Vayamos al internacionalismo! Regresar al aldeanismo identitario no tiene sentido, así que no siento ningún respeto por el asunto catalán.

    Cultura

    P.- La cultura ha estado desde entonces casi siempre bajo sospecha.
    Sabina: En los últimos cuatro años se ha desatado un odio feroz por la cultura alentado por el PP. Lo del incremento del IVA es increíble. Cuando lo cuentas por ahí alucinan. Y que no sepa esta gente que acudir a un teatro, a un estreno de cine o a un concierto les favorece incluso en votos... ¡Si hasta propagaron la idea de que los artistas que llaman "de la ceja" fuimos los que trajimos a Zapatero y dimos un presunto golpe de Estado! Estamos en manos de esos cerriles.
    Pérez-Reverte: ¿Sabes que Rajoy no ha pasado por la Real Academia Española en cuatro años de presidente del Gobierno? Mucha foto con el Marca, en bicicleta o con los del deporte, pero ni una visita a la RAE. Este Gobierno ha desarrollado una ofensiva implacable contra la cultura. El desprecio y la agresión ha sido permanente. Sé de algunos a los que les han arruinado la vida.
    Sabina: No nos pueden ver... Pero tampoco nos valen aquellas bodeguillas en las que se llevaba a cuatro escritores o artistas aúlicos para contarles chistes y hacer con ellos un flamenquito. Miren a otros países. Miren por ejemplo cómo está Inglaterra celebrando a Shakespeare. ¡Y aquí pasamos de Cervantes! ¿Dónde está el Ministerio de Cultura? Es vergonzoso.

    Academia

    P.- Pérez-Reverte dijo en alguna ocasión que Sabina debería ingresar en la RAE...
    Pérez-Reverte: Y lo sigo creyendo. Algunos académicos llevamos tiempo con la idea de proponer a Sabina para uno de los sillones vacantes.
    Sabina: Eso me da un pudor grande. Tanto que no se lo voy a contar a mis amigos.
    Pérez-Reverte: Creo que sería una buena aportación a la RAE porque tus textos y canciones han unido a varias generaciones y definen este país desde muchos frentes. Das música y letra a esa época magnífica que son los años 80 y 90 del siglo XX. Sólo por eso ya tienes méritos.
    Sabina: Pues por devolverte el piropo quiero decir que desde que tú entraste en ese caserón subió contigo algo de la calle y un aire muy iconoclasta que la Academia necesitaba. Pero una cosa más quiero decir: cuando le den a Bob Dylan el Premio Nobel, que está al caer, yo pelearé (ahora que te conozco) para que el primero en entrar en la Academia sea mi compadre Joan Manuel Serrat, porque es muy vengativo y si entro yo en vez de él es capaz de pegarme dos tiros. Si me permites la falsa modestia, yo estoy por Serrat.

    Literatura

    P.- ¿De qué os ha salvado la literatura?
    Sabina: Me voy a poner borgeano. A mí lo que me ha salvado son los libros que he leído.
    Pérez-Reverte: La lucidez es muy amarga a palo seco, así que los libros ayudan como analgésico. Permiten soportar el dolor de las certezas que uno va teniendo. O alivia las ausencias que uno tiene.
    Sabina: Con los libros río a carcajadas o lloro como una peluquera de extrarradio. Me acompañan y me aclaran las cosas que pienso. Con ellos puedes vivir en la antigua Roma, en la antigua Grecia y también en Sarajevo. Además de que es maravilloso discutir con esos escritores que amas pero con los que no estás de acuerdo. A mí me pasa, por ejemplo, con Fernando Savater... Y además de todo eso, me gustan mucho los grandes malos poetas.
    En este momento recitan al alimón a Gabriel y Galán, que es un poeta lo suficientemente menor como para no entrar en discusiones. Han alcanzado el punto exacto de ebullición. Lanzan un bello discurso desmarrado sobre los artistas menores y...
    Pérez-Reverte: ¿Hay algún poeta que envejezca contigo?
    Sabina: César Vallejo y Luis Cernuda. Todos los días recuerdo algunos versos suyos... Oye, por cierto, desde que ando más con escritores que con músicos he observado que los rencores y envidias entre vosotros son infinitos y cainitas...
    Pérez-Reverte: Sospecho que tiene que ver con la vanidad. El músico necesita buena voz o mucho talento. Y si se dan las dos cosas, mejor. Pero en literatura cualquiera puede llamarse escritor.
    Sabina: En música también, mira mi caso.
    Pérez-Reverte: Bueno, tu voz ha sido siempre espantosa pero tu talento está fuera de duda. Tú has sabido hacer de tu falta de voz una marca. En eso me recuerdas a Vila-Matas, que ha hecho de su fracaso como novelista un género literario.
    Sabina: Es que tú sabes muy bien que el estilo nace de los límites. Si en El Corte Inglés vendieran la voz de Sinatra habría madrugado por comprarme una... Pero estábamos hablando de los novelistas. Te voy a hacer un encargo, a ver si me lo cumples: corregid esos odios y quereos como hermanos.

    Chapo Guzmán

    Toda conversación tiende al caos. A esta hora la charla gira ya muy loca y sin brida. Los gatos escuchan. Los seis gatos de Sabina como un ejército de pelo largo. En un quiebro inesperado, el músico le pide datos a Pérez-Reverte. Datos del Chapo Guzmán. Hace un minuto estaban hablando de unos viejos ejemplares delQuijote.
    Sabina: Por cierto, tú sabes que, como a ti, también me gusta mucho México. Y quiero hacer, cogiéndomela con papel de fumar, un corrido del Chapo Guzmán a la manera de los Tigres del Norte. Tú reflejaste muy bien ese mundo en La reina del sur. ¡Y conociste Kate del Castillo! Cuéntame cosas de ella. Cuéntame.
    Pérez-Reverte: Me sorprende, con lo mexicano que eres de corazón, que no hayas hecho todavía un corrido... La historia del Chapo tiene fuerza. Y sí, conocí a Kate del Castillo. Sospecho que asumió tanto el personaje de La reina del sur que le quedó una curiosidad personal muy intensa por el mundo del narco. Eso hizo que la relación con el Chapo pudiese ser. Pero creo que fue un error. Hay una suerte de abducción de ese mundo y de esas figuras. Yo lo entiendo, porque desde fuera desprende una cierta fascinación. Aunque ese mundo de códigos fuertes que algún día fue real ya no existe desde que cazaron a los grandes jefes y empezó a subir toda la basura intermedia: asesinos y sicarios, tipos codiciosos y sin escrúpulo alguno.
    Sabina: Pues me tienes que ayudar con esa canción. Tengo ganas de contar México a través del Chapo, pero no quiero que me peguen dos tiros.

    La edad

    P.- ¿La edad os da más desengaño, más escepticismo o más cinismo?
    Sabina: Con la edad me hago menos cínico. Las cosas me afectan más. Estoy más desengañado. Más pesimista. Tengo dos hijas y soy consciente de que pertenecen a una generación que por primera vez va a vivir peor que sus padres, con peores escuelas, peores hospitales y menos esperanzas de trabajo. Hasta que tuve hijas me importaba un carajo la capa de ozono o el aumento de los mares. Y ahora, ya ves, todo eso me importa.
    Pérez-Reverte: Por ahí te pilla la vida. La cornada viene cuando tienes hijos, porque te hacen vulnerable. Cuando nació mi hija comencé a encontrar su cara reflejada en las de los críos que veía en las guerras, a preocuparme por el futuro y esas cosas. Si no tuviera una hija saldría por las mañanas al balcón a reírme de todo y a escupir a uno de cada 10 que pasaran por la acera...
    Sabina: ¿A uno de cada 10? Te quedas corto...
    Pérez-Reverte: Quise ser correcto... Pero es que yo no había tenido miedo nunca hasta que vi a mi hija en su cuna y empecé a temer a la enfermedad, a la muerte, al futuro... Una cosa que quería preguntarte, según la edad va quitándote cosas, ¿qué es lo que más desprecias? Yo, la estupidez. Más incluso que la maldad.
    Sabina: Pues mira, no soporto el sectarismo ni a los que están seguros de todo. Y también desprecio con toda mi alma la autoestima. Está haciendo un gran daño. A esos que van por ahí diciendo: "Tú tienes que ser tú" o "Yo soy como soy". De esa gente hay que huir.
    Pérez-Reverte: El problema de todo eso está en la educación. Nuestra derrota es el déficit educacional. Que en España no haya un gran pacto educativo es letal. Aquí confundimos educación con adoctrinamiento. La gran enfermedad española, además del rencor y la vileza, es la incapacidad de crear una generación educativamente firme.
    P.- Sois los dos muy españoles, sobre todo discutiendo.
    Sabina: Este más, que en su literatura refleja el ADN de ser español. El rencor y el odio españolísimo está, de un modo u otro, en todos sus libros. Quizá por eso es el tío que mejor se cabrea de España.
    Pérez-Reverte: Es que tenemos la mejor lengua para combatir, para pelear dialécticamente. La más abierta, la más rica y la más libre.
    Sabina: Esa libertad que le deseo al lenguaje no llega sin embargo a los tuits de Zapata. ¿No tenían a gente mejor y más preparada para poner de concejales en Madrid?
    Pérez-Reverte: La imagen que hemos dado de Madrid es patética. ¡Pero que esto es Madrid, carajo! La potencia cultural y de vida que tiene esta ciudad es increíble, pero tenemos a un puñado de chapuceros al frente del barco.
    Sabina: Totalmente... Oye, y una cosa antes de que nos vayamos: ¿Por qué no nos hemos conocido tú y yo 20 años antes?
    Fuente: http://www.elmundo.es/cultura/2016/02/14/56bb0e5fca474152398b4669.html